*Isaac*
Me sentía vacío, como si después de ese día me faltara algo, claro, algo además de mi vista, sentía que solo estaba sobreviviendo y había dejado de vivir, mamá no ayudaba mucho tampoco, había pasado un año del accidente y seguía tratándome como si tuviera todos mis huesos rotos y no pudiera moverme, para varear, decidió mudarse a otra casa justo cuando me había acostumbrado a la otra. Todo esto era un problema acumulado en grande que no le quería contar a mamá porque no quería que se preocupara por mí, sentía que ella estaba demasiado abrumada, no solo se había quedado ciego su único hijo, sino también estaba cuidándome sin mi padre ya que se habían divorciado hace un par de años, pero ella era igual que yo y no quería que se preocuparan por ella entonces todo esto ella también se lo guardaba.
Tampoco quería salir a intentar caminar, nos mudamos al fraccionamiento donde vivía cuando tenía 8 y no quería que alguien llegara a reconocerme y me preguntara qué me pasó, no era algo fácil de contar y obviamente no sabrían cómo reaccionar sin sentir lástima por mi. En la mañana del viernes desperté y me alisté chocando con varias cajas que todavía no acomodamos >>hice esto solo para estar en casa sintiéndome como un estorbo<< pensé. Estaba en mi cuarto oyendo música para desaburrirme cuando volví a pensar en ella, Victoria, hubo varias veces de pequeño en las que le rogué a mis padres que me llevaran a visitarla pero siempre tenían una excusa, me preguntaba si ella todavía vivía aquí, pensaba que tenía demasiadas ganas de poder escucharla y saber de ella pero no quería que viera lo que me paso, yo quería que me viera como un chico normal, no como un discapacitado; de pronto escuche abajo el camión de mudanza llegar con nuestros muebles y decidí bajar para sentir que hacia algo aunque la verdad fuera otra.
—Oh no vengas cariño hay mucha gente— Oí a mamá mientras llegaba a la entrada, un lado bueno de todo esto era que no me quedé totalmente ciego, conservé muy poca visión o sea que solo podía ver manchas y todo era EXTREMADAMENTE borroso, lo que podía alcanzar a ver era algo que creo era el camión y mucha gente usando algo gris o azul como uniforme, una silueta diciéndoles dónde poner las cosas la cual era mamá y el resto era imposible de percibir.
—No te preocupes, tengo mi bastón— Llegué a donde creía que estaba mi mamá y ella me apartó de la gente.
—Vuelve adentro cariño, no quiero que te lastimes
—Llevo todo el dia adentro, ya me cansé
—Bueno en ese caso ten— Dijo guardando mi bastón y poniendo una caja en mis manos
—¿Qué es?
—Es la vajilla, esperame un segundo y te diré cuándo puedes entrar a ponerla en la cocina— Asentí con la cabeza y la oí irse, me quedé un rato parado con la vista perdida intentando percibir si había vecinos afuera o no y en eso pude ver los colores del cielo, tal vez eran las 5 o 6 de la tarde porque estaba atardeciendo, todo se veía como si el cielo fuera naranja y solo pude imaginar cómo se veía todo en realidad.
Volví a mi cuarto y me acosté en mi cama cerrando los ojos para intentar imaginar cosas, quería ver el atardecer, quería ver mi antiguo hogar y más que nada la quería ver a ella, claro que antes del accidente conocí a muchas personas, a varias chicas, pero ninguna como ella, me preguntaba si seguía siendo la misma, la misma niña graciosa y amable que logró no cambiar, pero lo mejor sería olvidarme de ella, después de todo, ni siquiera mis "amigos" quisieron verme cuando supieron lo que me pasó ¿por qué ella querría estar conmigo?
A la mañana siguiente desperté con la intención de aunque sea hacer algo mínimo, pero algo por mi cuenta, ¿memorizar la casa? ¿dar una vuelta sin perderme? Tal vez hasta ayudar en la comida, decidí caminar por la casa y tal vez si no me fastidiaba podría memorizar los espacios.
—Hola cielo ¿quieres algo? — dijo mamá en cuanto me vio bajando las escaleras.
—No, solo... quería caminar un poco
—Oh, no quiero que hagas esfuerzos...
—Mamá, ya ha pasado un año, creo que estoy bastante recuperado— Dije con honestidad y sentí que ella me miraba con pesadez.
—Bueno... solo no salgas
—Okey—contesté, la parte de arriba ya la tenía memorizada eran solo 3 cuartos así que sólo me faltaba la parte de abajo, estaba contando pasos e intentando hacer memoria de todo, aún había cajas pero casi no me estorbaban, había al fondo una puerta corrediza que daba a el jardín de la casa, di un par de pasos afuera cuando me caí con algo, al parecer se oyó porque al segundo después oía a mama llegando.
—¡Isaac!— gritó preocupada levantándome a la fuerza—Te dije que no salieras ¿estás bien?—preguntó preocupada.
—Sí, estoy bien, solo me caí
— No no no, sabía que no debí dejarte— Mamá me llevó adentro a la fuerza y me sentó en el sillón, preferí no discutir con ella, simplemente no tenía la energía para hacerlo.
Tenía mis audífonos y celular en la bolsa así que oí música para distraerme intentando no enojarme, era estupido, yo soy estupido, un estupido ciego, seguro me caí con una roca o algo asi, si pudiera ver no hubiera pasado, pero no tenía sentido decir "si pudiera" porque el resto de mi vida sería así. Estaba sobrepensando todo esto así que no me di cuenta de que había entrado alguien a la casa y no lo supe hasta que mamá me toco el hombro y me quite un audífono, sentía a alguien más con ella pero no sabía quién era.
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Vidas Cruzadas
Ficção AdolescenteIsaac y Victoria fueron amigos de pequeños pero se tuvieron que separar por varios años, eso no impidió que Victoria siguiera pensando en Isaac todos esos años. Isaac ha tenido unos años difíciles pero una vez reencontrándose con Victoria tal vez su...