Capítulo 42: Reloj de arena

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Capítulo 42: Reloj De Arena

Susurró infernal de una voz lejana, lejana a mi oído, lejana a mi alma, lejana a mi vista, resoplando con odió hacía el horizonte donde la llama se alzaba a la vista, iluminando todo a su paso, llamaradas de fuego incandescente, que iluminará el cielo apagando al menos por un rato la oscuridad en la que se vio envuelto.

Esa voz, su aspecto, después de tanto tiempo ante mis ojos estaba el, un viejo amigo, conocido de cachorro, hermano de armas, las palabras se quedaron cortas para expresar lo que mi corazón sentía, sin mucho revuelo este se acerco hacía mi, y con un fuerte abrazó cerro la herida que todo aquel conflicto había causado en mi interior.

— ¿enserio eres tu amigo? — Pregunté aun con dudas aunque su imágen era mas que clara, pero mantenía mis dudas.

— ¡claro que si amigo!, los extrañe demasiado, santo dios no puedo creer que estén aqui — con euforia se aferraba a mi, casi dejándome sin posibilidad de respirar, salvado por  pequeñas bocanadas de aire.

Tal vez se percató de su acción, pasando a soltarme y con cierta pena pedir disculpas.

— tranquilo, es bueno que estés bien, tu hermana estará muy feliz de verte Tuck.

Mi comentario no fue el adecuado, midiendo con claridad el infierno en el cual nos veíamos sumerguidos, en sus ojos se logro notar que mis palabras causaron un impacto en el, era algo de esperar luego de todo este tiempo donde la distancia los separo, volverían a estar juntos como un simple cuento de cachorros.

Sacando esa idea de mi mente, algo llamo una bola de pelos la cual se ocultaba detrás de un basurero aferrado a una bolsas de basura. Me acerque con lentitud, dejando atrás a mis amigos, mientras mas me acercaba se oía con claridad el sollozar de lo que esa bola de pelos fuera. Algo me era claro, se encontraba vulnerable, al llegar mi sorpresa no fue tan grata.

—¿Everest?

Ella solo se limito a voltear su cabeza, sus lagrimas decayeron por su rostro, un viejo camino recorrido por recuerdos y frustraciónes, temores y dolores, dejando la marca de su pasado, sus errores, remarcada en un cuadro que por el dia se ocultaba, pero por la noche era aclamada.
Pero su reacción cambió al ver que aquel que clamaba su nombre no era tuck.

—¿chase? — con duda preguntó, tomándose unos segundos antes de abrir sus ojos con asombro, casi como si hubiera visto un fantasma— ¡Chase!.

Exclamó antes la calidez que su abrazó causaba en mi, su pelaje aunque algo amarrado con desechos, aun conservaba su brillo, el aferro de sus garras causaban una pequeña sensación de dolor en mi espalda, pero no quería ser yo quien cortara el momento.

— ¿como lograste llegar hasta aquí? — entre lágrimas preguntó — los extrañe demasiado a todos.

Con atrevimiento seque sus lágrimas con mi pata, no podía dejar a mi amagia en esa condición y no hacer nada, ella solo sonrió para luego tomar aire, intentando tranquilizarse.

Las detonaciones se oyeron una vez mas interrumpiendo drásticamente la escena, pero esta vez la distancia parecía ser escasa, tal vez unas cuantas calles nos separaron del grito de las armas que se prendían en llamas.

—Creo que tendremos que movernos— unos cuantos pasos bastaron para voltear y observar a tuck y Everest —¿vienen chicos?.

—¡claro que si! — contestó Tuck, mientras everest solo asintió en silenció.

Detrás De Una Bala (TERMINADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora