~>¿Solo Amigos?<~

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*Isaac*

Sin notarlo, la mitad del semestre había pasado y la gente a mi alrededor no me ignoraba cómo había esperado, no se hicieron mis amigos pero al menos me hablaban, el único que se volvió mi amigo fue Alex, lo veía en nuestras 2 clases juntos y a veces los días que no teníamos clase juntos, lo veía en el almuerzo y comía conmigo y con Victoria, sorpresivamente aprender portugués se me dio más fácil que a Alex y la mayor parte de las veces, él me pedía ayuda a mi con trabajos y en las clases, a su vez, también pude aprender a hacer más cosas por mi cuenta gracias a Victoria, ella sin pensarlo 2 veces me llevaba a todos lados y logré salir más, después de pasar tanto tiempo con ella noté como cada vez que se acercaba demasiado a mi, mi cuerpo se ponía nervioso. No le dije nada de esto porque no sabía si me correspondía, ella era naturalmente cariñosa con todo el mundo así qué tal vez cada vez que me daba su beso de despedida yo solo me hacía ideas en mi cabeza que nunca pasarían.

Mientras pensaba todo esto, estábamos en su casa horneando como todos los viernes, pero a pesar de que ella bromeaba y hablaba yo noté que sonaba cansada y estresada.

—¿Estás bien? — pregunté cuando hubo un silencio.

—¿Eh? Ah sí ¿por qué?

—Suenas estresada

—Estoy bien, no pasa nada

—¿Es por tu audición? — ella suspiró.

—Tal vez... —Su audición era mañana y ella había estado entrenando diario por 1 mes entero —Es que ya no sé lo que quiero. Si me dan un solo tal vez no soy tan buena y es demasiado trabajo, pero si me mantengo en la rutina grupal ¿qué tal si me estoy conformando y ya no mejoro? —dijo rápidamente preocupada.

—Oye... —dije tomando su mano, era suave y cálida. —No te preocupes, has practicado todo el mes como loca, deberías descansar un momento, pasará lo que tenga que pasar y estoy seguro de que tu trabajo se va a notar— ella me abrazó fuerte por unos segundos y sentí mi corazón deteniéndose por unos instantes, cuando me soltó volvió a su ánimo habitual pero esta vez era genuino.

Pasamos a su cuarto y ahí ella estaba decidiendo su atuendo para mañana pero yo solo pensaba en ella, en cómo ya no podía lidiar con mis sentimientos por ella, en como me mataban estos sentimientos, tener algo tan cerca y que por miedo al rechazo no fuera mío, así que cuando se sentó a mi lado en su cama, decidí solo hacerlo.

—Oye...¿te puedo preguntar algo? —comencé a decir algo nervioso.

—Ajá— respondió de manera inocente.

—¿Hay... alguien en la escuela que... te llame la atención?

—¿Eh? —dijo sin siquiera saber de lo que hablaba.

—Si, o sea, alguien que veas...guapo— era una conversación incómoda pero ya estaba pasando.

—Pues no sé, creo que los chicos más decentes tienen novias ¿Sabías que todas las chicas de gimnasia creen que somos algo?

—¿Tu y yo?

—Ajá

—Y...¿te molesta?— pregunté tímidamente.

—Pues no, pero se hacen ideas que no son reales

—¿Y por qué no? — me acerque más a ella haciendo que nuestros brazos se tocaran, estaba muriendo de nervios pero actúe con confianza para no acobardarme— ¿Nunca lo has pensado? — podía sentir su respiración y sentía como me veía de los pies a la cabeza.

—Umm no, la-la verdad no... —en eso solo me arriesgue y puse mis labios sobre los suyos. Sus labios eran suaves y dulces pero su cuerpo estaba inmovil así que me aparté, sentí mis mejillas enrojecerse y gire mi rostro a otro lado mientras Victoria guardaba silencio.

—Umm, lo-lo siento—murmuré avergonzado y me paré rápidamente acercándome a la puerta para irme pero sentí como ella tomó mi brazo deteniéndome.

—Por... ¿Por qué me besaste?— comenzó a decir confundida—Solo somos amigos, siempre lo hemos sido—dijo alterada y alzando su voz sin notarlo parándose frente a mí.

—Lo-lo sé pero-

—¿Entonces? —me interrumpió casi enojada.

—Porque sí ¿okey? porque me atraes, me gustas ¿entiendes? —Respondí en un tono más alto para evitar que me interrumpiera de nuevo—Siempre me has gustado ahora que lo pienso, y no me refiero a ahora que nos reencontramos sino desde antes, nunca pude dejar de pensar en ti, y ahora que estás en mi vida eres casi en lo único que pienso— ella soltó una risa entre dientes que me hizo sentir inseguro por un momento.

—Lo siento, no-no me rio de ti, es- ¡agh! Esto es demasiado...—Dijo disculpándose y buscando las palabras para expresarse.

—Supongo que yo no te gusto a ti—asumí bajando mi cabeza.

—No... — comenzó a decir dudosa.

—¿Es por... mi ceguera?

—¿Qué? ¡No! No empieces con eso, sabes que nunca me ha importado—suspiró—No lo sé... me agradas, me agradas bastante y creo que... también me gustas, un poco al menos. A veces hablar contigo es más fácil que hablar con Abby o con cualquier otra persona, eres gracioso, honesto y considerado y casualmente al mismo tiempo eres... algo lindo—tomó una pausa—Creo que al principio no lo quería admitir pero sí, me gustas un poco más de lo que quisiera admitir—

—¿Entonces?

—Entonces no sé, nunca te vi como mi novio, pero siento que si ambos nos sentimos así es porque aun no decidimos si solo somos amigos.

—Dame una oportunidad— pedí—salgamos—

—¿Qué?—dijo confundida.

—Sí, salgamos por un tiempo, el tiempo que tu quieras, semanas, meses ¡AÑOS! Si quieres y si no resulta podemos solo... dejarlo como amigos y olvidar que pasó, incluso puedo desaparecer de tu vida si quieres

—Cierra la boca, no digas eso. No eres un objeto que puedo escoger si conservo o no

—Victoria—comencé a decir— me has ayudado como nadie más en estos meses, dame la oportunidad de hacerte tan feliz como tú me haces a mí— tomé su mano.

—...bien...—aceptó de manera insegura.

—Bien, entonces mañana te acompaño a tu audición

—Pero dijiste que no querías ir-

—Ahora digo que sí

—Bien, como quieras— respondió como una niña enojada y soltó mi mano—Bajemos, aún hay que lavar los platos de hace rato—dijo cambiando el tema llevándome de la mano abajo. Abajo ella lavaba y yo secaba pero estaba alegre de al menos tener una oportunidad, ella por otro lado estaba callada, incómoda y sentía como me veía de reojo.

—Puedes hablar ¿sabes? ¿o solo vas a verme? —dije rompiendo el silencio con mi ánimo usual.

—No te estaba viendo, estoy normal, tu eres el que está raro—respondió poniéndose a la defensiva.

—Puedo sentir tu mirada, y tu corazón también está latiendo más rápido

—¿Por qué lo dices?

—Porque puedo oirlo

—Ahora estás inventando cosas— me acerque a su cuerpo.

—Ahora late más fuerte— dije en un tono susurrante cerca de su rostro.

—¡Ya basta! —ella me empujo y siguió lavando enojada.

Vidas CruzadasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora