(Nathaniel)
La víspera de Navidad había envuelto el aire en un manto de anticipación y alegría. Mis amigos y yo decidimos pasar la noche juntos en mi casa, creando así una tradición que se había arraigado en nuestros corazones a lo largo de los años. Efrain, aunque distante físicamente, estaba presente en espíritu, enviándonos regalos que esperábamos abrir con entusiasmo.
La sala estaba decorada con luces centelleantes y adornos festivos. Las risas llenaban el espacio mientras mi hermana, Erika, colgaba guirnaldas y mis amigos decoraban el árbol con esmero. La atmósfera cálida y acogedora nos envolvía, proporcionando un refugio contra el frío invernal que se cernía afuera.
Ethan y Veronica, cargados con bolsas de regalos, ingresaron a la sala con sonrisas juguetonas. Ethan llevaba una caja grande, envuelta con destellos dorados, mientras que Veronica sostenía varias bolsas coloridas.
—¡Chicos, miren lo que encontré en el centro comercial! —exclamó Veronica, mostrando sus compras con orgullo.
Ethan agregó con una risa contagiosa:
—¡Y todavía nos queda la sorpresa de Efrain! No puedo esperar a ver sus caras cuando abran esos regalos.
A pesar de la ausencia física de Efrain, su espíritu estaba presente en cada rincón de la sala. Las expectativas y curiosidad por sus regalos flotaban en el aire. Nos reunimos alrededor del árbol, listos para intercambiar nuestros obsequios.
—¡Primero los regalos de Efrain! —propuso Ethan, tomando la caja dorada y entregándola a mi hermana.
Erika, siempre animada en estas celebraciones, rasgó el papel de regalo con entusiasmo. Al abrir la caja, encontramos una carta escrita a mano y pequeñas cajas de chocolates belgas.
—"Mis queridos amigos, aunque no puedo estar con ustedes físicamente, espero que encuentren alegría en estos pequeños detalles. Los extraño mucho. Feliz Navidad. Con cariño, Efrain".
Sus palabras resonaron en la habitación, y un silencio momentáneo llenó el espacio. Sentí un nudo en la garganta al darme cuenta de cuánto lo extrañábamos.
—Efrain siempre sabe cómo tocar nuestros corazones —comentó Veronica, sonriendo a pesar del toque de melancolía.
Luego, nos sumergimos en la abertura de los demás regalos. Ethan recibió una nueva pelota de baloncesto autografiada por su jugador favorito, y Veronica descubrió una joya hecha a mano que reflejaba su estilo único. Cuando llegó mi turno, encontré un libro de poesía cuidadosamente seleccionado y una carta de Ethan que expresaba su gratitud por nuestra amistad.
—Esto es increíble, Ethan. Gracias —dije, conmovido por su gesto.
Con los regalos distribuidos y la sala llena de risas y agradecimientos, decidimos preparar la cena. Erika y yo nos unimos en la cocina, compartiendo anécdotas y recordando las Navidades pasadas. La fragancia de las especias y el asado llenaban la casa, creando un ambiente hogareño y reconfortante.
Cuando la cena estuvo lista, nos sentamos alrededor de la mesa, unidos por lazos de amistad y familia. Brindamos por la salud y la felicidad, compartiendo historias y creando recuerdos que atesoraríamos en los años venideros.
Mientras el reloj marcaba la medianoche, una suave nevada comenzó a caer fuera. Nos asomamos por la ventana, observando cómo los copos de nieve pintaban de blanco el mundo exterior. Era como si la magia de la Navidad hubiera descendido sobre nosotros.
—¿Puedo hacer un deseo? —pregunté, sosteniendo una vela encendida.
—¡Claro! —respondieron en coro.
ESTÁS LEYENDO
Polos Opuestos [BL]
عاطفية¿Recuerdas alguno de tus amores de preparatoria? Mi abuela siempre decía que los amores de preparatoria eran inocentes y una parte importante de nuestro desarrollo. Desafortunadamente, mi experiencia no fue tan ideal. Cuando conocí a Arthur, mi vida...