(Nathanael)
Caminaba hacia la secundaria bajo el frío abrazo del invierno en mi ciudad, con las calles cubiertas por una delgada capa de nieve que hacía cada paso tedioso. Sabía que, al regresar a casa, la acera estaría congelada, y mis pies parecían tener una habilidad especial para tropezar durante esta temporada.
A pesar de las molestias, había estado esperando este momento. Sin embargo, esta vez se sentía diferente, casi rutinario. Simplemente caminaba, escuchando música mientras me perdía en mis pensamientos.
"Menuda manera de comenzar una nueva etapa de mi vida", pensé con cierta desilusión.
Había pasado un tiempo desde la última vez que interactué con mis compañeros. Mi familia se mudó a un pueblo cercano por diversas razones, pero ahora, gracias al trabajo de mi madre en la ciudad y su determinación, pudimos regresar. Esto eliminó el problema de los gastos de transporte que solíamos tener. Sin embargo, no fue una tarea sencilla, ya que en mi estado las escuelas se asignaban según la dirección de tu residencia.
Afortunadamente, contamos con la ayuda de Alicia, la madre de un amigo que también era profesora en una prestigiosa escuela de la ciudad. Ella intervino amenazando con una demanda por el acoso que enfrenté en el pasado, lo que finalmente nos otorgó una excepción para regresar aquí y evitar un posible escándalo.
Mis razones personales para volver eran claras. Buscaba un poco de diversión y, en cierto modo, venganza. ¿Cómo podía mantenerme en paz sabiendo que alguien nunca había enfrentado las consecuencias de sus acciones?
Al llegar al aula, noté que faltaban varios estudiantes, pero decidí no investigar más. La profesora nos pidió que nos presentáramos, una rutina del primer día de clases que opté por ignorar, ya que conocía a todos los presentes. No todos estábamos en buenos términos, y tampoco parecía que el verano les hubiera sentado bien. Lucían prácticamente iguales.
Mientras estaba a punto de lanzar una crítica interna hacia mis compañeros varones, la puerta se abrió de golpe, y un nuevo estudiante ingresó.
"¡Hola! Soy Ethan", anunció con entusiasmo.
La profesora, visiblemente cansada de la misma situación cada año, lo reprendió por llegar tarde, para luego permitirle que tomara asiento donde quisiera. Algunos estudiantes se burlaron de la situación, mientras Ethan asentía apenado y se sentaba a mi lado.
Su elección de asiento confirmó que era nuevo aquí, lo que me hizo preguntarme por qué había decidido unirse a esta escuela, dado su historial. Recordé el último escándalo que involucró a un profesor abusando de su autoridad, lo cual no generaba la mejor reputación para la institución.
Las horas pasaron y, antes de salir a almorzar, varias profesoras nos advirtieron sobre la importancia de la asistencia, incluso en el primer día. Me pareció una molestia, ya que, después de todo, era solo el comienzo del año escolar. Aproveché la oportunidad para escapar y subí a la azotea, un lugar que conocía bien gracias al tour de bienvenida.
Los rincones solitarios me proporcionaban paz y aliviaban mi ansiedad. Además, me aseguraban un refugio seguro, lejos de aquellos que parecían haberse quedado atrapados en su proceso de evolución.
Mientras organizaba mi comida y escuchaba música, sentí un toque en mi hombro. Al girar mi cabeza, nos encontramos a centímetros de distancia. Ethan tenía una sonrisa en el rostro, lo que me incomodó un poco. Carraspeé la garganta, y él pareció captar la indirecta, alejándose.
-Perdón por la interrupción -se disculpó tímidamente.
-No importa -respondí con desinterés, centrado en mi comida.
- ¿Qué te trae por aquí? -preguntó curioso.
-Me gusta la soledad, especialmente el silencio, mientras como -respondí, devolviéndole la mirada.
"Parece que este chico nuevo no entiende las señales de rechazo", pensé en silencio.
-Me pasa lo mismo -compartió entusiasmado-. Considero que es interesante encontrarse con personas que comparten gustos similares que no son comunes en personas de su edad.
Asentí, forzando una media sonrisa. Mi mente estaba en otro lugar, preocupado por estar rodeado de personas que alguna vez jugaron en mi contra y preguntándome si esta vez las cosas serían diferentes. Mi regreso a esta escuela era una decisión personal, y estaba decidido a hacer las cosas a mi manera, sin traicionarme a mí mismo.
El día transcurrió con normalidad para ambos. Mientras Ethan mostraba interés en conocerme, yo mantenía una actitud más reservada. Después del almuerzo, escuché a otros estudiantes hablar sobre mi regreso y mencionar a un tal Arthur, que al parecer había causado cierto caos en mi ausencia.
A Ethan le gustaba el drama y el chisme, así que seguramente se mantendría cerca para obtener más información. A pesar de ser nuevo, pronto se haría conocido, aunque no parecía ser su objetivo principal. Él prefería la soledad y su grupo selecto de amigos. Su familia se había mudado a la zona por oportunidades laborales, ya que sus padres eran periodistas y Nueva York ofrecía muchas noticias que cubrir.
Mientras tanto, yo seguía manteniéndome alejado de los demás. Mi mente estaba llena de pensamientos y emociones confusas. Aunque Ethan no me desagradaba y no me sentía juzgado ni intimidado por él, mis experiencias pasadas me hacían desconfiar. Sabía que aún estaba en proceso de superar mis propios miedos y preocupaciones.
Mi familia no estaba del todo convencida de mi regreso a esta escuela, pero después de muchas promesas y chantajes emocionales, finalmente decidieron confiar en mí. ¿Había sido la decisión correcta?
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Polos Opuestos [BL]
Romansa¿Recuerdas alguno de tus amores de preparatoria? Mi abuela siempre decía que los amores de preparatoria eran inocentes y una parte importante de nuestro desarrollo. Desafortunadamente, mi experiencia no fue tan ideal. Cuando conocí a Arthur, mi vida...