15 - Mi omega; mi alfa

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Apoyado en un árbol del paseo, Zhan descargaba el contenido de su estómago. Incluso parecía que estaba echando lo que había comido en los últimos tres días. Ji Yang palmeaba su espalda intentando calmar su malestar. Ziyi lo miraba con preocupación.

- Zhan, ¿no te das cuenta de que ahora estás embarazado? No puedes salir corriendo como loco y menos con el calor que hace. Tienes suerte de que no te hayas desmayado.

- Quería llegar pronto para el... - nuevamente las arcadas lo atacaban haciéndole escupir un poco de líquido. Ya sólo salían los ácidos jugos de su estómago.

- Lo sé, sé que estás impaciente, pero por querer correr, al final perdimos el bus y ahora llegaremos más tarde.

- ¡No me lo recuerdes! - Zhan lloraba. Quería llegar temprano y poder desearle suerte a Yibo antes del partido. Ahora, si la fortuna se ponía de su lado, llegarían para el inicio del encuentro.

- ¿Ya estás mejor? - preguntó Yu Bin.

- Sí, creo que ya pasó.

- Bien. Porque el siguiente bus ya llegó.

- ¡Yu Bin! ¡Y avisas ahora!

Zhan salió corriendo haciéndole señas al bus para que no arranque. Suerte tuvo de ser visto por el conductor y que éste esperase a que el grupo de jóvenes subiera. Aunque los demás quisieran detener a Zhan, era misión imposible. El omega estaba tan ansioso por ver a su alfa que perdía la noción de su estado.

Estaba feliz. La reunión entre ambas familias había resultado positiva. Dentro de unos meses Yibo empezaría a trabajar en la empresa de su familia junto a su hermano. Esto le permitiría tener un horario más flexible y adaptarse mejor a las necesidades de Zhan y de su cachorro.

A regañadientes, su hermano había aceptado que el alfa se mudara con ellos para poder cuidar y acompañar a Zhan. Por el momento consideraron que era muy pronto para que la pareja se independizara. Sobre todo porque ninguno quería dejar a Zhan solo durante horas mientras Yibo realizaba sus prácticas. Lulu quedó de acompañarlo mientras el alfa estuviera fuera y Zhuo Cheng vigilaría a Yibo y amenazó con cortarle las bolas si hacía algo impío con él. Tanto sus hermanos como su alfa estaban siendo muy sobreprotectores. Así, dentro de unos días, iba a vivir feliz junto a su alfa. Todo estaba saliendo bien.

Esa mañana era el segundo encuentro de la temporada. Ese partido decidiría quién avanzaba a semifinales. Zhan quería llegar temprano. Una vez reunidos todos en el parque de siempre, echó a correr para coger el primer bus. Sin embargo, a unos pocos metros de la parada, su estómago se revolvió y terminó vaciando media vida. Sólo pudo ver, resignado ante su nueva situación, cómo el gran auto partía dejándolos a ellos atrás.

Cuando llegaron a la cancha, una multitud de omegas y betas se amontonaba alrededor de la pista gritando por su equipo o jugador favorito. Se le hizo tarea complicada encontrar un buen sitio para ver el partido. Los jugadores ya estaban listos para el inicio. Ni unos segundos tardó Zhan en localizar al castaño. Esos últimos días había estado practicando para controlar su lazo, así que una vez más, intentó llamar a su alfa para hacerle saber que había llegado.

Yibo sintió su presencia y lo buscó con la mirada. Finalmente lo localizó. Sus ojos se encontraron y el alfa sonrió feliz. Ahí estaba su omega, por fin. La preocupación se disipó inmediatamente. Estuvo esperando por Zhan, incluso salió antes que los demás a la pista, pero éste no aparecía. Por fortuna, ya había llegado y era hora de lucir sus cualidades atléticas e impresionar a su omega.

El partido comenzó. Estaba siendo muy reñido, con los marcadores muy igualados. La facultad de ingeniería no se lo estaba poniendo fácil. Sin embargo, Yibo había guardado sus fuerzas para el último tiempo y antes de que sonará el pitido final, habían conseguido una ventaja de 9 puntos. Los estudiantes de ADE pasaban a semifinales.

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