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I'LL FIND YOU * ˚ ✦
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Soy Daenerys Smith, Rhee o Grimes como quieras llamarme. Pero mi apellido, desde que nací es Smith, desde que todo inicio mi ma...
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LA OSCURIDAD DEL BOSQUE ENVOLVIA nuestros cuerpos agotados, y el sonido de ramas crujientes bajo nuestros pasos resonaba en la quietud de la noche. Cassian, con sus pequeñas manos aferradas a las mías, expresaba su miedo en sus ojos azules, reflejando la tensión palpable en el aire.
-Mamá, siento que están por alcanzarnos... -informó Cassian, su voz temblorosa elevando la alerta en mi interior.
Detuvimos nuestra marcha, la fatiga y la desesperación pesaban en cada paso. Me arrodillé frente a él, tomando sus pálidas manos entre las mías.
-Cariño, escucha -dije con firmeza, buscando tranquilizarlo en la medida de lo posible.
Sus ojos, curiosos y llenos de miedo, se encontraron con los míos mientras le hablaba.
-Aquí, justo aquí hay una granja. Vas a ir allí, tomar un caballo y comida -señalé en el mapa con determinación, pero su negación fue instantánea.
Tomé su rostro en mis manos, transmitiéndole la seriedad de la situación.
-Todo estará bien. -Mi voz intentaba infundirle confianza, aunque mi propio temor amenazaba con traicionar mis palabras.
-No, no... No podré sin ti -respondió Cassian, sus ojos reflejando una vulnerabilidad que rompió mi corazón.
-Te amo, te encontraré, lo prometo. Pero primero, tengo que hacer esto -volví a mirar a nuestro alrededor, asegurándome de que no hubiera señales de peligro inminente-. Escúchame, cuando llegues a Alexandria, tienes que llamar a Michonne Grimes y decirle quién eres.
Sus pequeñas manos aún temblaban mientras asentía con determinación.
-Está bien -respondió el niño, su voz tintineando con un dejo de temor.
Lo envolví en mis brazos con fuerza, como si quisiera transferirle mi amor y protección a través de ese abrazo. Mientras le daba besos en la mejilla, mis labios rozaban su piel con ternura, y mis palabras resonaban con la promesa de que todo estaría bien.
-Te amo, te amo, Cassian. Y todo estará bien, no te asustes, corazón... -susurré, tratando de infundirle la calma que ambos necesitábamos en ese momento.
Su respuesta, un suave susurro que se deslizó por el aire, resonó en mis oídos y en mi corazón.
-Yo también te amo.
Me separé de él lentamente, mis manos aún aferradas a sus hombros mientras lo miraba con intensidad. Sus profundos ojos azules, tan parecidos a los de Carl, reflejaban un entendimiento más allá de su corta edad.
-Ahora corre -le insté, liberándolo de mi abrazo. Vi cómo se alejaba, sus pequeñas piernas llevándolo hacia el refugio que representaba la granja en la distancia.