˚ · ༄ ── 𝐋𝐄𝐓 𝐈𝐓 𝐑𝐎𝐂𝐊
❛El mundo no estaba preparado para la revolución que dos bandas como Ivory Lace y Guns N' Roses supondría. Drogas, alcohol, sexo, música... No nos importaba nada, nos sentíamos invencibles. Alcanzamos la cima y nos hici...
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── PUEDES MENTIRME A LA CARA, HACERME A UN LADO PERO HAY ALGO QUE NO SPORTO, Y ES QUE ME CREAS TU MUJER
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Los Angeles, California 11th July, 1987
DUFF.
Bebía una botella de Night Train mientras observaba todo a mi alrededor. «The Cathouse» era un lugar desastroso, lleno de caos y excesos. Era casi nuestra casa. Habíamos actuado aquella noche en el club, y las chicas, como siempre, habían venido a vernos, pues ellas actuaron un día distinto. Tuvieron mucho éxito, como ya era común y de esperar.
Entre tantas drogas y prostitutas, no pude divisar a ninguno de mis amigos. Slash y Claudia habían desaparecido, como de costumbre. Axl estaría coqueteando con alguna stripper o a alguna prostituta, y Lina estaría muy probablemente detrás de él para regañarlo o para reventar a palos a cualquiera que se le acercara a su querido pelirrojo. Steven y Tiana estarían drogándose, e Izzy más de lo mismo; o tal vez habría ido a vender algo de mercancía. A la única que pude divisar fue a mi novia, Marian, la cual ni siquiera parecía mi novia. Ella hablaba animadamente con Kelly Nickels, ahora bajista de L.A. Guns, y yo la miraba de vuelta atentamente.
—¿Celoso? —se burló Axl, apoyando una de sus manos en mi hombro y bebiendo una cerveza.
—¿De Nickels? —pregunté incrédulo—. Ese gilipollas no sabe ni tocar bien el bajo... —rodé los ojos mientras prendía un cigarrillo.
—No me puedo creer que estés celoso... —se sorprendió el pelirrojo—. Estás siendo un capullo con Marian, y literalmente todo Sunset Strip sabe que te estás tirando a la rubia de Mandy Brixx.
—¿Te lo ha contado tu amorcito Lina? —lo miré incrédulo y algo molesto—. Ya no se puede llevar nada en secreto en esta puta ciudad... —me inquieté un poco.
—No me lo ha dicho nadie, gilipollas —me golpeó en la nuca, muy cabreado—. Es más evidente que mi belleza —se señaló con egocentrismo.
—¿Por qué no vas a follarte a una puta, Axl? —pregunté sarcástico, sin muchos ánimos y rondando los ojos.
