20 - Tesorito

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Esa noche Zhan y Yibo estaban solos. Los mayores habían acudido a una cena benéfica y llegarían pasada la medianoche. Entre la pareja se había formado una incómoda sensación. El azabache quería aprovechar la soledad para hablar con el alfa.

- Yibo, ¿estás cansado?

- No, mi amor.

- ¿Por qué no te das un baño relajante?

- ¿Yo solo? - el castaño se acercó con sonrisa ladina.

- No seas pervertido... - Zhan se sonrojó y lo apartó.

- No decías eso la otra noche en el callejón.

Zhan tragó duro y se sonrojó aún más.

- Voy... Mejor voy a cama. Quiero estirar el cuerpo.

Yibo rio ante la timidez del menor. Tan adorable que sentía su corazón salir del pecho. Lo siguió y los dos entraron en la habitación. Zhan se sentó en la cama y miró a su amante. Quería hablar, pero no sabía por dónde empezar.

- ¿Me lo vas a decir?

- ¿El qué?

- Eso que llevas pensando desde que salimos del hospital. Sé que quieres decirme algo.

- ¡Aaahh! ¡Maldito lazo!

- No necesito un lazo para saberlo. Lo veo en tu cara. Eres muy obvio - Yibo agarró su mano y se sentó a su lado.

- La verdad, tiene que ver con lo sucedido hoy - el afa asintió -. Más que decírtelo, quiero mostrártelo. Pero por favor, no te asustes y si después quieres dejarme, lo entenderé - Zhan tomó aire, cerró los ojos y expiró. Cuando los abrió dos iris de un intenso carmín iluminaban la habitación -. Yibo, soy un omega dominante - los labios del azabache temblaban de miedo.

- Zhan... - Yibo acarició el contorno de su rostro con delicadeza. Atrajo su cabeza y besó su frente -. Son hermosos, igual que tú.

- ¿No te parezco un monstruo?

- Me pareces el ser más hermoso que he contemplado jamás - las lágrimas de Zhan caían -. Eres especial Zhan.

- Pero los omegas dominantes somos marginados de la sociedad.

- No me importa la sociedad. Encontrar un omega dominante es como encontrar un tesoro. Tú eres mi más raro y preciado tesoro. No sólo por tu gen, también por ser mi destinado. Soy el alfa más afortunado del universo. Eres ese 1 entre un millón que yo logré encontrar.

- Entonces... ¿No me vas a abandonar?

- No lo pensaba hacer y ahora menos. Eres mío y siempre serás mío.

Yibo pasó su mano por la cintura del menor y atrajo su cuerpo. Lo besó con devoción. Saboreó cada parte de esos labios. Tomó su labio inferior entre sus dientes y lo acarició con su lengua. Se deleitó con la suavidad de la rosada piel. Llevaba mucho tiempo con ganas de hacerlo y ya no se podía contener más. Buscó un lugar para introducir la mano bajo la camiseta y acariciar su espalda. Sujetó con la otra su quijada y profundizó el beso, introduciendo su lengua en la cavidad contraria. Ambas lenguas se enredaron, se acariciaron, se saborearon. Deslizó sus manos a ambos lados de la cadera y levantó la tela dejando a la vista gran parte del delgado cuerpo. Descendió con besos por su rostro hasta llegar al cuello. Besó y chupó su marca. Un gemido salió de entre los labios del menor y Yibo se deshizo de la camisa. Puso la mano entre sus escápulas y lo tumbó sobre la cama besando sus labios.

- Esta noche te haré decir mi nombre entre gritos de placer. Prepárate, tesorito, porque te correrás hasta quedar seco.

El alfa aprovechó para quitar también su camiseta. Zhan observaba extasiado el marcado torso de su alfa. Era la primera vez que lo veía así y la vista era realmente espectacular. Ambos observaban sus cuerpos semidesnudos. En silencio, embelesados con cada una de sus curvas. Yibo desabrochó el pantalón de Zhan y deslizó las telas restantes dejándolo completamente desnudo. Un hermoso cuerpo, con delicadas curvas y hermosas proporciones aún a medio desarrollar. Retiró el resto de sus prendas quedando ambos a la par.

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