17 - Nuevos inquilinos

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Tras la celebración del partido, los días para la pareja transcurrían tranquilamente. En la casa de los Xiao, los tres hermanos preparaban todo para la inminente mudanza del castaño. Habían decidido que los amantes usarían la habitación que una vez había pertenecido al matrimonio Xiao. La habían mantenido intacta durante los últimos cinco años. Los mayores estaban de acuerdo de que era hora de darle uso otra vez y, a espaldas de la pareja, empezaron a preparar la estancia y darle una pequeña renovación.

Los Wang, por su parte, acomodaban en cajas las pertenencias del más joven. Yibo ya tenía arreglados los papeles para ingresar como pasante en la empresa de su familia. Haikuan estaba orgulloso de su hermano. Veía en el castaño la emoción por comenzar su nueva vida, aunque tras su marcha, la casa quedaría nuevamente vacía.

Lo esencial, ya estaba empaquetado y listo para el traslado. Dejaría algunas cosas que llevaría con calma, según fuera acomodando lo importante en su futura vivienda. Haikuan esperaba en el auto a que su hermano cargara las últimas cajas. Una vez listo, se dirigieron la casa de los Xiao. Era un hermoso sábado de verano. Un día perfecto para iniciar una nueva etapa.

Al llegar, Zhan estaba en la puerta impaciente, junto a sus dos hermanos. Al ver a su alfa bajar del coche, se acercó a él corriendo y se abalanzó sobre su cuello. Yibo fue recibido por el abrazo y el fuerte beso de su amado.

- ¡Ya llegasteis! Me hiciste esperar mucho

- Ya estoy aquí, bebé. ¿Qué tal se encuentran mis dos grandes amores?

- Felices. ¡Muuuyyy felices! - Zhan se apartó del alfa y acarició su barriguita - Caquita de ratón está muy emocionado por la llegada de su papá. Ahora viviremos juntos, como una familia.

La sonrisa de Zhan irradiaba luz y felicidad. Estaba contento. El día en el que su alfa se mudaría con él ya había llegado. Sólo vislumbraba en su futuro una gran alegría y gozo. Pasarían los días y las noches juntos. Esperarían con ilusión la llegada de su cachorro. Se cuidarían y amarían todos los días. Seguro que encontrarían la forma de sortear la vigilancia del mayor de los Xiao. Podría dormir todas las noches entre los brazos del alfa. No veía más que un hermoso arcoiris lleno de luz y de color.

El sonido del motor de un auto lo sacó de su fantasía. Un deportivo negro acababa de aparcar en frente. Yibo rodó los ojos y lanzó un suspiro al cielo. La puerta del piloto se abrió y un joven, de cabello oscuro y gafas de sol, salió.

- ¿Y a éste quién le dió vela?

- Gracias por tu recibimiento, primo. No hace falta que disimules tanto. Sé que estás feliz de verme.

- Ni en tus mejores sueños, Hao.

El joven alfa se acercó e hizo una reverencia a los hermanos de Zhan.

- Un placer conocerlos. En especial, a tal belleza - se acercó a Xiao Lu y tomó su mano - ¡Oh, Venus, diosa del olimpo, que iluminas el mundo con tu belleza! Dime hermosa, ¿dónde has estado escondida todos estos años de mi vida?

- Jajajajaja. Siempre estuve aquí - Lulu rio ante la ocurrencia del joven.

- Suelta a mi cuñada, baboso. Lulu, no hagas caso a este salido y calenturiento alfa.

- Sólo estoy admirando al ser más bello del universo.

- Cállate, Hao.

- Ejem - el joven se enderezó y continuó con un tono formal -. Dejar que me presente. Soy Wang Haoxuan, pero tú, preciosa, puedes llamarme como desees.

- Él es nuestro primo pequeño - señaló el mayor de los alfas.

- No lo digas, Hai, que muero de vergüenza sólo de recordarlo - Yibo se palmeó en la cara y negó con la cabeza.

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