Capítulo 3

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BECKY

No tengo ni idea de por qué diablos le dije eso, pero no es como si pudiera retirarlo, así que dejo que repose ahí entre nosotros. La única cosa que me molesta de todos modos, es que le dije que no dejara que las pendejas se la quitaran y yo soy una de ellos. Tal vez ella lo vea así y se mantenga alejada de mí.

Es lo que puedo esperar de todos modos.

Cuando me dijo lo que hicieron, tomó cada pedazo de moderación que tengo para no estampar mi mano contra el parabrisas, eso es solo una idea de cuan enojada me puso. Es incluso peor, porque le hemos hecho lo mismo a un montón de otras personas y nunca, ni una sola vez, me importó.

Tal vez es porque sé que hay algo malo en ella lo que me pone así. La hace más vulnerables que los demás o esa es la bonita imagen que creé para alejar la culpa que siento.

Infiernos, he sumergido cabezas en los baños, robé ropa interior durante la hora de gimnasia y los alcé en el asta de la bandera y me reí todo el tiempo que lo hice. A esto se añade, empujar chicos, hacerlos tropezar en los pasillos y luego todo los apodos; realmente soy la reina de las imbéciles. Soy quien le enseñó a Kath todo lo que sabe y la que utilizó en Freen hace menos de media hora.

Cuando estaciono en su entrada, miro y veo que está con el ceño fruncido. Inmediatamente me gustaría saber cuál fue la causa, ya que no parece que debería estar allí. Si la muchacha no puede sonreír entonces no debería ser capaz de fruncir el ceño tampoco.

¿Desde cuándo analizo la manera en que una chica se ve? Debería estar más preocupada por conseguir sacarla de mi auto así lo puedo limpiar, no porque tenga el ceño fruncido que parece aún más profundo en su rostro.

—¿Qué pasa, Freen?

Antes de que pueda llegar a tomar el cuaderno, lo recojo y arranco el papel. No tengo ni idea de por qué, pero no puedo dejar que escriba en él de nuevo. Quiero mantenerlo como se ve en estos momentos.

Las jodidas caras felices obviamente se han metido con mi cerebro.

Le paso el cuaderno mientras detengo el auto en el estacionamiento y de inmediato comienza a garabatear en la página furiosamente. Es obvio que sea cual sea la razón por la que está con el ceño fruncido, es bastante grande. Incluso cuando estoy en clase con ella, no creo que la haya visto escribir bastante.

"El auto de mi mamá no está aquí, lo que significa que no está en casa y no me gusta estar sola."

¿Esta chica está de broma? ¿A qué adolescente no le gusta estar solo en casa? Hombre, yo mataría para que Richie sacara su culo de la casa de vez en cuando para poder tener paz y tranquilidad. Confía en mí, no hay nada más que quiero hacer en este momento que cambiar lugares con esta chica.

—¿Por qué? —pregunto, curiosa—. Pensé que todo el mundo le gusta tener la casa para sí mismos.

Se encoge de hombros antes de escribir en el cuaderno de nuevo, esta vez más lento que antes.

"A los asesinos seriales les gusta atacar personas que están solas en casa. Como ese tipo de Scream, excepto que a él le gusta llamar primero."

Leo lo que escribió y me río. A carcajadas. Realmente traté de contenerlo, pero no pude. Me pregunto si eso es parte de lo suyo, esa mezcla de la ficción con la realidad. Centrarme en eso me resultó más fácil para no concentrarme en la primera parte. No quiero pensar en cuánta verdad hay en su comentario sobre los asesinos en serie.

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