Capítulo 8.

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El camino fue silencioso, hasta que llegamos a lo que era el centro de la ciudad, mire a Jeno cuando nos encontramos con cadáveres, tenía una mirada de asesinó serial con un machete en la mano, ni siquiera sabía que llevaba uno con él.

-Yo me encargó. – susurró adelantándose hasta los zonzos.

Pude apreciar como usaba el machete de increíble manera y su cuerpo en movimiento terminando con cada uno de ellos.

El camino se liberaba en silencio y yo solo iba detrás del paso de Jeno.

-A dos cuadras está el restaurante. – susurré y el asintió sin mirarme.

Mi corazón latía fuertemente cuando estuvimos fuera del lugar.

-Mi hermano está aquí – dije con una sonrisa y mis ojos se sintieron aguados en cuanto abrí la puerta.

Pero todo se derrumbó ante un restaurante completamente vacío.

Comencé a buscar en silenció por la cocina, el depósito y hasta el baño, pero era un desierto.

-Tenías que estar aquí – no pude evitar quebrar mi llanto.

-Hay algo aquí Nari – oí a Jeno y este tomó mis hombros para acercarme a una mesa. No era cualquier mesa, era donde siempre comíamos juntos, en familia.

Limpié mis ojos y la tome rápidamente.

"Toma el barco 23 en Busan, te llevará al lugar seguro donde estaremos con papá. "

Conocía su escritura y fue escrito en apuros, la tristeza me tomó por completo.

Mis rodillas sintieron el duro suelo y comencé a llorar nuevamente.

-No esperaron por mí, no lo hicieron – arrugue la nota en mi mano.

-Nari – por primera vez, Jeno me habló con suavidad. – Está esperándote en Busan, no debes rendirte – sentí como ponía su mano en mi hombro y levanté mi mirada, lo que veía como un asesino serial ahora parecía un cachorro sentimental. Comencé a llorar de nuevo.

-¿Y qué confirma que no me dejaran de nuevo? – estaba enojada, no podía creer que mi hermano me haya dejado así. – Maldita sea – susurré parandome asustando a Jeno.

Tomé mis cosas y rápidamente salí del lugar.

Debía hallarlo lo antes posible, no podía dejarme así como así. Mi hermano no era de esos hombres, el me amaba y me lo confirmo toda mi vida.

Caminaba rápido en silenció limpiando mis lágrimas, iba tan inmersa en mis pensamientos hasta que una mano tomó mi brazo haciendo que parará.

Instantáneamente levante mi navaja, pero la baje en cuanto vi a Jeno agitado.

-Debemos volver – susurró serio, pero yo negué soltando mi brazo de su agarré.

-Necesito encontrar a mi hermano – hablé firme pero note su mirada preocupada.

-Nari debes calmarte – respiré profundo al darme cuenta que estaba exaltada. – Por favor, volvamos con los chicos y resolvamos esto allí. – me sonrió y su preocupación hizo que mis ojos se aguaran haciendo un pequeño puchero. – No puedo entender como te sientes, pero lograremos que encuentres a tu hermano – me sorprendí cuando sentí sus brazos rodearme y su mano frotar mi cabello.

Lloré un tiempo en el pecho de Jeno y en cuanto me aleje me sentí un poco avergonzada.

-Lo siento mucho Jeno, esperaba ver a mi hermano aquí. – sorbi mi nariz y el me dio una pequeña sonrisa.

-Volvamos y resolvamos como llegar a Busan, ¿Quieres? – extendió su mano, la mire y solo asentí tomandola para volver al lugar donde se encontraban los demás chicos.

Se sintió bien tener el consuelo de Jeno en ese momento y su mano guiándome hizo que sienta su protección.

Todo el momento acabo cuando se nos cruzaron nuevamente los zonzos. Esta vez, yo iba a ocuparme de ellos. Tome mi navaja y me adelante hasta ellos, dejando salir mi enojo y tristeza en cada corte.

-Jisung tenía razón, eres buena. – susurró a mi lado mirando los 4 cadáveres en el suelo.

