Capítulo 10

26 4 0
                                    

POV Andy

Trazo los cuatro piquetes de la aguja con la yema de mis dedos, distraídamente, moviendo mi cabeza adelante y hacia tras escuchando sin escuchar la melodía que sale de mis audífonos.

Detesto las agujas más que los hospitales. Mis venas son difíciles de encontrar a veces. Así que la aguja atravesó mi piel mas de una vez.

Me hicieron un examen de sangre y debo esperar a que me llamen del hospital y avisen cuando puedo ir a buscar los resultados, una vez lo haya revisado el doctor.

Probablemente estén ya listos para mañana. También me dieron una cita para un ginecólogo y me recetaron medicamentos si volvía a tener fiebre. No obstante, el doctor no supo interpretar, sin dudar, el sangrado de mi nariz. Dijo que muchos factores pueden influir.

Me preguntó si era aficionada a picarme la nariz

Me he preparado un sándwich, el cual me obligo a comer a pesar de no tener apetito, no tengo ansias de volver a desmayarme por déficit de glucosa. Miro mi reloj de pulsera, verifico la hora y recojo el teléfono antes de que suene.

—Hola, mamá y todos.

—¡Hola, Andy! —Corea la línea, en casi un pitido lejano, luego un eco largo. Es hora de la cena.

—Te estás perdiendo el pan de guayaba que preparó tu abuela, cariño —la voz de papá suena lejana, pero a su vez perece estar gritando.

—Guárdame un trozo, ¿puedes? —Me saco las almohadas de la espalda, las tiro a mis pies y tomo una posición acostada, dejando el teléfono reposar sobre mi mejilla, sin sostenerlo. Me acomodo las benditas donde la aguja dejó marca y dejo caer los brazos. Me siento cansada y lo único que he hecho desde que llegue es dormir.

Son casi las 7:00.

—Claro…

—¿Todo bien, Andy? —Pregunta una voz alegre, pero con un matiz casi intuitivo.

—¿Tío Garlo? —Me incorporo.

Que no haya dicho nada, por favor.

—Hoy es noche de Lasaña. No me la iba a perder. Ahora, responde a mi pregunta.

Paso saliva y me levanto para ir por una taza de café. A tío Garlo le importa un bledo mi día. Él quiere saber cómo me siento de ya saben.

—Bien. Iba a preparar algo para la cena —miento y me llevo la taza a los labios. El café me quema levemente el labio inferior pero luego de los poderes curativos de mi lengua, sigo dando sorbos.

—Podemos enviar a Joshua para que te lleve algo.

—No. Está bien, mamá.

Hablo un poco con todos y ninguno a la vez. Charlé un poco con Mary, prometí a Melanie acompañarla a ponerse uñas, a tía Edermy (ella es la única hermana que tiene papá) que iríamos a depilarnos las piernas y las cejas con cera.

Antes del Cielo [Wattys 2024]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora