11 de mayo
. . .
Llevo dos días en el hospital. Hoy vendrá parte de mi familia para tomarse muestras y determinar si alguno es compatible conmigo.
Yo tengo ordenes de quedarme aquí hasta mañana.
Mañana podré irme.
Pero justo ahora debo ver a alguien a quien extraño.
Atravieso el pasillo en bata de hospital y espalda encorvada. Me siento tan terrible como me veo.
Pero es un hospital, aquí ni siquiera los que están sanos se ven o se sienten bien.
Camino a paso cansino. Me duele el pecho y de vez en cuando debo detenerme para recuperar el aliento. Es sorprendente la manera en la que tu cerebro acepta la noticia de "vas a morir" y comienza a preparar tu cuerpo para el doloroso proceso.
Me detengo frente a su puerta y la abro con cuidado. No quiero asustarlo o interrumpir abruptamente si está con alguna enfermera.
Pero se encuentra solo.
Vestido de blanco, sobre la camilla. Luce como un pequeño ángel.
Con un libro en mano y menos vida de la que pude haber reconocido en él desde la última vez que lo vi.
Finalmente repara en mi presencia y sonríe.
Y al igual que la primera vez que tuve el honor de apreciar su sonrisa, mi pecho se llena de calidez.
—¡Andy! —Exclama y deja el libro a un lado, para bajar con cuidado y acercarse a mí. Arrastra con él un pequeño bolso y lleva una manguerita en la nariz.
Eso es para respirar.
Corro y aunque siento que me caigo, debido al esfuerzo, llego a él y lo envuelvo en mis brazos. Su cabeza queda en mi pecho y a pesar de todo me alegra verlo y saberlo vivo, aún.
Pregunté a Callahan por él.
Así supe lo de que ya casi no puede ni respirar por su cuenta.
—Me alegra mucho verte —chilla, emocionado.
—Igual yo, igual yo —lo abrazo un poco más y él me recibe gustoso.
Me guía a su camilla y comienza el repertorio de preguntas, ¿donde estuve? ¿Que hice? ¿Por qué llevo una bata semejante a la suya? ¿Estoy bien?
—Oye —le hago cosquillas y ríe—. Déjame preguntar también.
—No tengo tanto tiempo como tú, Andy —dice, pero no hay pesar en su voz, sólo aceptación y mi sonrisa cae en picada.
Es doloroso de ver cómo Chris, tan pequeño e inocente, se deja ir.
Es doloroso. Pero me niego a llorar.
—Si te vas yo tampoco sabré las cosas que quiero —hago puchero y él sólo sonríe.
—¿Ves esto? —Señala la bomba de oxígeno—. Es lo único que han hecho por mí, hasta ahora, que no duele.
Guío mi mano y acaricio la forma huesuda de su rostro.
—Pero estoy bien con eso. Sé lo que me pasará, Andy —sonríe y ya no quiero seguir escuchando, no puedo, no quiero.
Y justo lo que no quería hacer sucede.
Me echo a llorar como si la niña pequeña fuese yo.
Y lo aferro a mi cuerpo para abrazarlo. Mi corazón se rompe un poco más y verlo de esa manera duele.
![](https://img.wattpad.com/cover/357981510-288-k289669.jpg)
ESTÁS LEYENDO
Antes del Cielo [Wattys 2024]
RomansaAndy Coldwater vive un día a la vez. Una vida tranquila entre estudios, familia, libros y cero amor. Ella intenta tener su lugar en el mundo, aspirar a cambios positivos, convertirse en una escritora famosa, encontrar un buen esposo y quizá, por al...