(40) General Hux

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Rechazo

Madison soltó una risa mientras sostenía la mirada al pelirrojo frente a ella, quien la observaba con el ceño fruncido. Acomodó con destreza la gabardina negra del pelirrojo, admirándolo.

─ Cielos, Armi, luces como un auténtico general. Algún día lo serás, y estaré ahí para verlo ─ alabó a su mejor amigo, el único confidente que tenía en realidad. A ella la veían como una joven marginada, y a él, bueno, como un bastardo de carácter difícil. Sin embargo, estaban allí el uno para el otro.

─ Calla... Solo se me hace guapa, pero no me gusta ─ argumentó él en contra de las insinuaciones de Madison. ─ Además, a mí me gusta alguien más.

─ Oh ─ ella agachó la cabeza para ajustar los detalles en el pelirrojo. Luego, levantó la vista y sonrió. ─ Ya veo...

─ ¿No te interesa saber quién es? ─ preguntó sorprendido por la falta de interés de su amiga. Madison negó y se apresuró a dar la vuelta para tomar un prendedor con la insignia de la Primera Orden, colocándolo en el traje de Hux. ─ Bueno, solo diré que es muy linda, y siempre la he amado, aunque ella no se dé cuenta porque es algo... inocente ─ dictaminó.

─ Ya veo, entonces debe ser muy boba, mira que no darse cuenta... ─ sonrió, aparentando no saber que se refería a ella.

─ Si, pero cuando te diga quién es, prométeme que nada cambiará entre nosotros. Júrame que no te alejarás ─ le pidió Hux con gesto de preocupación.

Madison comenzó a sospechar que él se refería a ella. Sin embargo, prometió sin mostrar sus emociones.

─ No pasará nada, lo prometo.

─ Bien ─ Hux tragó saliva nervioso. ─ Ella es... Una chica que conocí hace tiempo. Se llama Kaydel ─ al decir eso, Madison sintió un dolor incómodo en el pecho y desapareció su sonrisa. ─ Es rubia, hermosa... Solo que ella... Es una rebelde ─ confesó con preocupación y decepción. ─ Por lo tanto, no sé qué pasará.

Madison miró a la castaña pero esta no dijo nada, simplemente permaneció quieta, sintiéndose incómoda, ofendida, enojada, asqueada, confundida y triste.

─ ¿Estás bien? ─ preguntó Hux al ver que no decía nada.

─ No ─ admitió Madison, sintiéndose realmente mal. ─ Pero prometo estarlo... Lo estaré, pero necesito alejarme de ti ─ dijo finalmente.

Hux la miró preocupado y confundido.

─ Pero, ¿de qué hablas?

─ De que tú me gustas a mí, Hux. Y demasiado, desde hace tiempo... Y yo me fui ilusionando sola, pensando que te gustaba, yo... yo... no... ella ─ escupió sus palabras con rabia e impotencia.

Se quedó un momento callado y después suspiró.

─ Yo... no tenía ni idea ─ confesó sinceramente.

─ Sí, hay muchas cosas de las que no tienes ni la más mínima idea... ─ Madison bajó la mirada para no dejar que la viera en su estado más vulnerable. ─ Lo siento, debo irme.

Se dirigió hacia la puerta para salir rápidamente de allí y no pudo evitar empezar a sollozar. Hux comprendió que debía darle su espacio, que ella debía pensar, y él también debía hacerlo. Después, arreglarían todo.

Era hora de confesarle que él también sentía lo mismo por ella, pero nunca dejó que esos sentimientos salieran a la luz por miedo al rechazo. Exactamente lo que acababa de hacer, pero estaba decidido a arreglarlo muy pronto.



|𝖮𝖭𝖤 𝖲𝖧𝖮𝖳𝖲| 𝖬𝗎𝗅𝗍𝗂𝖿𝖺𝗇𝖽𝗈𝗆.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora