(10) Gally

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Nueva

El dolor de cabeza era cada vez más insoportable; se hacía más intenso cada vez que trataba de recordar algo.

La caja metálica no dejaba de subir; tenía miedo de lo que estuviera esperándome allá arriba.

Mi respiración comenzó a sonar más agitada cuando la caja se detuvo en seco, y oí un ruido encima. De pronto, los rayos de la luz del sol me cegaron; al recuperar mi visión, pude notar que varias personas estaban mirándome.

Alguien saltó a la caja sin previo aviso y se me quedó mirando fijamente; era un chico rubio de cejas raras.

"Es una chica", pareció decirles al resto de las personas que nos rodeaban, y estas murmuraban.

"Vamos, ya sácala de ahí", gritó alguien. El chico rubio posó sus ojos en mí y tomó mi brazo. Traté de alejarme, pues no sabía sus intenciones.

"Oh, vamos, novata, te ayudaré a salir de aquí", de un movimiento rápido tiró de mi brazo bruscamente, haciendo que soltara un quejido.

Al salir, rápidamente soltó mi brazo, y caí impactándome con el suelo.

"Oh, vamos, Gally, no seas salvaje", lo reprendió un hombre moreno. Levanté la cabeza un poco hacia arriba para ver los rostros de las personas que me rodeaban, ya que lo único que veía eran sus pies. Mi concentración se fue totalmente a un chico rubio, el cual dedicó una mirada molesta al tal Gally y luego se volvió a verme para sonreírme.

"Hey, linda, ¿estás bien?", dijo extendiéndome su mano, la cual tomé con gusto, y me levantó. A lo lejos, el tal Gally se estaba retirando molesto.

"Sí, sí, creo", dije apenada.

"Ush, no creo que tan bien, larcha", un chico con rasgos asiáticos miraba mi rodilla, la cual estaba raspada y cubierta de sangre.

"Debería darte un recorrido", habló el rubio. "Pero creo que será mejor que un doctor vea eso primero", señaló mi pierna y luego miró al asiático.

"Minho, debo reunirme con Alby, ¿crees que puedas hacerme el favor de llevarla a curar?"

"Lo que quieras, rubio guapo", el rubio se giró para irse, pero antes de eso volteó a verme.

"Por cierto, soy Newt, soy el segundo al mando".

"Mucho gusto, yo soy... soy...", lo miré confundida, no recordaba mi nombre.

"Tranquila", dijo como si supiera lo que pasaba. "Recordarás tu nombre en unos días", me guiñó el ojo y se fue.

"Uhh, veo que le has parecido bonita", dijo el chico asiático.

Yo lo miré divertida, me agradaba el tipo.

"Aunque bueno", continuó hablando mientras caminábamos y me sostenía, "no ha sido el único, al parecer, King Kong se puso celoso", dijo señalando al mismo chico que me dejó caer al piso; estaba martillando una madera y, por un momento, pareció que nos miraba.

"Ese idiota, por su culpa no puedo caminar bien... ¿Y qué le pasa a sus cejas, eh?", el asiático me miró inexpresivo y luego soltó una carcajada.

"Cualquiera que se atreva a burlarse de las cejas de Gally es mi amigo", sonreí ante su comentario; al menos ya tenía un amigo. "Pero ten cuidado", advirtió, "todo aquel que Gally ha escuchado hablar sobre sus cejas termina en la enfermería por 1 mes".

Su expresión estaba seria, así que supuse que no bromeaba. Más me valía mantener la boca cerrada y no hacer comentarios sobre la ceja de nadie.

Ya era de noche y resulta que habían organizado una pequeña fiesta de bienvenida para mí. Newt y Alby, que eran los líderes, se encargaron de explicarme cada detalle del claro y de resolver mis dudas.

Miraba a lo lejos al tal Gally peleando con varios chicos; al parecer, le encantaba lucirse. En un momento, me miró, y por instinto me giré. ¡Oh, por Dios, qué pena!, me atrapó mirándolo.

"Ey, ven, bailemos, preciosa", dijo un chico bastante ebrio tratando de levantarme de mi lugar.

"No, gracias", dije lo más amable que pude, pero el chico seguía insistiendo, y no veía que fuera a ceder.

"Creo que ha dicho que no quiere bailar", el tipo dejó de jalonearme y se fue de allí como alma que lleva el diablo, no sin antes susurrar un "bien".

Sentí cómo alguien se sentó a mi lado y chocó su hombro con el mío; definitivamente, no era Newt, era alguien más grande. Giré para ver de quién se trataba: era el tipo de las cejas raras, él no se percató de que lo estaba viendo, pues bebía algo.

Traté de alejarme un poco, pero su voz me detuvo.

"¿Qué te pongo tan nerviosa, nena?", dio un último sorbo a su vaso y me miró con una sonrisa pícara.

"No, es solo que no me gustaría otra pierna lastimada", traté de levantarme, pero su mano tomó mi brazo.

"Sobre eso", dijo apenado, "lamento haber sido tan brusco; quizás exageré un poco".

"Un poco dices", dije exaltada.

"Un poco mucho", admitió.

"Bien", dije cortante, zafándome de su agarre.

"Ey", gritó, "¿no piensas perdonarme?"

"Quizás mañana", dije irritada mientras me iba al lugar que me asignaron para dormir. Realmente moría de sueño.

Estaba lavando mis dientes cuando alguien me tomó de la cintura, haciendo que me sobresaltara.

"Yo nunca pido disculpas, siéntete afortunada, nena", dijo con voz ronca, parecía que el alcohol le hizo efecto.

"¿Así?", traté de no sonar tan nerviosa, pues estaba prácticamente pegado a mí. Traté de alejarlo, pero era imposible, era mucho más pesado.

"Sí, nena", dijo apretando más su agarre.

"Entonces, te perdono, buenas noches, Gally", dicho esto, soltó su agarre, y yo me pude ir finalmente a dormir, no sin antes escuchar lo que dijo.

"Buenas noches a ti también, muñeca" dijo, yo le sonreí y me retiré.

Esperaba realmente poder conocerlo mejor, ser amiga del chico rudo, interesante.

|𝖮𝖭𝖤 𝖲𝖧𝖮𝖳𝖲| 𝖬𝗎𝗅𝗍𝗂𝖿𝖺𝗇𝖽𝗈𝗆.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora