Amo a mi profesor. Primera Parte.

5

¿Quién diría que el tiempo pasaría tan deprisa? Hoy es el día de la tan esperada graduación. Había planeado hace mucho tiempo confesar mi amor a Thomas este día, pero para ser sincera nunca pensé que tendría oportunidad de hacerlo. Era mas bien una fantasía. Ahora que es totalmente posible decirle lo que siento, no tengo idea de si lo haré o no. En esto pienso mientras mi madre lucha por controlar mi cabello. 

Luego de una revisión exhaustiva de todos nuestros atuendos por parte de mi madre, por fin subimos al coche y nos dirigimos al sitio donde tendrá lugar el evento. Cuando ya estamos allí, lo primero que hago, casi como reflejo, es buscar a Thomas con la mirada. Y lo encuentro. Esta de pie justo a un lado de la tarima, escuchando atentamente las instrucciones del director Jones.

Mi familia toma asiento y yo me dirijo a la fila que me corresponde. Desafortunadamente Derek se encuentra muy lejos, una de las pocas cosas que no tenemos en común es la letra inicial del apellido. Unos minutos mas tarde, el director da comienzo a la ceremonia. No presto mucha atención hasta que por fin empiezan a entregar los diplomas. Hubiera esperado que el director mismo los entregase, pero no, el encargado de aquella tarea es nada mas y nada menos que Thomas. La fila en la que estoy empieza a vaciarse y antes de que pueda estar lista, es mi turno.

—Felicitaciones, Señorita Hope. Le deseo muchos éxitos —me dice el Sr. Jones con solemnidad.

Camino un poco mas y el profesor me entrega el tan anhelado diploma.

—Felicidades, Carly —dice dedicándome una de sus mejores sonrisas.

Doy un ligero asentimiento y bajo de la tarima. No debería importarme tanto como me importa que me llamara por mi nombre, pero es inevitable. Hasta ese pequeño detalle logra afectarme. Encuentro a mi familia hecha un mar de lagrimas y enseguida una lluvia de abrazos cae sobre mi. Todos me felicitan y desean lo mejor. La emoción empieza a invadirme a medida que todos hablan. Derek llega un rato después.

—Lo logramos —me dice.

—Así es, y llegamos enteros —añado.

Nos damos un fuerte abrazo.

Todos nos trasladamos al lugar de la comida y allí pasamos el resto de la tarde. Mi padre no tarda en mencionar la universidad y pronto es el tema de conversación en la mesa. Todos discuten acerca de las mejores universidades y hasta mencionan que Derek fue aceptado en Helsinki y que pronto viajara. No participo en el debate. Tengo mis metas y objetivos lo suficientemente claros.