*Victoria*
—¡Ya cállate, siempre arruinas todo! ... Ven si quieres, me da igual— le grite y me llevó a mi casa, estaba enamorada de Isaac, no había duda; pero no sabía si tener una relación con él funcionaria. Isaac me hacía enojar, me molestaba, y en estos dos días me había hecho sentir extremadamente incómoda, pero cuando no hacía esto me hacía reír, me hacía sentir segura, escuchada, apoyada, me hacía... feliz.
Todo el día lo pasé inmersa en mis pensamientos, debatiendo la posibilidad de darle una oportunidad o no, la duda sobre si sería bueno o malo para mí me atormentaba, a pesar de odiar la manera en que Isaac despertaba esta ansiedad en mí, ese odio solo era la superficie de lo que realmente sentía por él: amor. La noche llegó, y mientras daba vueltas en la cama, el reloj avanzaba a las 10, a las 12, a las 3 de la madrugada y mi mente seguía centrada únicamente en Isaac. Cuando finalmente consideré tomar una decisión definitiva, mi mirada se posó en su sudadera, que aún tenía puesta, y fue entonces cuando supe que hacer. Me aseguré de que mamá estuviera dormida y cuando lo confirme corrí afuera, estaba oscuro y sólo tenía la lámpara de mi celular para iluminar, todo estaba en silencio y solo se oían grillos nocturnos y mis pasos rápidos, estaba en frente de su casa y marqué el teléfono.
—¿Hola? — contestó su voz del otro lado desconcertado.
—¿estás despierto?
—Ahora lo estoy... — dijo cansado.
—¿puedes salir?
—¿Ahora? —preguntó con confusión. — espera ¿estas-estas afuera? —
—Tal vez...
—Espera, ahora salgo— colgó y solo espere 1 minuto cuando él salió por la puerta. Usaba una playera holgada y pantalones de pijama, tenía su bastón pero no sus lentes y su cabello estaba algo despeinado pero se veía lindo.
—¡Hey! —salude acercándome a él, brincó un segundo de la impresión—Lo siento—
—Está bien—dijo aun con sueño y sin abrir del todo sus ojos—¿todo bien? ¿Pasó algo? —
—Pues yo... no podía dormir—admití con una risa nerviosa.
—¿En serio? —me respondió con sarcasmo.
—Es que... no podía dejar de pensar en el día de hoy
—¿Ah si?
—Tu...— comencé a decir suspirando con una sonrisa—me acompañaste a mi audición y fuimos a patinar cuando sé que odias salir.
—No lo odio, tú estabas conmigo, así que me encantó hacer todo eso
—Y cada vez que fuiste... lindo yo... fui tan grosera
—Siempre eres así—afirmó frotando los ojos para despertar más.
—Lo siento...
—Sabes que no espero una disculpa por eso ¿Me despertaste a las 3 de la mañana para disculparte? Te perdono ¿eso era todo?— me aseguró sin ser grosero.
—No solo eso —Tomé aire para no acobardarme— También pensé mucho en... tu propuesta—
—¿Ah si? —Dijo tomando más en serio la conversación.
—Sí y...no podía esperar hasta mañana
—Ya me di cuenta...— bromeó.
—Isaac, me gustas, me gustas bastante—comencé a decir, dejándome llevar por lo que sentia— Eres el chico más genial que he conocido, y-y ni siquiera lo intentas, solo lo eres—
—Me da gusto que pienses eso...
— Y... ya no quiero devolverte, quiero conservarte. Ya sea como tu amiga, o como tu novia, te quiero en mi vida. Mi nombre viniendo de tus labios me gusta más— Tomé su mano y nos acercamos lentamente hasta que nuestras caras estaban a centímetros de tocarse. Quería besarlo, tenia tantas ganas de un beso de él, era la primera vez que yo iniciaba un beso y por no saber como hacerlo solo tome su rostro con mis manos y lo bese de golpe, él siguió el beso pero yo no tenía idea de lo que hacía y me detuve.
—Lo siento...— dije avergonzada tocando mi cabello y él solo tenía un gesto algo sorprendido—Yo-yo no sé muy bien cómo hacer esto... — él volvió a acercarme abrazando mi cintura.
—¿Por qué no yo te guío a ti esta vez? —dijo de una manera coqueta y asenti con mi cabeza de manera involuntaria, tomó mi mejilla y me besó, en unos segundos pude sentir mil emociones al mismo tiempo, fue el mejor instante de mi vida. Cuando acabó, solo nos quedamos uno frente al otro y él tenía una sonrisa estúpida en sus labios, se veía tan tierno, tan lindo, me encantaba.
—Entonces... ¿ahora somos...? —me preguntó aún con su sonrisa, apretando su bastón con su mano, de manera nerviosa.
—Solo si haces la pregunta, sino no es oficial — dije con más seguridad y él tomó mi mano intentando ver mi rostro.
—Victoria, ¿puedo ser tu novio?
—...sí— Lo abracé y volví a besar, estaba llena de felicidad y sentía que esto era lo mejor de la vida. Cuando el besó acabo senti como Isaac tocaba mi ropa.
—Es-¿Es mi sudadera?—preguntó cuando noto lo que traía puesto.
—¿Qué? Dijiste que podía usarla y todavía tengo frío—rió por la nariz, dimos la vuelta en dirección de donde yo venía e Isaac comenzó a caminar abrazándome con una mano y con la otra usaba su bastón.
—¿Qué haces? — pregunte con una risita.
—Te llevo a tu casa, porque-
—¿"Porque el novio siempre deja a la novia en su casa"? —interrumpí burlándome de lo que me había dicho en la tarde, él rió pero no me soltó.
—Ahora que estás de mejor humor, en serio. ¿Cómo te fue en tu audición?
—Bien, siempre que audicionó me muero de nervios pero al final solo lo hago y termino obteniendo algo bueno
—Y esta vez dudo que sea la excepción ¿cuándo te dan una respuesta?
—Mandarán correo de los resultados mañana en la noche.— Seguimos hablando de cosas pequeñas hasta que llegamos a la entrada de mi casa—Creo que ya puedes irte con tu conciencia en paz—
—Sí pero me falta algo...
—¿tu sudadera? Lamento decirte que no planeo devolverla, aún tengo frío y es una pena que no veas que me queda mejor a mi
—Uh no, sabía que te quedarías la sudadera. Yo hablaba de otra cosa que me falta— dijo señalando con su dedo índice su mejilla, puse mis ojos en blanco y le di su beso de despedida y me quedé en la puerta viéndolo irse hasta que desapareció en la oscuridad.
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Vidas Cruzadas
Teen FictionIsaac y Victoria fueron amigos de pequeños pero se tuvieron que separar por varios años, eso no impidió que Victoria siguiera pensando en Isaac todos esos años. Isaac ha tenido unos años difíciles pero una vez reencontrándose con Victoria tal vez su...