BECKY
Está ocultando algo.
He tenido mi cabeza concentrada en el juego los últimos días, que incluso cuando estoy con ella, sé que no lo estoy completamente, al menos no de la manera en que quiero estar. La única cosa que podría ser, es que ella está sintiendo mi desconexión, por lo que me está apartando. No puedo quitarme el sentimiento de que me está ocultando algo.
Preguntarle sobre ello es imposible porque nunca es un buen momento. Si no estamos siendo interrumpidas por mi molesta mejor amiga, estamos entrando y saliendo de clases o ella está fuera con su madre en un intento de encontrar el vestido más bonito del mundo.
Ha estado ayudándome con matemáticas últimamente y necesito la ayuda, pero la verdad, es una excusa que me inventé para no tener que ir a casa. Richie se estaba poniendo peor cada minuto y cuando vuelvo allí, todo lo que hacemos es discutir, insultarnos, pelear o amenazarnos el uno a otro. Es tóxico, y es el por qué paso tanto tiempo en su casa, viendo claramente cómo es una familia normal. Algo tiene que pasar entre mi hermano y yo, y tiene que ser pronto, porque si no, estoy casi asustada de que alguno de los dos vaya a acabar muerto.
A parte de la ayuda en matemáticas, no hemos hablado demasiado. Ha habido cosas sobre el baile y me pregunta qué debe esperar del partido, pero no hay más después de eso. Solo deseo que confié en mí lo suficiente como para decirme qué está pasando por su mente realmente. Puedo decir que hay algo más, pero no puedo ayudarla en su lucha hasta saber en qué le estoy ayudando a luchar.
Parte de mí piensa que Sam no está siendo buena de nuevo, pero la única vez que saqué el tema con Kath todo lo que hace es sacudir su cabeza. Nada pasa en la escuela sin que yo o Kath nos enteremos, así que, si ella dice que no ocurrió nada, es que es cierto. Si no hay problemas con Sam, o incluso Charlotte ¿Entonces qué demonios es?
A veces me pregunto si estar conmigo es más de lo que ella puede manejar. Como si tal vez fuera demasiado y simplemente no sabe cómo terminarlo. Quiero creer que no es así, pero la única cosa real en la que me puedo basar es en mi madre. Si ella pudo hacerlo tan fácilmente, siendo su hija, tiene que ser simple para una chica, incluso si es más que una chica para mí.
No quiero fallarle, decepcionarla o ser quien era antes, pero todo este estrés y preocupación está empezando a volverme loca. Está haciendo que empiece a añorar los momentos en los que era más fácil. Caminar por los pasillos sin una chica en mi brazo y creando caos en cada ocasión que tuviese, es preferible a la inquietud que siento que a no saber qué demonios está pasando.
Ella no estaba tan diferente conmigo antes, pero entonces otra vez, nunca lo es. Me sonríe como siempre, sostiene mi mano, me devuelve el beso adecuadamente. Todo es tan increíble como lo es siempre, pero no importa cuán perfecto parezca en la superficie, tengo el pensamiento de que algo va a ocurrir.
Es todo en lo que puedo pensar mientras el entrenador nos hace practicar los ejercicios. Puedo oírle gritarme y estoy haciendo lo que me dice, mi cuerpo desgastándose en el proceso, pero es robótico porque estoy inundado de pensamientos sobre ella.
Dónde está ahora mismo, qué está haciendo, si está pensando en mí como yo pienso en ella. Todo se está repitiendo en un bucle constante y no importa cuánto intento ahogar las preguntas, cuanto intente centrarme en la acción del campo, no soy capaz.
Es solo cuando la práctica termina, que por fin tengo un respiro porque la voz de Kath llena al instante mi cabeza.
—Sam y yo vamos a conseguir una limusina. ¿Estás dentro?
—No, está todo controlado. Voy a recoger a Freen y la llevaré en mi auto.
Se ríe y resisto el impulso de golpearla.
—Te estoy dando la oportunidad de impresionar a tu chica con un paseo en limusina, una de las cosas más románicas, ¿y tú me estás diciendo que no por un paseo en tu cacharro?
Mi auto no es un cacharro. Es viejo, está bien, pero no es definitivamente un cacharro. Mi madre lo dejó atrás y tras unos años trabajando en él después de las prácticas de la secundaria, finalmente conseguí que funcionara.
Es un Dodge Charger de segunda generación del 69. Era rojo cuando mi madre lo consiguió, pero logré restaurarlo y ahora es negro por dentro y fuera.
—No lo entiendes. Si es demasiado, se va a asustar y no quiero eso.
—¿Asustarla cómo?
—Algunas cosas son demasiado para que las maneje y en cierto modo se rompe. Si está ocurriendo mucho a la vez o hay demasiada gente, le abruma. Quiero que esta noche sea perfecta, así que nosotros iremos en mi auto. Ella está cómoda ahí.
—Tú te lo pierdes.
—Sinceramente, gano con ello. Me quedo con mi chica para mí solo, lejos de ti y de tu novia del infierno.
—Sam no es tan mala. Está bien ahora.
—No para mí, ni para Freen.
—Lo que sea. Si cambias de opinión, házmelo saber. Está bien para Sam, si Freen viene y juro que no la molestará.
Hubo un tiempo en el que decir algo como eso me hubiera hecho reír, pero ahora siento que cada palabra es real. Odio admitirlo, pero desde que le pidió perdón a Freen, ha sido una persona completamente diferente. Me está demostrando que estoy equivocada y yo la conozco mejor que nadie.
―Gracias, pero no.
―Okay, no digas que no te lo ofrecí.
Ella se separa y en vez de seguirla, me desvío hacia donde tiré mi bolsa antes de ir a la cancha para la práctica. Sé que es un asco y que debería ir atrás y ducharme, pero como la mayor parte de las últimas tres horas ella ha estado en mi mente, sé que no seré capaz de ser yo completamente hasta que no la vea.
Hasta que no la haga decirme simplemente qué demonios me está ocultando.
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COUNT ON ME
RomansaHay personas que te dicen que la escuela secundaria es el mejor momento de tu vida. Mintieron. La escuela secundaria es horrible cuando eres una persona como yo, una autista.