25 - Sonrisa coqueta

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Abrió los ojos y la luz de los focos lo deslumbró. ¿Dónde estaba? Por los sonidos y el olor parecía la habitación de un hospital. Acostumbrándose a la luz, abrió los ojos nuevamente. A su izquierda estaba Yibo, sentado en una silla a su lado y sosteniendo su mano. Podía escuchar un leve sollozo. Apretó la mano y el alfa miró para él con los ojos rojos de llorar.

- ¡Zhan! Conejito, estás despierto.

- Yi... Yiyi...

Yibo abrazó con fuerza al omega y sostuvo su cuerpo entre sus brazos y pecho. Acarició su cabello y besó su coronilla.

- Por fin despiertas.

- ¿Qué pasó, Yiyi? ¿Qué hago aquí? - Yibo lo apartó y lo miró a los ojos. En ese momento el joven recordó lo sucedido en el almacén. Su rostro palideció - Yibo, el bebé. ¿Qué le pasó? Dime Yibo, ¿está bien caquita de ratón? - comenzó a alterarse.

- ¡Zhan, amor, por favor, cálmate!

- ¿Cómo quieres que me calme? ¡Dime si está bien nuestro hijo, Yibo! ¡Necesito saberlo ya!

- Zhan, tranquilo, todo va a estar bien, ¿sí?

- Yibo... Por favor, no me digas qué... ¡No, no puede ser verdad! ¡Nooo! ¡Caquita de ratón, no! - Zhan comenzó a llorar con el corazón destrozado.

- Zhan, no llores, amor, todo está bien - Yibo rodeó a Zhan y sujetó fuerte su cuerpo.

- ¿Qué pasa aquí? ¡Zhan! ¡Despertaste!

- ¡Ayanga!

- ¿Por qué lloras?

- Mi bebé, mi caquita de ratón se ha ido.

- ¿Ido? ¿A dónde? Hace un momento aún seguía en tu barriga.

- ¿Eh? Entonces... Eso quiere decir que... ¿Caquita de ratón está bien? - Ayanga asintió. Zhan volvió su mirada para el castaño - ¡Tú! ¿Por qué me hiciste creer que habíamos perdido a caquita de ratón?

- Yo te dije que todo estaba bien. No una, sino dos veces.

- ¡Pero parecía más una frase de consuelo! Aparte, no parabas de llorar.

- ¡Claro que no paraba de llorar! No te imaginas lo aterrorizado que estaba cuando sentí que me llamabas por nuestro lazo y el temor al no sentirte. El miedo de no poder estar a tu lado y protegerte. Buscarte como un loco, recibir una llamada diciendo que ibas de urgencias al hospital. La desesperación de pensar que os podría perder a los dos. ¿Cómo quieres que no llore? Perdona si fui confuso y te asusté. No era mi intención.

- Está bien, no te preocupes. Lo siento, no pensé en cómo te debiste de sentir. Perdóname por gritarte.

- No pasa nada, bebé. Lo importante es que ambos estáis bien y eso es suficiente.

- Así es. Por fortuna llegaste a tiempo y pudimos detener la hemorragia a tiempo. Puedes estar tranquilo, Zhan. Vuestro cachorro no sufrió daño alguno. Aún así, te quedarás varios días en observación. Sufriste un desgarro interno, perdiste bastante sangre y llevas dos días inconsciente.

- ¿Tanto tiempo?

- Así es. Aparte, has sufrido otro tipo de lesiones. En su mayoría contusiones leves. Aunque varios metacarpianos de tu mano derecha se han roto.

Zhan miró su mano. No se había dado cuenta de que llevaba una escayola. Tenía razón la señora Cai. Antes que él, su hijo era más importante. Acarició con su mano sana su barriguita. A pesar de estar en su cuarto mes, parecía que no quería crecer. Seguía plana. Ni una leve hinchazón. Aún así, el saber que caquita de ratón estaba bien, lo tranquilizó y suspiró aliviado.

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