BECKY
-Deberías haber estado allí K, fue hilarante. En el momento que encendimos el cigarrillo, se meó. Quiero decir, se estaba derramando por todo el suelo. Todas tuvimos que saltar hacia atrás antes de que nos salpicara con ello.
—¿Hiciste lo que te dije?
—Sí, lo hicimos, nena. Encendí el cigarrillo y lo puse directo en ella. Se retorció un montón, pero está hecho. Puede ser que hayamos sido capaces de hacer más si no hubiera intentado salpicarnos.
Esto es lo que me encuentro cuando salgo de la biblioteca después de regresar la asignación de Freen a la Srta. Taylor. Esta no es la primera vez que he me encontrado con la misma conversación, aunque esta vez no tengo ni idea de quién fue el objetivo. A decir verdad, no quiero saber. Siempre he dicho que lo de quemar gente nos regresaría por la culata y con este más nuevo, no puedo dejar de sentir eso aún más.
—Oye, ¿Dónde demonios has estado? —pregunta Kath cuando finalmente se da cuenta de que me acerco.
—Tuve una reunión con el entrenador —respondo, mintiendo para salvar mi culo. Por más que lo que he leído antes me afectó, no estoy lista para ser abierta al respecto, sobre todo, no con estas chicas.
—Me preguntaba si ibas a aparecer. Te extrañé —dice Charlotte mientras se escabulle a través del banco en el momento en que me siento, deslizando sus piernas sobre las mías, como si no fuera a captar que me desea solo con sus palabras.
Chicas, me gustaría que entendieran las cosas.
—Así que, ¿Qué me perdí? —pregunto ignorando completamente a Charlotte, que veo en el momento en que se da cuenta de ello, me gano un puchero—. ¿A quién quemaron esta vez?
La forma en todo el mundo se mira el uno al otro me pone nerviosa. La sensación de malestar de la que finalmente me deshice está de vuelta y esta vez, es aún peor que antes. Junté las piezas en el segundo exacto que Eve habla.
—La retarda. A Kath se le ocurrió la idea en la sala de estudio, y te perdiste un poco de mierda divertida. Todo fue perfecto.
—Más allá de perfecto —interviene Sam con una sonrisa—. Por lo menos hasta que se orinó en nosotras.
Estoy tan enojada al escucharlas reír de lo que le hicieron que estoy viendo manchas en los ojos y no son las que te dan cuando estás mareado. Son de color rojo, justo como la rabia que amenaza con desbordarse en mí en cualquier momento. Si no cierran la boca, no voy a ser responsable de lo que haga.
Está tomando todo de mí en este momento no rasgar sus gargantas. Hice todo lo que Kath quiso, ¿por qué demonios están todavía yendo tras ella?
En el momento en que lo pienso, me doy cuenta de que ya sé la respuesta. No están haciendo esto para asustarla. Es todo acerca de mí. La reacción de Charlotte cuando me presenté debería haber sido la primera pista. He sabido por un tiempo que le gusto y con Kath atrapándome al hablar con Freen esta mañana, estoy segura de que se lo contó a los demás. Esto significa que no están haciendo nada de esto para llegar a ella, lo están haciendo para llegar a mí. Están consiguiendo su deseo también, porque todo lo que quiero es verlas muertas a mis pies.
El cuarto de baño.
Debería haber ido a comprobar allí por ella antes. Si lo hubiera hecho, en lugar de ir a la biblioteca, tal vez nada de esto estaría sucediendo ahora. Sam y las demás siempre tienen sus víctimas allí.
Ponen un cartel de "fuera de servicio" en la puerta y hacen sus negocios, sin que nadie se entere.
Mierda. Esta es mi maldita culpa.
—Becky, ¿estás bien? —Oigo a Eve preguntar cuando me pongo de pie de nuevo, esta vez claro en mi destino.
—Sí, estoy bien. Me acabo de dar cuenta que tengo que entregar una tarea para historia. Me dio dos extensiones ya y si no entrego la maldita cosa, me va a reprobar. Es la mitad de la razón por la que el entrenador quería verme. Me pondré al día con ustedes más tarde. Es una excusa bastante pobre y estoy bastante segura de que una de ellas se dará cuenta, pero es la última cosa en mi mente. Todo esto está sucediendo ahora por mi culpa. No hay manera que vaya a dejarla en el baño con la forma en que están hablando de todo. Se merece algo mejor que eso.
Mientras voy de vuelta a la escuela, las palabras de la señorita Taylor se reproducen otra vez en mi cabeza mientras aumento más el paso.
Eres una buena chica, Becky Amstrong.
Ella se equivoca. Si fuera una buena chica, entonces nada de esto estaría sucediendo en este momento. No, no era la chica buena que ella creía. Yo era la peor persona. Pero solo hay una persona viva para la que no quiero ser la peor.
Cuando llego al baño, tomo un rápido vistazo alrededor, rezando que no haya ningún maestro alrededor para verme hacer lo que estoy a punto de hacer. Contenta de que no haya nadie alrededor que me vaya a detener al entrar, empujo la puerta.
Donde espero que se abra fácilmente, me estampo contra ella, golpeando mi cara duro, mi cuerpo tambaleándose como respuesta a la intrusión. Sacudiendo la picadura que mi rostro adquiere al chocar, empujo de nuevo, esta vez poniendo todo mi peso en ella. Cuando no se mueve, me doy cuenta de lo que voy a tener que hacer.
Por mucho que no quiera involucrar a nadie, si la única forma de llegar a ella es conseguir que uno de los conserjes abra la puerta, es algo que voy a tener que hacer. No hay manera de que la esté dejando en ese cuarto de baño un segundo más. Me ocuparé de las consecuencias más tarde.
Es solo cuando oigo un sonido desde el interior que pongo mi cabeza hacia la puerta. Después de unos segundos de silencio, pensando que solo estoy oyendo cosas, lo oigo de nuevo. Es débil, pero es la voz de una chica y está pidiendo ayuda.
Mierda.
Es Freen.
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COUNT ON ME
RomanceHay personas que te dicen que la escuela secundaria es el mejor momento de tu vida. Mintieron. La escuela secundaria es horrible cuando eres una persona como yo, una autista.