6 - Malos entendidos

252 44 9
                                    

El cuerpo de Zhan empezó a temblar. Estaba sucediendo lo que más temía. Su alfa lo estaba rechazando. Los recuerdos de la conversación que escuchó el día del partido lo estaban atormentando. Era menor y eso a Yibo no le gustaba.

El corazón de Yibo se encogió y su lobo aullaba de dolor por ver a su omega así de triste. Le reclamaba una y otra vez el haber provocado ese estado en él. Pero no era ninguna mentira lo que dijo. Zhan era un joven adolescente.

"Mi omega... Nuestro omega llora. No dejes que llore."

"¡Cállate, lobo estúpido! Esto ha sucedido por tu culpa. Es muy joven, no está listo para ser madre. Debería estar jugando con sus amigos y no preocupado por una marca y un cachorro."

"Es nuestro omega. Tienes que arreglarlo. Nuestro omega y nuestro cachorro nos necesitan."

"No estarían en ese estado si te hubieras contenido. Todo esto es culpa tuya."

"Mío. Él es mío. No dejes que nuestro omega llore."

- ¡Serás desgraciado! - Zhou Cheng ardía en cólera al ver a su hermano destrozado - ¿Ahora es cuando te das cuenta de que es demasiado joven para todo esto? ¿Por qué no lo hiciste antes y guardaste tu polla dentro de la bragueta?

- Chengcheng, por favor, cálmate.

- ¡No, no me pidas que me calme!

- Yo, lo siento. De verdad que lo lamento. Sé que no es excusa, pero fue por culpa del estúpido de mi alfa. Suele ser tranquilo y ni en mi rut pierdo el control. Sin embargo ese día, tal vez porque sintió las feromonas de su destinado, sí que perdí el control. En serio no quiero hacer sufrir a Zhan. Si estuviera en mis cinco sentidos, esto no habría sucedido. No habría marcado ni... Embarazado a Zhan.

- Por favor, Zhuo Cheng, ya escuchaste a mi hermano. Está arrepentido de lo sucedido.

- Eso no importa ya. No se puede volver al pasado. Debe de hacerse responsable de sus actos.

Zhan era incapaz de mantenerse en calma ante la discusión de los mayores. Su corazón dolía. Se sentía una carga para todos ellos. Deseaba desaparecer, que la tierra lo tragara y lo escupiera muy lejos. Ese lazo, ese bebé y él mismo estaban siendo motivo de discusión. Su omega aullaba de dolor, llamando por su alfa.

"Cálmate, no necesitamos a ningún alfa a nuestro lado. Él no nos quiere. Debemos ser fuertes por el cachorro. Debo ser fuerte por mi cachorro."

- ¡Ya basta! ¡Callaros de una vez! No necesito a ningún alfa, saldré adelante con mi cachorro y desapareceré de tu vida, Yibo. Lamento todo esto. Buscaré la manera de romper nuestro lazo para que vuelvas a ser libre.

Sin mirar al resto de los presentes, Zhan puso pies en polvorosa y se dirigió a la salida lo más rápido que pudo, entre lágrimas y sollozos. A pesar de haber encontrado la determinación para decir esas palabras, su corazón dolía. Sentía como se rompía en mil pedazos.

El lobo de Yibo aullaba de dolor pidiendo por su omega. Ante tal escena, el joven alfa se arrepintió de sus palabras y de que estas fueran mal interpretadas por él.

- ¡Zhan! No te vayas, espera... - el sonido de un portazo indicó que el joven azabache ya se había ido - ¡Mierda, no!

Yibo, desesperado, salió tras su destinado con el corazón en un puño. ¿Cuándo se había torcido todo tanto? Deberían de haber tenido más tacto. Zhan era muy joven y estaba embarazado. Era bien sabido que los omegas durante el periodo de gestación son más sensibles y sus emociones están a flor de piel. Si a eso le sumamos su juventud, es una mala combinación. Seguro que estaba asustado y se sentía solo y abandonado. Y eso era lo último que el alfa deseaba.

MarcaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora