2 - Recuerdos olvidados

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- ¿Qué hacemos aquí?

- El guardia de seguridad es un viejo conocido. Vamos a revisar las cámaras y localizar a tu "cerezo húmedo".

- ¿Cuándo le has puesto ese mote? A parte, no es mío.

- ¡Déjate de tonterías! Es tu destinado y llevas su marca.

- Aún no sabemos si es mi destinado.

- Sabes que sólo los destinados pueden identificar el olor de sus feromonas, ¿no?

- Sí, lo sé.

- Entonces, no se diga más.

Los pasillos del instituto estaban desiertos a esas horas. Los alumnos que tenían horas de refuerzo ya habían acabado las clases y los profesores habían finalizado su jornada. Aún así, las instalaciones seguían abiertas, por lo que los dos jóvenes omegas pudieron entrar sin problema. Tratando de caminar lo más rápido posible, ambos se dirigieron a la sala de seguridad, esperando encontrar ahí al vigilante y rezando para que les dejara ver los vídeos del viernes por la tarde.

No tardaron mucho en llegar a su destino. La puerta blanca de metal estaba un poco abierta. La luz iluminaba el pasillo y se escuchaba la voz de un televisor. Parecía el sonido de una carrera de motos. Ji Li golpeó con sus nudillos la base metálica. El sonido de la televisión dejó de sonar y una voz madura y profunda les dio el paso.

- Joven Ji Li. ¿A qué debo su visita?

- Buenas tardes. Perdona que te moleste pero vengo a pedir un pequeño favor.

- Lo que pida, joven Ji Li.

- Necesitaría ver los vídeos del viernes por la tarde.

- ¿Los de la fiesta? - ambos jóvenes asintieron
- Sabe que lo que me pide es imposible. Sin orden judicial no pueden acceder a esos contenidos.

- Vamos, es sólo un momento. Tenemos un problema entre manos y necesitamos poder verlos. Creemos que alguien drogó y abusó de mi amigo.

- Entonces deberían ir a la policía y poner una denuncia.

- El problema es que mi amigo no recuerda nada. Sólo despertó tres días después con su cuerpo marcado. Por eso queríamos revisar las grabaciones, para ver si sucedió algo en la fiesta y poder poner una denuncia.

- Háganlo al revés. Lo que me piden...

- ¡Por favor, señor! - Zhan se arrodilló y rogó con lágrimas en los ojos - Se lo pido por favor. No quiero preocupar a mis hermanos por el momento. Aparte, necesito saberlo ya. No recuerdo nada de lo sucedido estos tres últimos días y esto me está consumiendo por dentro. Tal vez el ver las imágenes me ayude a recordar.

El hombre suspiró al ver la sinceridad y la angustia del joven. Parecía que lo estaba pasando mal. Su rostro demacrado y los ojos hinchados de tanto llorar hicieron que su corazón se ablandara.

- A parte, no quiero meter la pata y denunciar a alguien sin pruebas. El haber sido drogado es una posibilidad. Pero... ¿Qué pasaría si no fuera así? Tal vez pude entrar en celo y perder el control de mis actos. En ese caso estaría arruinando la vida de un alfa inocente cuyo único pecado fue encontrarse conmigo en mi momento de debilidad.

- Está bien, está bien. Pero de esto ni una sola palabra.

- Así será - respondió el castaño.

- Muchas gracias, señor - Zhan dibujó su más sincera sonrisa -. Gracias por ayudarme.

A los pocos minutos, los tres observaban atentos las pantallas.

- Zhan, mira, aquí es lo último que recuerdas. Tú yendo a por el ponche y los aperitivos.

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