Arthur
Ya llevamos dos semanas dentro del semestre y podría jurar que este año académico es más exigente que los anteriores. Ya hemos tenido exámenes cortos, un par de ensayos y presentaciones orales para determinar con quiénes seremos emparejados en trabajos en equipo.
Lo negativo es que mis horas de trabajo van a disminuir y tendré que buscar la forma de reemplazar ese ingreso. Mi madre se ha ofrecido en distintas ocasiones. Sin embargo, no sé cómo ceder. No tengo problemas con ella, más bien con mi padre, pero a veces ella lo defiende y se pone a la defensiva. Prefiero evitar esos conflictos e intentar ser independiente, ya que no me gusta que tenga algún tipo de control sobre mí, aunque sea económicamente. Ya he salido de ese mundo y no pienso volver a él. No obstante, me independicé para poder estar libremente con Nathaniel, aunque no seguía en el closet de cierta forma.
Al no estar en mi hogar, puedo ser menos restrictivo que antes. A pesar de ello, no salió como esperaba. Él prefirió mantener cierta distancia entre nosotros, y mayormente éramos cordiales en presencia del otro.
Al principio, pensé que solo le tomaría tiempo ceder, ya que sabía que aún tenía sentimientos por mí. Veía leves sonrojos cuando lo halagaba, se ponía nervioso y a veces le brillaban los ojos.
Quería irse a contacto cero, pero a mí no me pareció. Dije que teníamos amigos en común y sería tedioso. Claramente no era mentira, pero mi objetivo fue persuadirlo para no perderlo por completo. Así podría sembrar poco a poco semillas en su corazón. No me conformaba con ser solo su amigo, cuando veía la posibilidad de estar juntos. Ambos estábamos cambiando, entonces, ¿por qué no darnos otra oportunidad? Si ya íbamos por el camino correcto, podríamos seguir juntos y encontrar consuelo en nuestras compañías.
Fuera de eso, me encontraba en la biblioteca con Félix. Nos encontramos cuando salía del trabajo y decidí acompañarlo. Además, no tenía nada que hacer y siempre era bueno encontrar algo que leer para pasar el rato.
Pese a ello, él no hablaba mucho. Era una persona que disfrutaba del silencio, así que solo me quedaba mirar y perderme en mis pensamientos.
Cuando me acerqué a la estantería de cómics, que era de color azul, blanca y roja, con una promoción de Spiderman, agarré la misma historieta que otra persona, ya que me recordó a Nath y a él le gustaba Capitán América.
—Disculpa, puedes quedártela. —Dijo la chica pelirroja mientras me sonreía cálidamente.
—Tranquila. —Solté apenado. —A mí no me gustan los superhéroes, solo me recordó a alguien.
—Aw, qué lindo. —Respondió con una carcajada suave. —Ese es el sueño de toda chica.
—Créeme que el mío también. Soy Arthur, ¿cómo te llamas?
—Elizabeth, es mi nombre predilecto. —Contestó apenada. —¿Te puedo contar un secreto?
—En confianza, para eso estamos los extraños en las librerías. —Bromeé un poco.
—Vengo aquí con la esperanza de encontrarme con un chico que conocí en el verano. —Contó temerosa, parecía con miedo de ser juzgada.
—Cuéntame tu historia. —Dije e hice una señal para sentarnos en una de las mesas. Si íbamos a escuchar un amor no correspondido, debíamos estar cómodos. Pues sabía cómo se sentía.
—Él venía dos veces a la semana, siempre venía por algo nuevo. Tenía el pelo recogido en una coleta, varios aretes; su septum resaltaba siempre y en ocasiones traía un maquillaje leve. —Terminó de decir antes de tomar una pausa. —Me atraen los hombres que experimentan con su feminidad.
—Vaya, ¿y qué tal su estatura?
—Media alrededor de 1.75, así que lo considero alto. Yo solo mido 1.45. —Confesó como si dependiera de su presencia. —También tenía venas marcadas en sus manos y muslos trabajados. Los shorts debían ser su prenda favorita.
—¿En algún momento le hablaste? —Pregunté para seguir la conversación. Aunque ya no tenía tanto interés como al principio, ya que veía a Félix pagar y era una señal de irnos.
—No pude, pero tuvimos contacto visual y una conversación corta varias veces. —Explicó algo deprimida.
—Quizás podrías intentar hablarle la próxima vez, eres una chica bonita. Algún día tendrás una oportunidad. —Sonreí y me levanté para caminar en la dirección de Félix.
—Igualmente, suerte con tu persona. —Respondió guiñándome un ojo y siguiendo su camino hasta que la perdí de vista.
Realmente me entretuve con ella, pero no me sentí tan cómodo como esperaba. Algo mantenía la conversación tensa y no la dejaba fluir libremente.
Tampoco pude evitar notar cómo ella miraba a Félix, como si estuviera inspeccionando quién estaba a su lado. Ya que era obvio que no se refería a él. Sin embargo, parecía una persona agradable con interés en ser notada por su crush.
Pese a ello, creo que ser una stalker, que es lo más cercano a ello, no es necesariamente sano.
Pero no voy a juzgar, porque yo estoy tratando de reconquistar a alguien que efectivamente me ha dado una respuesta clara. El amor nos hace cometer errores como otros en nombre de la relación.
Quiero de vuelta al amor de mi vida y no puedo dejarlo ir. Es egoísta de mi parte, pero sé que puedo ser mi mejor versión para él. Si me vuelvo alguien que merece estar con él, no habrá excusas.
Nadie se puede comparar con su primer amor, y por eso tengo ventaja sobre Nathaniel. Yo fui su primera vez en todo y solo debo tocar esa melancolía para entrar en su corazón.
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Polos Opuestos [BL]
Любовные романы¿Recuerdas alguno de tus amores de preparatoria? Mi abuela siempre decía que los amores de preparatoria eran inocentes y una parte importante de nuestro desarrollo. Desafortunadamente, mi experiencia no fue tan ideal. Cuando conocí a Arthur, mi vida...