(12) Eric - Divergente

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Iniciada

Estaba en la sede de Osadía; sí, eso significaba adiós a la sede de Verdad. Mis padres quizás estarían molestos.

Miré cómo más personas seguían bajando del tren, entre ellos Cris, mi mejor amiga.

—¡Cris! —grité lo más alto que pude mientras corría y levantaba mi mano para que me viera. Al lado de ella había otra chica que estaba incorporándose del suelo, una chica de abnegación o, como los conocían, "estirados".

—Vaya, Alexandra, me alegra verte aquí —abracé a Cris, y la chica ya estaba al lado—. Hola, soy Alexandra Houston, amiga de Cris —la chica sonrió, se veía amable.

—Beatrice Prior.

Tenía ganas de entablar una conversación, pero una voz grave y masculina nos interrumpió.

—Silencio —dijo aquel hombre osado; por dios, era guapo sin duda—. Soy Eric, uno de sus líderes. Si quieren entrar a Osadía, esta es la manera —señaló hacia abajo del edificio. En realidad, no sabría qué había abajo; quizás agua, quizás nada, o una cuerda, no lo sabía. Estaba tentada a preguntar, pero alguien se adelantó.

—¿Hay agua abajo? —preguntó un chico valiente; el líder lo miró con pizca de burla.

—Ya lo averiguarán —el chico se quedó callado—. Oh no.

Apenas llegué, y el tipo me estaba fastidiando.

—Bien, ¿quién será primero? —dirigió su mirada observando a cada uno de los presentes y por un segundo hacia mí.

Todos nos miramos esperando saber quién sería primero. Quería ser yo, pero la chica abnegada comenzó a dar unos pasos al frente.

—¡Yo! —todos quedamos atónitos, pero le dieron el paso y el líder de un salto bajó de la orilla para darle espacio a Beatrice. Ella se quitó su bléiser y lo tiró al suelo.

—Eso, estirada, quítatelo —miré a ver quién hizo el comentario tan estúpido; tenía que ser el idiota de Peter—. O mejor, póntelo —dijo, finalizando y haciendo que algunos rieran.

—Mejor cállate, Hayes, nadie quiere escuchar tus comentarios de adolescente excitado —todos rieron ahora, y él me miró mal; no le gustaba que lo llamaran por su apellido. Oops, lo olvidé.

El líder solo miró expectante, pero no dijo nada. Después, vio a Beatrice que aún no había saltado.

—Es ahora, iniciada —de un movimiento rápido, ella saltó. Todos se acercaron sorprendidos a mirar hacia abajo, pero yo no.

—Bien, siguiente —yo ahora imité a Beatrice y caminé hacia el frente para luego subirme al borde.

—Uhhh, qué agallas, amorcito, no mueras —dijo Peter en tono de burla. Me giré, viéndolo a la cara. Todos, incluso el líder, me miraban como si fuera a bajar, pero no. Sonreí hipócritamente y me dirigí a Peter—. Tú sí, hazme un favor y partete la cabeza cuando saltes . — Me dejé caer hacia atrás.

La adrenalina se sentía increíble; definitivamente, tenía que repetirse.

Salí de mis pensamientos al caer en una red. Reí por lo bajo; la idea de que fuera una red y no agua me daba alivio. Alguien jaló la red y salí de ella; un chico moreno igual de atractivo, no sé si todos aquí son tan sexis con sus tatuajes y su ropa negra.

—¿A ti sí te empujaron? —preguntó burlón. Hice una mueca ofendida—. Oh vamos, es un chiste. ¿Cuál es tu nombre?

Me quedé dudando.

—Soy Ale...

—No importa, puedes usar otro, solo que escoge bien porque no lo podrás cambiar.

—Soy Alec —dije decidida.

—Bien, segunda saltadora Alec —se giró hacia mí viéndome fijamente—. Ve por allá —señaló a los demás, y yo obedecí.

Ahí estaba Beatrice; me puse al lado de ella.

—Fuiste muy valiente al saltar primero, Bea...

—Shhh —dijo apartando su mano de mi boca—. Soy Tris ahora —reí por lo bajo.

—Bueno, yo soy Alec.

De un momento a otro, ya estábamos todos. Cuatro dio unas indicaciones, y al terminar, fuimos a las habitaciones. Debía ser un chiste, pues todo estaba junto. Me cambié con un pantalón negro, una blusa de tirantes negra, una chaqueta de cuero negra y unas botas militares también negras. Después, fui con Cris y Tris a conocer Osadía. Fuimos a un área donde vendían múltiples cosas; ahí quedé enamorada de un tatuaje, eran unas hermosas constelaciones. Llevé la plantilla hacia uno de los tatuadores mientras veía cómo Tris discutía silenciosamente con una de las tatuadoras, una chica morena y alta.

—¿Dónde quieres tu tatuaje? —preguntó el chico amablemente, haciéndome salir de mis pensamientos.

—En el hombro izquierdo —él asintió. Dolió un poco, pero al final, amé el resultado; todo era gratis para los iniciados, así que agradecí y me retiré del lugar. No encontraba a Tris y a Cris, pero ya moría de sueño, así que tomé camino hacia donde recordaba estaban las habitaciones.

El pasillo estaba oscuro; logré distinguir unos pasos.

—Iniciada —odiaba ese tono y que me llamaran así. Giré, y era Eric, el líder—. ¿No se supone que deberías ir a la cena?

Negué con la cabeza mientras lo miraba.

—No, en realidad, ya iré a dormir.

—Sí, más vale que duermas, iniciada, que el entrenamiento será duro —reflejó una

sonrisa cínica y, sin dejarme responder, se marchó. Rodé los ojos; qué actitud.

Quité mis botas y me recosté sobre la cama; estaba exhausta, completamente exhausta.

|𝖮𝖭𝖤 𝖲𝖧𝖮𝖳𝖲| 𝖬𝗎𝗅𝗍𝗂𝖿𝖺𝗇𝖽𝗈𝗆.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora