22 - Marcado

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Para quién tuviera alguna duda, Haoxuan dejó bien claro que su intención no era la de cuidar de Zhan. Cuando el alfa llegó junto al grupo de omegas, se pegó a Ji Yang como una garrapata. Aunque todos los intentos quedaron en aguas de borraja. El omega se mostraba indiferente ante el cortejo del mayor. De vez en cuando resoplaba ante los halagos recibidos o se reía de las frases cursis que le dedicaba.

El equipo de la facultad de medicina era fuerte. A mayores, Wenhan había tenido que cambiar su alineación dejando fuera a uno de sus mejores jugadores. A pesar de todas las dificultades, finalmente, y con un marcador muy apretado hasta el último momento, consiguieron defender su escasa diferencia y ganar el campeonato. Todos celebran alegres la reñida y merecida victoria. Corrieron a por el trofeo y se retiraron a los vestuarios entre cánticos y risas. Esa tarde lo celebrarían a lo grande.

Una vez duchados y cambiados, Yibo y Wenhan se reunieron con los demás. Ziyi estaba orgullosa de su hermano. Para él también sería su último campeonato universitario. Zhan miraba embelesado a su alfa. Los recibieron con una gran ovación.

- ¡Hoy hay fiesta! - proclamó el capitán alegre. Pasó su brazo por encima del castaño y se dirigió a Zhan - Zhany, ¿permites que esta tarde te robe a tu alfa?

Zhan sabía que era el último campeonato de su alfa y que en cuanto naciera el cachorro, sus vidas cambiarían reduciendo sus momentos de libertad casi a la nada. Quería que el castaño pasara tiempo con sus amigos, no era tan egoísta, aunque podía ver un grupo de omegas esperando por los miembros del equipo. Un fuego interior comenzó a arder por todo su cuerpo.

- Dejaré que vaya, pero antes... Ven, Yibo, tengo algo que hablar contigo.

Zhan agarró a Yibo de la muñeca y lo arrastró a los vestuarios. Una vez dentro, cerró la puerta con el cerrojo. Se abalanzó sobre el alfa y besó con reclamo sus labios.

- Antes tienes que celebrarlo conmigo.

No dejó tiempo para la respuesta y volvió a atacar con fiereza los abultados labios del castaño. Los lamió, los mordió, los saboreó. Acarició los firmes pectorales y pellizcó ambos pezones. Yibo soltó un gemido y Zhan aprovechó el descuido para invadir con su lengua la boca contraria. Llevó una mano hasta la entrepierna y acarició el miembro a medio despertar. Con unos roces lo puso duro. Retiró la mano y apretó su propio miembro contra el del alfa. Movió sus caderas generando un placentero roce. Jadeaba y gemía sobre los labios del castaño.

Yibo rodeó el delgado cuerpo de Zhan con sus brazos y acarició su espalda. La actitud demandante del adolescente lo había sorprendido. Nunca había esperado que su omega fuera tan lascivo. Aunque eso no le importaba. Tenía ganas de celebrarlo con él también. Así que se dejó envolver por las excitantes feromonas del omega. Ese aroma embriagador que ahora se empezaba a mezclar con el de su cachorro. Un par de días antes había empezado a notar ese cambio y un fresco aroma a menta se juntaba con el del omega. Combinación que enloquecía al alfa.

La ropa comenzaba a estorbar y separándose sólo lo justo y necesario, Zhan quitó su camiseta y empujó su pantalón y ropa interior hacia abajo. Yibo lo imitó y volvieron a unir sus ardientes cuerpos. Zhan chupó y mordió el cuello de Yibo. No contento con eso, deslizó sus labios hasta los duros pezones de su amante, mientras que rodeó su erguido falo con la mano y comenzó a masajearlo de arriba a abajo.

- Zh... Zhan, bebé...

Zhan seguía descendiendo con su boca. Besó su abdomen, introdujo la lengua en su ombligo, haciendo que Yibo se estremeciera. Con la mano libre, acarició el interior de sus muslos hasta llegar a los testículos. Yibo gruñía de placer. Sin embargo, soltó un grito de éxtasis cuando la rasposa lengua rozó su glande y los labios rodearon la punta. La boca de Zhan era caliente y húmeda y eso lo excitaba.

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