Capitulo 1.

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-¡Jisung apúrate! También debo ducharme. - hablé detrás de la puerta, escuché la canilla cerrarse y volví a mi posición de guardia.

Aunque siempre bloqueamos todas las entradas posibles, seguíamos haciendo guardia frente a estás en cada lugar donde hallamos poder pasar la noche. Afortunadamente esta era una cabaña donde había gas y agua, lo primero que pensamos fue en ducharnos.

-Luego de tres semanas de solo limpiarnos con toallitas y agua fría, ¡Esto es glorioso! - exclamó Jisung sentándose en el sillón cercano a la puerta, donde me encontraba haciendo guardia.

-Pareces otra persona, ¿Dónde está mi pequeño Jisung? - tire de una de sus mejillas y esté se quejó.

-Noona, solo eres dos años mayor, no me trates como bebe. - inflo sus mejillas de enojo y yo reí por lo tierno que se veía.

-Mi turno – me paré tomando la bolsa con todo lo que preparé para ducharme. - Piensa en que quieres que cenemos. - dije al ver como tomaba el bate y se sentaba frente a la puerta.

Abrí la ducha y me relajé para iniciar a lavarme en el agua satisfactoriamente tibia.

Pasaron tres semanas desde que mamá nos dejó, esa misma noche emprendimos el viaje hacia Daegu.
Con respecto a Jisung me sentía una hermana mayor, él es dos años menor, siendo temeroso en muchos casos, y valiente cuando la situación lo amerita, pudimos aprender a cuidarnos la espalda. También me divierto mucho junto a él, siempre haciendo chistes extraños e incluso armando sus propias teorías sobre que ocasiono que las personas muertas regresaran a comer y matar a otras.

Jisung parecía no saber cómo funcionaban muchas cosas, llevándome a preguntarle en varias ocasiones sobre su vida, buscaba a sus amigos con quien creció siendo el menor de ellos, esta sería la causa de que no sepa hacer muchas cosas básicas por su cuenta, para Jisung ellos eran su familia, nunca conversamos sobre sus padres, pero si no los está buscando a ellos, no deben ser importantes.

El agua comenzaba a ponerse fría, cerré la canilla rápidamente y me envolví en una de las toallas, que también encontramos en la cabaña, comencé a secarme para luego ponerme un conjunto de ropa limpia, la cual estaba siendo guardada con la esperanza de encontrar un lugar con ducha.

-Jisungie, ¿pensaste que quieres comer? – pude ver como se levantaba para mirarme con una sonrisa.

-Noona, podemos cocinar ramen. – claramente emocionado, se acercó a una de las mochilas para sacar los paquetes de ramen que llevan guardados tres semanas esperando a ser comidos.

- ¿Sabes cocinarlo? – la emoción de su rostro mientras asentía orgulloso me dio mucha ternura.– Debes ser un gran cocinero de ramen Jisungie, esta noche lo dejo en tus manos. – le di una palmada en el hombro y con emoción comenzó a buscar todo para hervir los fideos.

Cada noche, aunque muchas veces solo era abrir latas, me encargaba de preparar las comidas para los dos. Pude ver como Jisung se movía emocionado por cocinar algo, y mucho más por comer ramen, todas las noches hablaba sobre que este era su favorito.

-Noona ¿Puedes prender la hornalla? – me levante con una sonrisa en el rostro por ver al pequeño en ese estado de emoción.

Comencé a buscar algún tipo de recipiente para poder llevar ramen para la próxima cena, al abrir el segundo estante, estaba lleno de recipientes para guardar comida, tome el más grande y me gire hacía Jisung.

- ¡Podremos hacer para el camino! – Sonrió e hizo un gesto extraño con su mano de la emoción. Se dirigió a buscar otros dos paquetes de la mochila para cocinar todo junto.

Luego de unos minutos, nos encontramos sentados deleitando el ramen en silenció, pude notar toda la emoción en Jisung al comer nuevamente su comida favorita.

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