(32) Stéphane Narcisse

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Engaño. parte 2

Los jardines del palacio estaban despejados; todos se encontraban dentro celebrando a la Reina María y a Francisco. La chica podía ver a Bash por uno de los balcones coqueteando con Kenna. Rodó los ojos, pues sabía que Kenna era una mujer trepadora y no le agradaba la idea de que fuera pareja con Bash; simplemente, no eran "compatibles".

Realmente, ahora se dedicaba a ayudar en su vida amorosa a los demás, mientras ella era una persona que poco a poco se había ido apagando. Después de aquella noche, Narcisse se había ido, seguro a alguna de sus tierras, y jamás la buscó, por lo que la tristeza la invadió más en los últimos dos meses.

Su complexión delgada hacía aún más notoria su abultada barriga, por lo que ahora usaba vestidos más grandes tratando de disimular, pero los rumores pronto se hicieron presentes en el palacio. Rumores como la zorrita que abrió las piernas, que por "puta" Narcisse la había abandonado, y más rumores de gente que solo había oído hablar de una historia mal contada. A pesar de los intentos de Francis por silenciar los rumores, ya no había nada más que pudiera afectar a la chica.

Caminó entrando al bosque; sí, quizá no era el lugar más seguro para una mujer joven que estaba embarazada, pero últimamente su soledad y los cantos de los pájaros eran su mejor compañía.

Llevaba un cesto consigo; recoger frutos del bosque dulces y frescos ayudaba a saciar sus múltiples antojos. Un ruido proveniente de atrás la hizo tirar el cesto y girarse; entre un arbusto, había una nota. Se apresuró a recoger el cesto con algunos frutos regados y tomó la carta.

"Sigue derecho hasta topar con el rosal; de ahí, ve hacia la izquierda y mira detrás de los arbustos".

Era extraño porque, si bien el olor del papel le era familiar, no reconocía la letra. Debería, como cualquier persona sensata, salir corriendo de ahí y no regresar, pero no lo hizo.

Siguió las indicaciones de la nota, encontrándose en el pasto todo decorado como "un día de campo". No había nadie, por lo que dejó los frutos junto a lo demás. El sonido de una rama crujir se escuchó.

-Lograste ver la nota -

La chica se giró y miró expectante y con el ceño fruncido a la persona frente a ella. Bajó su vista a la nota y de nuevo la dirigió al frente.

-No es tu letra- habló a secas.

-¿Esperabas que fuera de alguien más? Lamento la decepción, ordené a alguien más escribirla - respondió mientras daba unos pasos al frente, parándose en seco cuando miró la barriga de la joven. - Eso no es de tanto comer, ¿o sí?.

-No, no lo es, pero - sonrió con sorna- ¿no escuchaste los rumores de que te fui infiel? - soltó una carcajada.

-Eso es imposible - habló Narcisse mientras retomaba el paso hasta llegar a la chica colocándose frente a ella.

-¿Cómo estás tan seguro? - Se cruzó de brazos y retrocedió.

-Porque tú aún me amas a mí, Gabrielle- dijo seguro. Una batalla entre miradas inició entre ambos, hasta que ella se hizo a un lado.

-¿Por qué te fuiste sin explicar? Eh- su voz comenzó a quebrarse, y no quería, no quería ser débil frente a él.

-Esa noche, te esperé en el salón; nunca te vi llegar. Decidí retirarme porque iría por una sorpresa que tenía para ti. Iba por el corredor cuando Lola habló. Ella corrió hasta mí, se reía como loca; aparentemente, estaba sedada por los efectos del alcohol. Me ofrecí a llevarla a sus aposentos y que se diera una ducha de agua fría mientras buscaba a una mucama que se hiciera cargo de ella; no quería dejarla en ese estado por los corredores. Le insistí en que nos fuéramos, pero decía cosas sin sentido. Tú sabes que antes sentía atracción por Lola, pero ella jamás me correspondió. Cuando te conocí a ti, tú te volviste todo para mí. Después, ella se abalanzó hacia mí y me besó. Ella enredó sus brazos y no podía separarme; me comenzaba a ahorcar. Después, ella se desmayó, y fue cuando logré safarme. La llevé a su habitación y la dejé dormida.

-Tu patética historia no responde a mi pregunta - dijo con lágrimas bajando por su rostro.

-Si te digo, no te gustará.

-DIMEEEEE- gritó exaltada. Lo último que quería era más información oculta.

-Me fui porque no fuiste la única que miró la escena. También la miraba Francisco, así que él me ordenó molesto que me fuera del lugar. No pude hacer nada, solo recoger el anillo. Se me partió el corazón.

-¿Qué?- quedó atónita por todo lo que le dijo - No puedo creerlo, Francisco, él siempre me ha protegido, no es verdad, no es verd...

-Sabes bien que no me quería más en su reino, ¿nunca te has preguntado de quién es el bebé que Lola lleva en su vientre? - la chica se quedó pensando. Después de ella dar positivo, se supo del embarazo de Lola, algo muy extraño; ella siempre pensó que era de Narcisse, pero ahora que lo pensaba, era ilógico por la diferencia de tiempo, tenía que ser de un acostón que se dio después de la marcha de Narcisse.

-Pero, ¿entonces es de Francisco? ¿Celos fueron lo que lo llevó a obligarte a que te fueras? - Narcisse asintió.

Ella se llevó una mano a la boca sorprendida - ¿Pero María?, ella aún no lo sabe, es su mejor amiga. Cómo pudo...

-Lo sé, ella acudió a mí y me lo contó todo; Francisco ama a María. Ese incidente fue a causa de una borrachera, pero Francisco pensaba que si Lola estaba conmigo, le quitaría su paternidad.

-Pero él sabía que estabas conmigo.

-Así es, pero también creyó que yo te dejaría por Lola; todo lo que viste fue un malentendido.- aclaró.

-¿Y a todo esto? ¿Qué esperas al contarme todo esto? - alzó una ceja y se cruzó de brazos.

-Tan solo que me perdones. Volveré a irme tan pronto como pueda, y no tendrás que mirarme más. - dijo con indicio de resignación.

-La idea no suena mal, pero sabes algo que odio más que mirarte de nuevo después de meses, maldito imbécil?.

-¿Qué? - agachó la cabeza y pasó una mano por su nuca.

-Quedarme aquí soportando tanta farsa y viendo a Lola día con día. - se acercó a Narcisse dando brincos - Quiero ir contigo.

Él la tomó del rostro con delicadeza y apego sus labios a los de ella. El beso fue continuado por la chica, quien de pronto se separó.

-Alto, iré contigo porque uno ya te dije, dos es que no te negaré la paternidad a la cual tienes derecho, y tres porque tenías razón; aun te amo, pero, debemos empezar de nuevo, pues ya no confío en ti como antes. - declaró.

-Lo comprendo, haré todo lo posible por recuperar tu confianza, porque eres la última persona con la que quiero pasar el resto de mi vida.

Ambos se abrazaron emotivamente mientras Narcisse acariciaba la pequeña barriga de ella.

-¿Y cuándo quieres partir?.

-Hoy mismo - dijo firme y decidida.

Esta era una segunda oportunidad brindada, y pondrían de su parte para ser una familia fuerte y llena de amor, alejados del palacio; tantos chismes, problemas, tendrían un impacto positivo en sus vidas.

|𝖮𝖭𝖤 𝖲𝖧𝖮𝖳𝖲| 𝖬𝗎𝗅𝗍𝗂𝖿𝖺𝗇𝖽𝗈𝗆.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora