38 - Carreras a contrareloj

144 30 7
                                    

Apurado, Yibo pasó por las barreras de seguridad. El ascensor acababa de llegar a la planta baja. Un golpe de suerte. Se hizo un hueco y revisó la hora. Solo 10 minutos tarde. Parecía que la diosa de la fortuna lo estaba ayudando. El tráfico había sido ligero, todos los semáforos estaban verdes y tenía su plaza de aparcamiento para él, por lo que no tuvo que buscar sitio para estacionar. Mientras conducía fue organizando las cosas con su hermano por teléfono, así que tenía bastante adelantado. Sólo faltaba comprobar que se habían imprimido bien las copias del proyecto para entregar a los asistentes en la junta.

Cuando el ascensor llegó al piso 11, fue directo al despacho de su hermano. Saludó a la secretaria y entró.

- Perdona el retraso.

- Llegas justo a tiempo. Me acaban de traer las copias. Si todo está bien, sólo queda preparar la sala de juntas.

Yibo se sentó en la silla libre que estaba frente a su hermano. Tomó una carpeta y revisó atentamente el contenido

- Parece que está todo en orden.

Yibo suspiró y se dejó caer sobre la mesa.

- ¿Nervioso por tu primera junta?

- ¡Ojalá! No tengo fuerzas ni para estar nervioso. ¡Aaaaah!

- ¿Mucho trabajo en casa?

- Demasiado. Esta noche ni pude pegar ojo.

- ¿Zhan se encontraba mal?

- Peor... Hermano, nunca tengas hijos. Al menos, un omega en sus últimas semanas de embarazo.

- ¿Tan malo fue? ¿Discutisteis?

- Tampoco. Esta noche me ha dejado seco.

- Vaya, te han exprimido la Yiboconda, entonces.

- Sí. No suelo quejarme cuando tenemos una noche entera llena de sexo. La verdad es que nunca sentí tanto deseo como lo siento por Zhan, sin embargo, no me dejó ni un segundo para respirar. Estoy agotado.

- Uno que se queja por tener una noche llena de sexo mientras que otros llevamos tanto sin él que... Creo que me voy a volver virgen.

- Eso no te va a pasar. Una vez que la pierdes, no la vuelves a encontrar. Pero no es eso. Si fuera otro momento estaría feliz, pero esta noche fue todo muy raro. Zhan se comportó de una forma muy extraña. Tanto que me preocupa.

- Hermanito, no entiendo mucho de estas cosas, pero es normal. Dentro de dos semanas va a nacer vuestro bebé y supongo que ahora más que nunca, Zhan te necesita a su lado.

- Sí, pero no dentro de él. Casi no fui capaz de hacer que se separara de mí.

- Bueno, ahora desconecta un poco. Ve a tomar un café y céntrate. Si todo sale como planeamos, a partir de hoy serás responsable de este proyecto y sabes que es algo muy importante para la expansión de Wang's Company.

- Lo sé, por eso estoy aquí. Seguiré tu consejo e iré a por otro café.

- Vale. Te espero en la sala juntas. Hasta dentro de media hora no empiezan a llegar los accionistas, así que aprovecha ese tiempo para despejarte, descansar un poco y venir con energías renovadas.

- Ok, bro. Gracias.
.
.
.
.
.

La campana marcaba el inicio del descanso. Zhan se removía incómodo en su asiento. Llevaba un par de horas con molestias en su bajo vientre y en la espalda.

- Zhan, ¿te encuentras bien? - preguntó Ziyi preocupada por el estado de su amigo.

- No, estoy cansado y hoy tengo mucha molestia en mi barriga.

MarcaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora