35 - Baby Shower

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Ese día tan esperado había llegado. Zhan estaba ansioso por recibir los regalos para su bebé y saber su sexo. Al final eran los únicos que no lo sabían, pues todos le preguntaron a Ayanga para comprar los regalos.

Zhan bajaba las escaleras rebosante de felicidad. Yibo salía de la cocina y pudo verlo bajar. En el último mes la pancita de Zhan había dejado de ser una pequeña curva y ahora el alfa se deleitaba con la hermosa imágen que le ofrecía su embarazado omega. Aunque por las noches, el cuento cambiaba.

A duras penas lograba conciliar el sueño. Zhan no paraba de revolverse en la cama tratando de encontrar una posición que le fuera cómoda y cuando lo conseguía, no aguantaba quieto, pues el bebé también se estiraba, haciendo que acabara con el estómago en la boca. Por lo que la gran mayoría de las veces, acaban durmiendo en el sofá orejero que habían comprado. Inicialmente era para amamantar al bebé, sin embargo, últimamente se estaba convirtiendo en su cama.

- Zhan, baja más despacio. Recuerda que ya no estás tan ágil como de costumbre.

- ¡Ay, no! No me lo recuerdes - suspiró.

- Lo siento, conejito, pero es mi deber - se le acercó y dejó un beso en su cabeza -. Ven, espero que te guste la decoración.

El jardín trasero estaba decorado con globos y guirnaldas doradas y blancas. La mesa estaba llena de comida, cortesía de su nuevo cuñado. Afortunadamente ese día había dejado de llover, por lo que podrían estar todos en el jardín. El timbre sonó y Zhan fue a abrir.

Su sorpresa fue enorme al ver de quién se trataba. ¿Qué hacía ella ahí?

- Dilraba.

- Zhan... - la joven omega agachó la mirada - Yo... Venía a felicitaros y a daros mi regalo para vuestro bebé. También...

- ¡Aaaah! - suspiró - Pasa.

Zhan se hizo a un lado para dejar paso. Dilraba entró. Estaba nerviosa. Desde aquel encuentro en la casa de Haikuan, no había vuelto a ver a Yibo. Tampoco había tenido oportunidad de hablar con Zhan. Tenía mucho que decir. Al fin, estaba preparada para enfrentar la situación.

- ¡Dil! ¡Qué sorpresa! ¿Qué haces aquí? - Yibo preguntó curioso mientras se acercaba a ella y le daba un abrazo.

- Tu madre me dijo que hoy celebráis la fiesta para vuestro bebé y quise venir a daros mi regalo.

- Gracias por venir. Ven, pasa. Estamos terminando de preparar todo.

- En realidad... También quería hablar con Zhan.

- ¡Oh! Entiendo. Te espero en el jardín. Os dejo para que habléis.

Yibo se fue dejando a los dos omegas solos. Zhan se dirigió a la sala y Dilraba lo siguió. Se sentaron en los sofás.

- Y bien, ¿de qué quieres hablar conmigo?

- La verdad es que no tuve oportunidad de hablar antes, ni el valor para hacerlo. Me porté mal la vez que nos vimos. No sabía que Yibo ya tenía un omega y forcé un compromiso con él. Yibo y yo nos criamos juntos, sin embargo, con el tiempo empecé a sentir algo más que cariño. Sabía que era un amor unilateral. Aún así, quería creer que si nos casábamos, con el tiempo él empezaría a amarme. De saber que él ya tenía otra persona en su corazón, no os hubiera hecho pasar por tal incómodo momento. Sólo quiero que sepas que te respeto y también respeto tu relación con Yibo. Ahora ya aprendí a verlo como un hermano. Aún así, lo quiero mucho. Por eso me gustaría darnos una oportunidad a nosotros y que seamos amigos.

- No te preocupes. Eso ya quedó en el pasado. Es verdad que en ese momento me sentí dolido y humillado, sin embargo, ahora no es así. Yibo y yo pasamos por mucho estos últimos meses y estoy más que seguro de sus sentimientos hacia mí. Entiendo lo que dices y yo tampoco quiero ser un impedimento para que sigáis siendo buenos amigos, casi hermanos. También sé que él te quiere. Y bueno, acepto tu propuesta. Podemos ser amigos.

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