30 - ¿Ruptura?

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El alfa estaba procesando lo sucedido. Cuatro años atrás había conocido a una joven muy guapa y simpática. Esas navidades las pasó con ella. Fueron varios días con sus noches de pasión. Lo habían pasado muy bien juntos. Sin embargo, para Yibo era eso, una aventura, mientras que la joven se obsesionó con él. Era extranjera, vivía en Londres, y le había prometido volver a las navidades siguientes para estar juntos. Por eso Yibo cambió sus fechas de vacaciones. Camile era una mujer guapa y atractiva, sin embargo, no vio nada más en ella. Todo lo contrario, en esos pocos días empezó a notar un comportamiento posesivo y obsesivo hacia él.

- Camile, yo... Lo siento mucho, pero...

- No hace falta que te disculpes, Yibo. Entiendo que no pudieras venir antes. Ahora eso ya no importa. Lo importante es que estás aquí, conmigo. Te eché mucho de menos - la omega se abrazó a Yibo y puso su cabeza sobre el pecho del alfa.

- Camile, no es eso lo que intento decir. Me alegro de verte y ver qué estás bien, sin embargo he venido...

- ¡Yo también me alegro, Yibo! Ven, vamos. Iba a salir de compras. Ahora podremos ir juntos.

Agarró su mano y se dio la vuelta para salir. Sin embargo, se encontró con un joven omega interrumpiéndoles el paso. Ella lo miró de arriba a abajo. Él la miraba directamente a los ojos. Clavó su mirada con intensidad en aquella mujer. Otra omega más que estaba detrás de su alfa. La ira y el enojo empezaban a apoderarse de su ser. Apretaba sus puños con fuerza. Yibo observaba la escena.

- Camile, no estoy solo. Estoy con él. Deja que te lo presente. Él es Zhan...

- ¡Yibo! No sabía que tenías un hermanito pequeño. ¡Qué mono! Hola jovencito. Soy Camile, la novia de Yibo.

- ¿Novia? Camile, tú y yo no somos novios.

- ¿No recuerdas nuestra promesa? Dijimos que cuando nos volviéramos a encontrar seríamos novios.

- ¿Quién es ella, Yibo?

- Ya te lo dije, ternurita. Soy Camile, la novia de Yibo y también tu cuñada. Veo que vuestra familia tiene buena genética. Nuestros hijos serán hermosos, Yibo.

Camile se volvió hacia el alfa, se abrazó a su brazo y lo besó en la mejilla dulcemente. Zhan ya no aguantaba más esa situación, estaba perdiendo el control. Esa joven estaba besando y manoseando a su alfa y lo peor: ¡éste se estaba dejando besar y manosear por ella!

Sin previo aviso, una presión cayó sobre la pareja. La omega empezó a marearse y a sentir que le faltaba el aire. Yibo notaba también los mismos efectos. El lugar se estaba inundando con las agrias feromonas del omega. Levantó la mirada y se topó con unos ojos rojos en vez de azabache. Zhan estaba cabreado y fuera de control. Su gen dominante no debería afectarle de esa forma, pues él también lo era. Sin embargo, las feromonas del joven estaban mezcladas con las de su cachorro. No sólo Zhan estaba enfadado, su bebé también y ambos lo estaban castigando.

- Suelta a mi alfa - Zhan se acercó a ellos y agarró a Camile por el brazo. Se lo retorció haciendo que la joven soltara un chillido de dolor - ¡Suelta a mi alfa, perra! - la empujó, tiró al suelo y se interpuso entre ella y el alfa.

Camile se quejaba tirada en el suelo retorciéndose de dolor. Las feromonas dominantes quemaban por dentro. Su brazo dolía, pero lo que más le dolía era la humillación que estaba sufriendo.

- ¡Tú, mocoso! ¿Quién te has creído que eres? - se intentó levantar mas no tenía fuerzas para lograrlo.

Yibo se acercó al azabache. Si no se calmaba las cosas se saldrían fuera de control. Los omegas son bastantes posesivos y demandantes con su alfa, más en estado de gestación, y ahora era el omega quien tenía el control absoluto del joven. Camile era una amenaza para él y estaba dispuesto a eliminarla de cualquier manera posible.

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