-Podría sorprenderte – lo mire mientras guardaba mi navaja y éste largo una silenciosa carcajada. – ¿Qué tan bien puedes utilizar esto? – pregunté apuntando el arco y flechas intacto en su espalda.

-Puedo mostrarte en el camino. – sonrió de lado preparando su arma.

Y así lo hizo, de lejos apuntó a cada zonzo que había en nuestro camino, dando justo en la cabeza en todas las oportunidades. No pude evitar apreciarlo en su preparación, su postura era derecha dejando ver la forma de sus hombros y brazos, su mandíbula apretada y su ojo cerrado, era un hombre atractivo.

A lo lejos pudimos ver la casa, apresurando un poco nuestro paso, o el de Jeno porque yo me encontraba agotada y no podía ir muy rápido.

A dos metros vi como se abrió la puerta y escuché gritos que me hicieron correr hasta allí.

-¡SOLO DEJAME IR JAEMIN! – escuché a Jisung enojado por primera vez y me asusté al pasar la puerta, pero todo se hizo silenció en cuanto me vieron parada allí y a Jeno a un lado. – Noona – se acerco Jisung a abrazarme – No me dejes de nuevo, no te vuelvas a ir por favor- mis ojos se aguaron ante sus palabras y por segunda vez quebré en llanto frente a el. - ¿Qué paso noona? No llores. – limpió mis lágrimas y volvió a rodearme con sus brazos.

-El no estaba allí, no me espero Jisung – logre decir entrecortada y solo me abrazo más fuerte.

Luego de un rato mi respiración se calmo en cuanto Jisung se alejo, Renjun tenía un vaso de agua y pañuelos extendido hacía mi.

-Gracias – susurré primero sonando mi nariz y luego tomando el agua. Todos estaban observando en silenció y yo solo me dirigí al sillón. Estaban esperando a que dijera algo, pero no lograría decir alguna palabra sobre lo que ocurrió. En busca de ayuda mire a Jeno que estaba con sus brazos cruzados, el asintió entendiendo y se acercó a un lado de Jaemin quien estaba frente a Jisung y a mi.

-Su hermano dejo una nota – todos giraron sorprendidos al escuchar a Jeno hablar serio. – Debemos ir a Busan – se miraron entre ellos y yo también me sorprendí. Ni siquiera lo preguntó, pareció una orden.

-¿Su hermano estará allí? – Renjun preguntó.

-Le dio un número de barco y dice que la llevará a un lugar seguro – todos asintieron y Jeno suspiró haciendo que nuevamente todos lo miremos. – Debemos acompañarla hasta allí – me miro con sus ojos suaves, de nuevo.

-Es lo que haremos entonces, mañana saldremos, comencemos a preparar las cosas. – habló firme Jaemin y todos comenzaron a moverse por la casa dejandome sorprendida en el sillón, ni siquiera dejaron que opine al respecto, pero al menos el dolor dentro de mi se fue al saber que a ellos si les importe.

-¿Qué fue lo que paso con Jeno hyung? – cuestionó Jisung entrando a la habitación donde ya me encontraba acostada para descansar por un momento.

-Solo insistió en acompañarme hasta el restaurante y luego volvimos aquí – el se acostó a mi lado mirando el techo.

-Noona, en verdad no vuelvas a dejarme así, no sabes el miedo que sentí cuando Chenle me dijo que tus cosas no estaban – su voz se quebró un poco, y gire a verlo dolída, lo hice sentir mal.

-Jisung, no quería preocuparte, tu encontraste a tu familia aquí, no podía ponerte en peligro de nuevo – pase mi mano por su cabello y el giro su rostro para verme.

-Tu también eres mi familia noona – no pude evitar lagrimear ante sus palabras.

-Tu también eres la mia Jisungie – le sonreí y el volvió a mirar el techo.

-Descansa tranquila noona, yo acomodare todo para partir mañana – me dio una sonrisa y salió por la puerta.

Tantas emociones en unas horas, hizo que mi agotamiento fuera alto, en cuanto cerre mis ojos, dormí profundamente.

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