!!.•{{Conversaciones Pendientes}}•.!!

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*Isaac*

En los últimos días había notado que mamá estaba estresada por algo pero cada vez que se lo quería preguntar, ella siempre evadía la conversación, eso fue hasta que después del cumpleaños de Victoria, estaba en mi cuarto vistiéndome y mamá tocó la puerta.

—¿Puedo pasar?—preguntó.

—Si ¿qué pasa?—entró y oí cómo tomó asiento en mi cama así que la acompañé.

—¿Hoy harás algo?—me preguntó algo tensa.

—Umm pues pensé en ir con Victoria ¿pasa algo?

—Cielo, sabes que amo a Victoria pero tendrás que visitarla otro día

—Pues si me necesitas está bien, pero dime qué pasa

—Tu...padre...vendrá de visita—dijo con pesadez.

—¿Qué?—Hubo un momento de silencio—¿Por-por qué? ¿viene sin avisar?—comencé a preguntar enojado levantándome de la cama.

—Él me avisó, lo hizo hace una semana

—¿¡Y por qué no me dijiste nada?!

—Porque sabía que te ibas a alterar...lo siento tesoro

—¿En cuanto llega?—pregunté en un suspiro.

—En una hora, solo...intenta ser amable ¿sí?— mamá se fue y llamé a Victoria para decirle que no la visitará ese día.

—Lo siento

—No no no, no te disculpes— dijo con alegría y calma—Pasa el día con tu papá, después me contarás como te fue ¿okey? —

—Okey...—colgó y desee que no lo hubiera hecho, quería decirle a alguien, quería quejarme aunque sea un segundo de él, de cómo en el momento en el que me dijeron que sería ciego el resto de mi vida él decidió alejarse aún más de nosotros, de mi. En lo que papá llegaba, ayudé a mamá a hacer algo de café para la tarde, necesitaba mantenerme ocupado para no perderme en mis propios pensamientos, necesitaba ignorar lo que sentía, después de unos minutos finalmente llegó él, mamá abrió la puerta y yo me acerque para recibirlo.

—¡Isaac!—exclamó y me dio un abrazo que me tomó por sorpresa—mírate, haz crecido mucho—dijo alegremente.

—Sí creo que he crecido un poco en los últimos 2 años— contesté un poco frío y él soltó una risa nerviosa, lo invité a pasar y lo primero que me hizo enojar un poco fue que quiso guiarme en mi propia casa pero decidí no darle mucha importancia y solo ser amable como quería mamá, tuvimos una conversación algo incómoda en la que él y mamá hablaban, de vez en cuando me incluían en lo que decían y él me intentaba hacer preguntas personales, yo solo le conté cómo había aprendido braille y leído un par de libros y que ese semestre había vuelto a la escuela, a esto él no opino mucho pero sentía como me miraba con incomodidad. Él por su parte habló un poco sobre su otra familia, eran él, su esposa y su nuevo hijo.

—Tienes 6 años, se llama Liam—dijo mientras le mostraba a mamá una foto que guardaba en su cartera.

—Es adorable—dijo mamá.

—Sí, me recuerda mucho a ti—dijo refiriéndose a mi— a esa edad eras muy parecido a él—

—No lo sé, no recuerdo mucho—respondí amablemente, encogiéndome de hombros.

—Y a Liam le emociona la idea de tener un hermano mayor ¿sabes? No deja de hablar sobre jugar futbol contigo

—¿Entonces le contaste del fútbol?

—Claro, jugaste un buen tiempo hasta...— no supo cómo continuar y hubo un silencio incómodo.

—Entonces le contaste del fútbol pero no que soy ciego—asumí, portándome un poco grosero.

Vidas CruzadasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora