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Ｉ＇ＬＬ ＦＩＮＤ ＹＯＵ * ˚ ✦
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Soy Daenerys Smith, Rhee o Grimes como quieras llamarme. Pero mi apellido, desde que nací es Smith, desde que todo inicio mi ma...
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-Yo también me puse celosa al escribir, ok?
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Hace ocho horas atrás...
Carl permanecía oculto en el bosque, observando la emboscada que Simón y su grupo estaban llevando a cabo en Hilltop. Las camionetas del santuario rodeaban el lugar, y el caos reinaba en la comunidad.
Simón, con su voz autoritaria, ordenaba la aniquilación de todos los residentes de Hilltop. Carl vio una oportunidad cuando siete hombres se apartaron del grupo principal y se dirigieron al estacionamiento de las camionetas para tomar un breve descanso.
Dando un paso hacia atrás, una rama se rompió bajo su bota, captando la atención de los hombres. Sus miradas se dirigieron hacia el lugar del sonido.
-¡Atrapen a ese bastardo! -gritó uno de los hombres, señalando a Carl.
En ese momento, la persecución comenzó, con Carl esquivando ágilmente entre los árboles, utilizando la oscuridad de la noche a su favor.
-¡No dejen que escape! - gritó el hombre, mientras Carl apuntaba con determinación a su cabeza y disparaba. El sonido del disparo resonó en la oscuridad del bosque. Sin perder tiempo, continuó corriendo entre los árboles, sintiendo los pasos de los hombres que lo perseguían.
Se escondió detrás de un imponente árbol, tratando de controlar su respiración mientras escuchaba los pasos cada vez más cerca. Con agilidad, sacó una navaja de su cinturón y observó al hombre que se acercaba lentamente.
Con decisión, lanzó la navaja, y el filo afilado se clavó en el cuello del hombre. Cayó al suelo sin emitir sonido alguno, la vida abandonándolo en un parpadeo. Carl respiró aliviado por un instante antes de continuar su escape en la penumbra del bosque.
Dos menos, faltaban dos. Carl subió a un árbol, se quedó inmóvil, sin emitir ni un solo susurro. Sacó lentamente otra navaja mientras observaba a otro hombre acercándose. La navaja salió disparada y se incrustó en su ojo.
El hombre empezó a gritar desesperadamente. Carl, imperturbable, bajó del árbol. Con frialdad, extrajo la navaja del ojo del hombre, y sin titubear, le cortó el cuello con el mismo instrumento.
