(62) Hermanas Black

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Hermanas antes que mortifagas

Abrí la boca con demasiado temor cuando Voldemort lanzó la peor de las maldiciones imperdonables. Me quedé muda y estática en mi lugar mientras contenía que se me saliera un grito.

Bellatrix permanecía a un lado del señor tenebroso; todos parecían estar igual que yo, nadie hablaba o se movía.

Cissy fue la única valiente que comenzó a andar hacia el frente. Llevé mis manos a la boca y empecé a morder mis uñas.

Tanto Cissy como yo estábamos cansadas de las locuras del señor tenebroso, Cissy por su instinto maternal, yo porque simplemente no soportaría más los abusos de Voldemort.

Quería salvar a las únicas personas que me importaban, al igual que Cissy; más no podíamos decir lo mismo de Bella, había perdido a una de mis hermanas, estaba viviendo en su mundo de locura y su obsesión por Voldemort, su atracción por las artes oscuras era grande.

Vi a Narcissa colocarse en cuclillas frente al cuerpo inerte del bien conocido Harry Potter. Un pobre muchacho que, a mi parecer, no tenía culpa de nada. Cissy se fue poniendo en pie lentamente mientras no flaqueaba, mantenía sus piernas firmes y la mirada bien en alto a la hora de encarar al señor tenebroso.

—Murió —pronunció en un tono neutral. Yo no dije nada, mientras otros mortífagos reían y celebraban. No entendía la crueldad para celebrar una muerte; seguía siendo una vida menos.

No elegí ser esto; quedé condenada el día en que Bella marcó su brazo sentenciándose a ser una seguidora más de Voldemort, ella porque quería, yo porque no tuve opción. Desde que el señor tenebroso puso sus ojos frente a mí, supe que mi vida cambiaría demasiado. Que él me reclutaría.

Cissy quedó marcada cuando se enamoró del estúpido de Lucius Malfoy, ella también quedó condenada a ser una basura más de Voldemort.

Suspiré mientras miraba a Cissy, había una mirada extraña en su rostro, esa mirada de que necesitaba decirme algo. Pero no en ese momento.

Pasó a un lado de mí y se colocó al lado de su esposo para marchar de ahí.

.

—Cissy, debes contarme ahora que pasa —volví a insistir. Las manos de mi querida hermana temblaban mientras sus ojos parecían estar buscando algo por todo el lugar.

—No, no —balbuceó.

—¡Narcissa Malfoy! —tomé sus manos para tranquilizarla—. Nos hemos alejado del resto, debes contarme pronto, que no tardarán en buscarnos.

—No está muerto —soltó rápido. Me llevé una mano cubriendo mis labios—. Harry Potter aún respiraba —rápidamente llevé una mano a su boca.

—Alguien viene —susurré. Pronto la cabellera de Lucius Malfoy se fue viendo. Suspiré y salí junto al lado de Cissy.

—El señor tenebroso está listo —informó—. Partiremos ahora mismo.

Tragué saliva cuando fuimos avanzando y vi al semi gigante llevar en sus brazos el cuerpo del joven Potter. Solo rogaba que siguiera así, al menos hasta llegar a Hogwarts.

El camino fue en silencio, excepto por las risas maníacas que soltaba Bella, risas que esta vez, no fueron calladas por Voldemort; parecía que muy en lo profundo, estaba celebrando.

El joven que reconocí como Neville, ahora estaba dando la cara enfrentándose a Voldemort, quien sólo se dedicaba a burlarse del muchacho.

Harry Potter cayó al suelo, Voldemort miró en ese mismo instante al joven. Su mirada cambió de una de celebración y triunfo, a una de ira.

Comenzó a luchar contra Potter, mientras algunos mortífagos comenzaron a fugarse.

—¿Qué hacen?, incompetentes —gritó Bellatrix molesta.

—¿Aún no lo entiendes, Bella? —me mantuve a cierta distancia de ella—. Nadie puede ser leal a alguien que le ofreces tus servicios y a cambio de ello te tortura —por un breve momento Voldemort desvió su mirada a mí, para luego mirar a Cissy con los ojos llenos de rabia.

—¡No! ¡A mi hermana no, saco de basura! —me coloqué frente a Cissy protegiéndola, mientras detenía el hechizo de Voldemort—. ¡Narcissa, largo! Busca a mi sobrino y vete de aquí ¡maldita sea! —le grité en una orden. Cissy me miró con sus ojos lagrimosos, pero me obedeció.

Era la mayor, siempre protegería a mis hermanitas.

No pude más y esquivé el siguiente hechizo, tal vez no podía más, y mi cuerpo estaba débil, tan débil.

—Eras una de mis mejores mortífagas —dijo Voldemort. Me reí y miré en dirección a Bella—. Tú y tu hermana han sido una deshonra.

—Te equivocas Voldi —el apodo lo hizo enfadar aún más—. De las hermanas Black, tú solo has contado con una. Mi lealtad jamás estuvo, ni estará contigo.

—¿Por qué haces esto? —pude escuchar la voz de Bella. La voz de mi auténtica Bella, aunque fuera por un breve momento lo disfruté.

—Pequeña Trix Trix —la llamé como solía hacerlo cuando era pequeña—. Hermanas antes que mortífagas —cerré mis ojos hasta que el rayo verde proveniente de la varita de Voldemort impactó en mi pecho.

Querida Andromeda, Bellatrix y Narcissa.... Mis amadas hermanas, escribo esto contándoles lo fascinante que es Hogwarts, en verdad deseo que entren pronto. El comedor está repleto de comida, más de la que se puedan imaginar, incluso más variedad que la que hay en casa.

Entré al equipo de Quidditch, sé que mamá querrá matarme por esto, pido que guarden el secreto.

Díganle a madre y padre que estoy de maravilla.

Les haré llegar esta carta por Benggy, mi nueva lechuza... La compré en el emporio

de la lechuza. Pronto tendréis una también.

Con amor:

—Persse Black

La mujer cerró la carta que aún conservaba. Secó sus lágrimas antes de que su esposo llegara a casa. Ahora su hermana estaba muerta, la más valiente de las hermanas Black.

Se levantó del sillón de cuero negro y pasó sus manos alistando su elegante vestido. Estaba dispuesta a cumplir la última y única petición que su hermana le hizo aquella vez que hablaron a solas en el bosque.

"Visita aAndromeda por mí".

|𝖮𝖭𝖤 𝖲𝖧𝖮𝖳𝖲| 𝖬𝗎𝗅𝗍𝗂𝖿𝖺𝗇𝖽𝗈𝗆.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora