Capítulo 22

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BECKY


Sabía que era mala idea traerla aquí. Richie no ha estado sobrio un segundo desde que perdió su trabajo y sabía que no iba estar en el bar tan temprano. No, él estaría en casa y estaría igual que siempre. Solo esperaba que por estar ella conmigo se hubiera contenido.

Necesito parar esto de darle el maldito beneficio de la duda. Nunca me lleva a ninguna parte. No puedo cambiar a alguien que no quiere cambiar. Se esto mejor que nadie. Se necesitó a Freen para que aprendiera eso. Pero, de todos modos, no quiero que ella tenga que verlo así.

Sabe todo sobre ello, no hay manera que no lo haga. Pero eso no significa que tengo que sentarme aquí y dejarla experimentarlo por sí misma. Me tomó todo de mi dejarla salir por la puerta. Sé cómo se siente con lo de permanecer sola y no quiero nada más que mantenerla aquí conmigo, pero si se queda aquí con él, va a estar muchísimo más que asustada.

No estoy segura de qué demonios estaba pensando en dejarle mi número, pero parecía lo correcto para hacer. No quiero que se sienta de la manera como se sintió en el baño nunca más, incluso si está en casa y no es exactamente lo mismo. Quiero que ella sepa que tiene a alguien. Que me tiene a mí.

De nuevo, las palabras de la Srta. Taylor están sonando en mi cabeza cuando marco mi número en su lista de contactos. Si la maestra que sabe todo lo que soy, puede creer que soy una chica buena, entonces a lo mejor puedo ser como ella quiere que sea. Por lo menos quiero serlo, sin importar que se trate solo por la chica que segundos antes había estado asustada de dejarme sola aquí.

Pude verlo en sus ojos. Estaba asustada por la manera que Richie estaba peleando, algo a lo que estoy más que acostumbrada. Le costó darme la espalda y alejarse por la puerta. No tengo mucho corazón, pero ella comportándose de esa forma, tocó una parte de mí y creo que pudo haberme gustado un poco más.

Admitirlo ya no es tan duro. Me gusta Freen Sarocha, incluso cuando todavía no estoy segura sobre lo que voy a hacer con respeto a ello. Todo lo que sé, es que quiero hacer lo correcto para ella. Se merece esto y ha pasado mucho tiempo desde que alguien lo intentó.

—¿Qué carajos pasa contigo Becky? ¿Traer a la retardada aquí? ¿No sabes cuan estúpido es eso?

Juro que si oigo una persona más llamándola "retardada" voy a estallar. Estoy empezando a ver por qué la gente odia tanto esta palabra. Me enferma psicológicamente escucharla. Considerando que hasta que tuve seis no podía ni siquiera escribir o leer y yo misma era llamada retardada, debería saber cuan equivocada la palabra es. Lo sé ahora y me rehúso a dejar que esto pase de nuevo, al menos de una persona que puedo controlar. Richie no volverá alguna vez decir la maldita palabra de nuevo. No importa lo que me cueste.

—No es una retardada.

—¿Desde cuándo? Sabes que la chica está a un tornillo suelto de ser completamente lunática, hermana, así que, ¿desde cuándo cambiaste tu opinión?

—Desde ahora Richie. ¡No vuelvas a llamarla retardada!

Se ríe y me recuerda a otra idiota con la que tendré que pelear cuando regrese al colegio. Kath. Todo lo que quiero hacer es tomar cada pedazo de rabia que tengo dentro de mí y echársela a mi hermano.

—No puedo creer lo que estoy escuchando. ¡Tú eres la que malditamente la llamaba así! ¡Soy yo quien solía decirte que no lo era!

—¡Tienes razón! Soy la que lo hizo y estaba equivocada.

—No, no lo estabas. He recogido a esta niña lo suficiente como para saber que hay algo mal con ella. Estoy empezando pensar que tenías razón todo el tiempo.

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