Vidas Cruzadas

°°°El Corazón Nunca Olvida°°°

4 Años Después

Victoria

—Gracias por dejarme quedarme con ustedes— dije a medio camino con las manos en el volante.

—Ya sabes que mi mamá te adora, creo que te prefiere a ti que a mí— afirmó Abby. Después de 1 semestre en una carrera que no resultó, mamá y yo decidimos que debía tomarme un año en el que me dedicara a mi misma y un trabajo pequeño, por eso, Abby me propuso buscar un trabajo en mi antiguo hogar y quedarme con ella y su mamá durante ese tiempo. —Y...—comenzó a decir—¿ya sabes que trabajo quieres?—

—Pues lo que sea que pague es bueno, si me gusta será algo extra—contesté—¡Oh ya sé!—

—¿Qué?

—Aun me hablo un poco con mi maestra de ballet, puedo pedirle ser su asistente o algo en las clases—dije emocionada de mi propia idea.

—Suena bien, entonces ¿qué quieres hacer primero? Ir de inmediato a pedir ese trabajo O—remarcó y alargó la "o"—podemos hacer un par de salidas para que te acostumbres a estar devuelta—sugirió.

—Tal vez ¿alguna idea?

—Podemos ir a tomar algo o si quieres algo tranquilo, podemos solo salir a manejar...

—Suena bien

—O puedo llevarte con Isaac—dijo con un tono descarado. Me tomó por sorpresa y el freno lo puse de golpe en la luz roja. —¡¿Qué te pasa, me quieres matar?!—quejó.

—Perdón—suspiré—no hablas en serio—

—¿Sobre qué?

—Sobre él

—Y... ¿si lo hiciera?— usó otra vez ese tono burlón.

—Ya cada quien tiene su vida ¿para qué buscarlo?

—Para hablar las cosas, nunca lo hicieron

—Él no lo quiso hacer, ya pasó su oportunidad, es mejor olvidarlo—seguimos el camino con ella queriendo seguir con el tema y yo evadiéndola.

***

4 años después.

Isaac

—¿No prefieres que yo te lleve?— suplicó mi mamá.

—No, está bien, Alex me llevará—le respondí con calma tomando mis cosas y dirigiéndome a la puerta.

—¿Seguro?

—Confía en Alex, no es ningún secuestrador que yo sepa

—No juegues con esas cosas, regresa a buena hora

—Sí, adiós, te amo— salí y oí la bocina del coche de Alex, él bajó la ventana.

—Hola, a tu derecha—indicó y moví mi bastón a ese lado para sentir la puerta del copiloto y subir. La música estaba exageradamente fuerte así que cuando me subí lo primero que hice fue cubrir mis oídos y bajar el volumen —¿Qué te pasa?—quejó confundido.

—Ya estoy ciego, no quiero quedarme sordo—manejó sin importarle mucho lo que dije y volvió a subir el volumen, aunque un poco más bajo. En los últimos años había decidido conseguir un trabajo pero casi ningún lado quería contratar un "joven con impedimentos visuales" así que Alex se las ingenio para que en las clases de música que estaba empezando a dar a niños, me aceptaran. Llevábamos solo unas semanas dando clases a niños de 12 y 7 años pero me agradaba, incluso pensaba en hacer eso en algún futuro, antes de llegar a la casa donde daríamos clase Alex decidió ir una cafetería por unos cafés y le pareció buena idea dejarme en un lugar que no conocía solo, di un paso pequeño para buscar una mesa libre pero una chica dio un paso en la misma dirección, solo oí un grito ahogado de su parte.