Día número cuatro. El traumatizante sueño de anoche no me dejó dormir más, pero tampoco quise pensarlo mucho. Hoy tampoco tengo planes, pero luego de pasar la mañana recostada y con los músculos adoloridos por el ejercicio de ayer, decido que quiero ver una película. He descubierto que odio con mi alma estar literalmente sola, quizás estar rodeada de más gente me haga bien.
Justo cuando estoy a punto de entrar al baño, el timbre suena estruendosamente y me sobresalta. Bajo enseguida. Temo que sea quien creo que es.
¡Oh, sorpresa! ¡Es justo esa persona!
-¿Qué tal, Carly? -pregunta a modo de saludo.
-Yo bien, ¿a qué se debe tu visita?
-Estoy algo aburrido y me tentó mucho la idea de venir, espero que no sea mal momento.
Aquí huele a que alguien tiene ganas de follar y pretende ocultarlo.
-Entiendo, pero estaba por salir.
-¿A dónde vas en esas fachas? -me mira de arriba abajo.
-Quiero decir, estaba preparándome para salir. Me interrumpió -aclaro -Voy... A ver una película.
Me mira divertido y desafiante.
-Hace un tiempo no voy a cine.
Ay, ya, en serio. Debe estar bromeando.
-Supongo que no hay problema en que vayamos los dos... -murmuro -Puedes pasar y esperar aquí hasta que esté lista.
-Bien.
Lo dejo en la sala de estar y subo como un rayo a mi habitación. Debería acostumbrarme a sus visitas. Esta especie de relación aún se me hace extraña. Incluso es extraño llamar esto "relación".
Me tomo mi tiempo en la ducha y salgo envuelta en una toalla.
-¡Ahh! -grito cuando veo a Thomas en mi habitación muy entretenido usmeando entre mis cosas. El rojo sube a mis mejillas y siento mi cara ardiendo -¿Qué haces aquí? Dije que esperaras abajo, por Dios. No es bueno invadir la privacidad de nadie.
Miro a suelo y me sostengo de la pared.
-¿Todas las mujeres tardan tanto en el baño? -es lo único de dice.
-¡Ese no es el punto! Por favor sal de aquí.
-¿Por qué?
-Quiero privacidad, Thomas.
En un segundo lo tengo a escasos centímetros de distancia. Mi pulso se acelera. No puedo sostener la mirada en él. Sube mi mentón y me obliga a mirarlo. Me hundo en la profundidad de sus ojos. Sin dejar de sostener mi barbilla tiernamente, poco a poco une nuestros labios. Sus movimientos son precisos. Pega su cuerpo al mío. No dejo de sostener la toalla que me cubre en ningún momento. Pero él toma mis manos.
Pequeños fragmentos del sueño de anoche viene a mi mente de la nada.
-Thomas... -susurro -No... No quiero.
Él me mira. Me besa más intensamente y toma mi trasero para enrollar mis piernas en su cadera. La posición en la que estamos hace que me sonroje aún más y respire con dificultad. Unos segundos después me baja en medio de un gruñido y se separa de mi.
-No tardes -dice antes de abandonar la habitación.
¿Qué adolescente tiene tanto autocontrol en estos tiempos?
No me tardo demasiado y bajo pronto. Todavía no me acostumbro a esos besos que parecen suceder en otro plano existencial, como en una dimensión distante que no es la realidad. Parece que floto cuando se acerca así tan de repente y me besa con tal habilidad y delicadeza. Cada movimiento parece perfectamente planeado. La suavidad firme con la que me toca es extraordinaria.
—Carly —me llama con un tono de voz un poco alto —Que subas al auto, mujer. ¿En qué piensas tanto?
—Nada, nada —digo apresurada.
Conduce hasta el centro comercial más cercano. Es un tanto incómodo el ambiente entre los dos, creo que ninguno esperaba estar caminando juntos en un lugar tan público.
Elegimos una película de acción, y cuando estamos por entrar en la sala, se cruza con nosotros la última persona sobre la tierra que puede vernos juntos. El Sr. Jones, director de la escuela.
—Vaya sorpresa, señor Cooper. ¿Acompaña a la señorita Hope? —pregunta observándolo con detenimiento.
—No, no, señor Jones, fue una coincidencia nada más. Es normal en este tipo de sitios públicos. De hecho, yo voy para otra película —contesta.
—A mi se me hace tarde, mi familia me espera. Adiós director —miento.
Thomas y yo nos separamos. Cuando estamos seguros de que se ha ido, entramos a la sala juntos.
Que extraño.
ESTÁS LEYENDO
Amo a mi profesor. Primera Parte.
Ficção AdolescenteCarly Hope esta culminando el ultimo grado y planea confesar su amor a Thomas Cooper, que no es un chico de preparatoria como habría de esperarse, es su profesor de Ciencias Sociales. Ella pretende decirle todo el día de la graduación, pero pronto s...