˚ · ༄ ── 𝐋𝐄𝐓 𝐈𝐓 𝐑𝐎𝐂𝐊
❛El mundo no estaba preparado para la revolución que dos bandas como Ivory Lace y Guns N' Roses supondría. Drogas, alcohol, sexo, música... No nos importaba nada, nos sentíamos invencibles. Alcanzamos la cima y nos hici...
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── CREO QUE TE EXTRAÑARÉ PARA SIEMPRE COMO LAS ESTRELLAS AL SOL EN UN CIELO MAÑANERO
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New York City, New York 24th October, 1987
MARIAN.
Estaba enfadada, furiosa y molesta, pues, nuevamente, una entrevista de Ivory Lace había terminado en desastre absoluto. Nos estábamos haciendo una mala reputación por el mundo, pues no pasaba ni una semana en la que no creáramos polémica y revuelo para darle a la prensa algo con lo que alimentarse. Pero, nosotras no teníamos la culpa de que no se nos tomara en serio como artistas, de que nos hicieran preguntas de mierda mientras que a los chicos y a todos los demás artistas de la industria les hacían preguntas coherentes y totalmente profesionales. O se nos tomaba demasiado enserio o se nos tomaba a broma, y eso era agotador.
Callarme no era mi especialidad, y cada vez que hablaba, aunque fuera educadamente, el mundo parecía colapsar, y de nuevo había ocurrido eso mismo hoy en el plató de The Headbangers Ball. La prensa y los fanáticos tendrían contenido del que hablar largo y tendido durante un par de semanas, el tiempo mínimo que nos daba a mí y a mi grupo para volver a protagonizar otra polémica mundial.
La noche estaba apunto de caer sobre la icónica ciudad de Nueva York, y a través de la ventana adornada por cortinas color violeta de mi habitación de hotel podía observar todos los rascacielos tan amados por el director de cine y actor Woody Allen. De fondo sonaba «Led Zeppelin IV», el mejor disco de mi banda favorita del mundo que también daba nombre a dicho álbum: los malditos dioses de la música, «Led Zeppelin». Bailaba despreocupada al ritmo de «Misty Mountain Hop» por toda mi habitación, descalza y con mi melena castaña revuelta. Prendí una de las preciosas y refinadas lámparas que se encontraba sobre una de las mesitas de noche color beige junto a la cama que presidía la habitación, y también me permití el lujo abrirme una lata de coke, la cual sujetaba con mi diestra mientras bailaba como en un sueño nebuloso al compás de la voz de Robert Plant.
Le estaba cogiendo cariño a Nueva York, y mañana tendríamos que dejar la ciudad para ir a Poughkeepsie, otra ciudad menos conocida que la icónica New York City del mismo estado neoyorquino. Por suerte, saldríamos del estado varios días para dar algunos conciertos en otros estados y luego volveríamos a la ciudad de Nueva York para tocar en el famoso CBGB Club, donde miles de bandas incónicas de punk rock habían tocado y prácticamente lanzado a la fama. Estaba ilusionada por tocar en ese lugar, igual que el resto de Ivory Lace y todo Guns N' Roses, pues al mismo tiempo que el Whisky a Go Go era la cuna del rock, el CBGB era la cuna del punk rock. Sería como una Ramone por un día, y eso era excitante... Marian Ramone. Bueno, no sonaba del todo mal.
