Hace tres días dejamos la cabaña, y nos encontrábamos caminando por el último tramo de ruta para llegar a Daegu.
-Mira noona, una estación – apunto con su dedo y afinando mi visión, pude verla a lo lejos.
-Es la última antes de llegar a Daegu Jisungie. – el sonrió e hizo un gesto de emoción, comenzando a caminar rápidamente para llegar allí.
Estábamos por llegar cuando nos dimos cuenta que habían cadáveres vivos dando vueltas.
-Los zonzos están aquí. – susurró Jisung y reí al escucharlo decir el apodo que yo les había dado desde que comenzamos el viaje.
-Son unos 6, podemos con eso. – saqué la navaja y un cuchillo, llevando las dos manos armadas. Jisung por su parte, intento entre el bolso y la mochila estar lo más cómodo posible mientras tomaba fuertemente el bate entre sus manos.
Jisung me miro a un metro de distancia, le asentí con la cabeza y silenciosamente comenzamos a darles en la cabeza a los cadáveres que merodeaban alrededor de la estación.
Pude apreciar, luego de terminar con tres de ellos, como Jisung parecía divertirse mientras bateaba sus cabezas, luego de que el también terminará nos miramos para reírnos por lo bajo.
-Entremos a chequear si podemos pasar la noche aquí. – con el sol en sus últimos rayos, aprovechamos rápidamente a revisar el mini local.
Jisung con el bate golpeo tres veces la puerta y en unos segundos, dos zonzos se acercaron a ella.
-Dejamelo a mi noona, te sorprendere con mis habilidades. – reí mientras el se posicionaba con su bate y yo me preparaba para abrir la puerta. Los dos salieron tontamente para acercarse haciendo ruidos extraños hacia Jisung, mientras que éste con una media sonrisa y mirada casi asesina, bateaba al primero a un costado de su cabeza, haciéndolo caer en seco por su fuerza, y al segundo dándole desde arriba en el centro de su cabeza haciendo que salpicara un poco más de sangre y quedando el bate atascado, pero Jisung con una patada de frente lo quitó haciéndolo caer.
-Su aspecto era repugnante – hablé mientras dejaba de ver a uno de los cadáveres que tenía sus órganos caídos, casi arrastrados por el suelo. – Creo que debería entrar en el top. – Jisung asintió en cuanto entramos al local, cerrando la puerta detrás. Hacíamos un top de los cadáveres más repugnantes que nos cruzabamos, por ahora en el número uno esta el cadáver que salió de una pequeña laguna y parecía un monstruo lleno de moho.
-Bueno, no parece haber mucho. – hablo Jisung volviendo a cerrar la puerta de lo que parecía un mini depósito detrás del mostrador.
-Jisung, este lugar esta vacío. – dije mientras revisamos los únicos dos pasillos de la tienda. Era un lugar pequeño. – Llevemos estos dos a la entrada. – tome de una esquina uno de los estantes que formaban el pasillo, luego de también llevar el otro y asegurarnos de que no se pudiera entrar, nos sentamos detrás del mostrador.
-Noona no puedo creer que ya estemos por llegar. – Jisung habló mientras comía galletas.
-Fue un viaje largo, supongo que mañana ya estaremos allí. – tome un sorbo de agua y el me sonrió. – ¿Te parece si dormimos aquí? – apunte debajo del mostrador que había un pequeño lugar donde los dos entraríamos cómodamente.
-Si, déjame acomodar todo esta noche. – tomó las mochilas y bolso de mis manos, dejándolas a un lado, mientras sacaba la manta, me hizo una seña que entre debajo del mostrador, el se posiciono a mi lado, luego paso la manta entre los dos.
-Estás creciendo tanto pequeñito – bromee mientras nos acomodamos para dormir.
-Aprendí muchas cosas contigo Nari noona – nos posicionamos uno a los pies del otro, y así taparnos los dos con la misma manta. – No dejaré que estés sola hasta que encuentres a tu hermano noona. – pude ver su rostro, y estaba hablando con los ojos cerrados.
ESTÁS LEYENDO
DREAM Z
FanfictionUna epidemia comenzó en Corea del Sur. Los muertos vuelven a comer a los vivos y todo el país entro en un estado de crisis. Nari debe cumplir el pedido de su madre y encontrarse con su hermano, que esta del otro lado del país. En el camino encontrar...