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Actuamos normalmente mientras vemos la película, cosa que me alegra porque no estoy preparada para muestras de cariño en público. Vamos a comer después.

-¿Cuándo regresan tus padres? -me pregunta.

-En dos semanas, creo. Odio que me dejen sola tanto tiempo.

-Ven conmigo.

Me atraganto con una papa frita.

-¿Qué dices? -digo.

-No te gusta estar sola, yo tengo mucho espacio. Además me gustaría tenerte más cerca.

-Pero lo que tenemos se limita a... Besarnos, no es suficiente para considerarlo relación -le hago saber.
-Para mí es suficiente. Ambos queremos compañía, ¿no?

En serio esto ya es otro nivel.

-Aún no entiendo ese interés tan repentino en mí, Thomas. Es extraño...

-Es atracción. Soy humano, además hombre. Eso sucede. Tú eres bastante linda y me atraes. Tan simple como eso -aclara.

-No lo sé.

-Piénsalo. Por ahora, creo que es hora de irnos.

Thomas conduce de vuelta a casa. Ya esta oscuro. La idea de quedarme con él me parece descabellada. Y que lo proponga así, de la nada, aún más loco. Realmente no lo entiendo. Debo pensarlo bien.

Llegamos y me acompaña a la puerta, pero noto algo extraño en la cerradura. Tiene varias abolladuras alrededor y la madera de la puerta también está algo dañada. Ver eso hace que me invada un miedo horrible.

-Intentaron entrar -dice Thomas. Gracias al cielo estoy con él.

-Por favor, entra conmigo -le pido.

Introduzco la llave, pero la cerradura opone algo de resistencia, así que debo empujar muy fuerte para abrir.

Enciendo las luces y siento alivio cuando veo que las cosas que se pueden robar están justo ahí.

-Es muy peligroso que estes aquí sola, Carly.

Ah, tiene razón. Además en este momento tengo mucho miedo de que lo intenten de nuevo.

-¿Podría ser esta misma noche? -pregunto.

-Sí, no hay ningún problema.

Esa misma noche preparo ropa para unos días, aseguramos mi casa muy bien y Thomas me lleva a su departamento. No tengo idea de cómo salga esto.

-Tomaré el sofá -le digo.

-El sofá no esta disponible -me contesta -Nada esta disponible, excepto mi cama.

Oh...

Lo observo y me río.

Me preparo para dormir y en unos minutos me encuentro sentada al borde de la amplia y cómoda cama de Thomas. Su habitación es enorme. Él se mete entre las sábanas y apaga la luz. Me siento desubicada, hasta que él desliza las sábanas de debajo de mí y las levanta para que me recueste. Eso hago, pero intento estar alejada. Él respeta eso, y se mantiene donde esta.

Escucho su respiración lenta y pausada. Las sábanas moviéndose ligeramente. Estoy acostumbrada a dormir con muchas mantas, pero Thomas duerme con una sola, así que pronto siento frío. Muevo un poco la pierna y choco contra la suya. Me sorprende sentir que está bastante caliente, pero la retiro enseguida.

-Estas helada -susurra.

-Lo siento.

Él cambia de posición. Se acerca a mí y con cautela me rodea con su brazo cálido. Me pega a su cuerpo y siento como si no pudiera estar en un lugar mejor, su calor me invade de inmediato. Me siento avergonzada y nerviosa, así que mi pulso es acelerado. Sin embargo, después de unos segundos se normaliza. El calor y la increíble comodidad no me permite permanecer despierta.

Amo a mi profesor. Primera Parte.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora