(Nathanael)
"¡Qué asco!", me dije a mí mismo mientras me limpiaba los labios. ¿Qué le pasaba? Yo no quería unir nuestros labios. Cuando dije que debía superar al anterior, me refería al desprecio que sentía por él. No era amor, era una obsesión enfermiza que intentaba satisfacer mi pena.
Por un momento, pensé que podríamos coexistir en paz. Era lo único que deseaba. Total, me quedaba tiempo para la venganza idónea. El fuego interno que tenía se había apaciguado. Sin embargo, el beso, su actitud narcisista: fueron la chispa ideal para una mina con nula radiación.
No obstante, debía ser cuidadoso. Podía usar esto a mi ventaja. Necesitaba poner mi cabeza fría. Al final, este mundo le pertenecía a quienes dominaban sus sentimientos. Él fue impulsivo y yo debía modificar mi barajada. Si no lo podía derrumbar en el colegio, su corazón era mi nueva meta. Él se encargó de abrir esas posibilidades.
...
Ya era de noche. Estaba en la mesa cenando con mi familia. Aunque bueno, no tenía apetito. Mi familia consistía en mi madre, hermana y tía. Mi madre trabajaba en una firma legal y mi hermana estaba en la universidad estudiando derecho. Por último, mi tía era empresaria. Ella tenía su negocio y vendía productos de cuidado del rostro. De mi papá no sabía mucho. Siempre viajaba y pues, mis padres se habían divorciado cuando era pequeño.
-¿Qué tienes, cariño? -Preguntó mi madre con una voz preocupada. Suspiré. No tenía ánimos de hablar del tema.
-Solo estoy un poco cansado. -Respondí con una sonrisa en mi rostro. No se veía convencida, pero no siguió el tema. Agradecí eso, no me sentía listo para hablar.
-¿Cómo vas tú, Erica? -Volvió a hablar, pero esta vez dirigiéndose a mi hermana.
-Voy manejando bien el semestre. -Contestó tranquila-Creo que volveré a los dormitorios.
-¿Estás segura, amor? -Consultó nuestra mamá-Siempre es agradable tenerte en casa. -Confesó con una sonrisa cálida.
-Sí, mamá. -Soltó avergonzada-Solo quiero estar en el campus para poder ir a las fiestas.
-¿A caso las fiestas universitarias son más importantes que tu familia? -Cuestionó mi mamá con un falso tono de decepción.
-¿Qué te puedo decir? Soy joven, mis prioridades son distintas. -Le siguió la broma y todos empezamos a reír.
-Volviendo a ti, Nath. -Dijo para llamar mi atención-Efraín vendrá por ti mañana. Alicia me comentó que ya llegó de su viaje y seguirá su semestre acá. -Anunció mirándome directamente.
-¿En serio? -Mencioné sorprendido. Él no me había dicho sobre eso. Ni siquiera habíamos hablado hace un mes.
-Sí. -Afirmó-Él quería mantenerlo como una sorpresa, pero conociéndote, te hubieras desaparecido antes de que él llegara. -Contó en modo de broma.
-Lo peor es que, aun así, llego tarde casi siempre.
-¿Qué haré con ustedes? -Gritó mi madre dramáticamente. Después de eso, se paró y empezó a limpiar la mesa. Mi hermana y yo decidimos ayudarla. Al terminar, ella se despidió de nosotros.
-Entonces, Efraín, viene por su amorcito. -Aseguró pícaramente.
-¡Claro qué no! Es solo un amigo de la infancia. -Declaré. Ya me sentía rojizo, no me gustaba sonrojarme tan rápido.
-Claro. -Dice irónica-No nací ayer. Sé que le gustas.
-Si ese fuera el caso, él me diría sin problemas. -Opiné desinteresado.
-No sé. -Susurra pensativa-Todos somos conscientes de lo que pasó con Arthur. -Se sinceró y desvié la mirada.
-La terapia salió cara. -Bromeé un poco para demostrar mi desinterés.
...
Me desperté hace 30 minutos. Había tomado un vaquero highrise con un top negro y mis tenis deportivos. Mi estilo era muy variado. Decidí dejar mi cabello suelto. Aún seguía liso y no planeaba lavarlo. Además, mi fleco ya tenía ondulaciones y se veía hermoso.
El teléfono sonó. Efraín me había mandado un mensaje: «Ya llegué». Le respondí: «Estoy bajando».
Vi su carro y me adentré. Él estaba emocionado. Yo seguía asombrado. Su sueño siempre fue estudiar en Europa, lo consiguió, pero volvió a América. ¿De qué me habría perdido?
-¡Sorpresa! -Gritó eufórico al verme-Te extrañé mucho. -Terminó de decir mientras abrazó.
-Yo también te extrañé mucho. -Confesé devolviéndole el abrazo. Hace mucho no recibía un abrazo tan cálido.
-¿Cómo no hacerlo? -Devolvió coqueto-Mírame. -Me reí. Definitivamente extrañé su personalidad.
-Tienes razón. Eres todo un manjar. -Dije riéndome.
-Solo disponible en tu menú. -Escupió guiñándome un ojo.
Luego de eso, partimos a la escuela. Gracias al cielo, llegamos a tiempo y nos caminamos a nuestras aulas. Teníamos dos clases juntos. Historia y Álgebra, algo curioso de mi instituto, es que los horarios rotaban dependiendo de los días. Y para rematar, también nos permitía tomar cursos con estudiantes de otros años.
Vi a Ethan y le sonreí en la entrada. Ya quería ponerlo al día respecto a Arthur. También deseaba presentarle a Efraín, serían grandes amigos. Por suerte, nuestra mesa tenía un espacio disponible. Así que Efraín pudo ubicarse en el último puesto.
-No sabes todo el drama qué pasó con Arthur este fin de semana. -Le susurré a Ethan
. Quien se veía nervioso.
-¿Tan mal salieron las cosas? -Indagó. A veces se me olvidaba que también eran amigos.
-Más o menos. ¿Él te contó algo? -Interrogó, así iba a saber qué evitar.
-Solo lo qué pasó en el centro. -Confesó mirándome. Efraín carraspeó y se me había olvidado su presencia.
-Ethan, él es Efraín, un amigo de la infancia. -Musité. -Efraín, él es Ethan, mi mejor amigo. -Mantuve el mismo tono. No quería llamar la atención del profesor.
-Un gusto, Efraín. -Verbalizó y Efraín. Así de corta fue su interacción y luego el profesor empezó a hablar.
-Harán trabajos en equipos y cada miembro se emparejará con otro de la mesa contraria. -Enunció y sentí una mirada en mí. Esto no iba a hacer una buena idea.
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Polos Opuestos [BL]
Romance¿Recuerdas alguno de tus amores de preparatoria? Mi abuela siempre decía que los amores de preparatoria eran inocentes y una parte importante de nuestro desarrollo. Desafortunadamente, mi experiencia no fue tan ideal. Cuando conocí a Arthur, mi vida...