Odiarte

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Pov: Lucy

Una vez que termino el show fui al baño para retocarme el labial rapidamente. En el camino de vuelta Anastacia me interceptó, se encontraba junto a un hombre de gran estatura, de masomenos unos 60 años, unas cejas oscuras pronunciadas y el pelo canoso.
— Lucy Gray quiero presentarte a Nathan Ciprayth, un gran amigo del Capitolio. — dijo la pelirroja mas entusiasmada de lo normal.
— Mucho gusto Señor Ciprayth. — dije con una cordialidad actuada.
— Porfavor dime Nathan jovencita — dijo el viejo con una mirada atrevida.
— El señor Ciprayth se ha ofrecido para alojarnos en su mansión de las afueras esta noche.
La mirada de Nathan Ciprayth me hacía sentir intimidada, y me parecía demasiado extraño que Anastacia accediera a romper con nuestro intinerario por este hombre.
— Anda Lucy, tu adelántate, iré a buscar a Coriolanus.
El viejo me tomo por el brazo y me escolto hasta una limusina que estaba esperando por nosotros fuera del lugar.
— Ponte cómoda querida. — dijo con sonriendo pervertidamente.
— ¿Champaña?
— No bebo, pero gracias.
Coriolanus y Anastacia entraron al coche. Coryo al no entender la situación me miró extrañado. Le hice un gesto haciéndole entender que yo tampoco tenía idea de lo que estaba pasando.

Media hora después nos encontrábamos en la Mansión Ciprayth. Anastacia estaba encantada, comenzó a halagar cada milímetro de la casa. Aparentemente era una gran admiradora de los costosos tapizados y la orfebrería dorada.
— Cuento con dos exquisitas habitaciones para ustedes. Calculo que Lucy Gray y Anastacia pueden compartir una de ellas y Coriolanus puede usar la otra.
— Lucy Gray y Coriolanus pueden compartir habitación por una noche — dijo Anastacia entusiasmada por la idea de tener la majestuosa suite toda suya.
— Yo dormiré en otro lado. — dijo Coriolanus tímidamente.
— Tonterías querido, me imagino que Lucy gray es lo suficientemente generosa como para compartir ¿no es así Lucy? — dijo Anastacia amenazante.
— Si. — dije avergonzada.

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Pov: Coriolanus
Anastacia nos indicó que subamos a dejar nuestras pertenencias y nos preparáramos para la cena.
— No te preocupes, yo dormiré en el piso.
— No es necesario que duermas incomodo. — murmuró Lucy.
— Lucy no deberíamos compartir la cama, no confío en mi mismo estando tan cerca de ti.
— Está bien, tienes razon, pero yo dormiré en el piso. Si uno de los dos está acostumbrado a dormir en superficies incómodas soy yo.
— Lucy no dejare que duermas en el suelo. — le dije convencido.
— Tienes que dejar de pensar que realmente puedes decirme que hacer. — dijo pasivo agresiva.
— Puede ser que me haya pasado un poco con el agente, pero se lo que te digo.
— No, no lo sabes. Simplemente no confías en nadie y por eso te comportas de esa manera. — su palabras me golpearon en un punto sensible. La miré con frialdad y me quedé callado.
— No quise decir eso. — se mostró apenada.
— Tu no eres quien para hablarme de confianza. Ante la primera afirmación que hizo la doctora Gaul sobre mi decidiste odiarme antes de pedirme cualquier tipo de explicación. — murmuré fríamente.
— Como quieres que me sienta Coriolanus, participaste activamente para aumentar la popularidad de los juegos. — dijo agresivamente.
— ¡¿Lucy no te das cuenta?! — vocifere.
— Dios mío. La única razón por la que ayude a la doctora Gaul fue para mantenerte con vida. Sabía que la única manera era lograr que la gente te apoye desde afuera. Y para eso necesitaba lograr que te vieran, y lo hicieron Lucy. Se enamoraron de ti, al igual que yo la primera vez que te asignaron a mi y te escuché cantar en la cosecha.
— Si, he logrado que los juegos sean más populares. Y si, soy egoísta por eso, pero si lo hice fue porque la única persona que deseaba mantener con vida eres tú . No los otros tributos, no los futuros. Y por más de que me odie a mi mismo y tu me odies por eso, lo volvería a hacer mil veces si fuese necesario.

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Pov: Lucy

Sus palabras me dejaron muda. No sabía como reaccionar. Coriolanus Snow estaba enamorado de mi. Y fue capaz de apoyar atrocidades por eso. Comencé a sentirme extremadamente agobiada y me encerré en el baño de la suite.
— Lucy, por favor dime algo.— dijo a través de la puerta.
Minutos después abrí la puerta, pero permanecí sentada contra los azulejos del baño. Coryo me tendió la mano.
— Lucy tienes todo el derecho a odiarme, lo entiendo. Pero déjame protegerte mientras estés aquí, como te he protegido en los juegos. — dijo con un rostro suplicante.
Tome su mano y me incorpore frente a el.
— No te odio...
— Aunque lo intente, nunca podría odiarte. —luego de que la frase saliera de mi boca acaricie su mejilla y lo bese, como si fuera agua en el medio de un desierto. Como si fuera mi única fuente de aire.

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Pov: Coriolanus

Le correspondí, besándola aún con con más fuerza mientras deslizaba mis manos por dentro de su vestido hasta levantar sus muslos sobre mi cintura. Ella tiro de mi cabello produciéndome una sensación exquisita.
La senté sobre el lavabo y la acerque a mi cuerpo.
Lucy comenzó a desabrochar los botones de mi camisa mientras besaba mi cuello. Moría por estar dentro de ella pero no así, quería que fuera algo especial. De todas maneras no quería dejarla sin aunque sea un pequeño adelanto. Me termine de quitar la camisa y me arrodille frente a ella.
Me miro a los ojos confundida por lo que estaba haciendo.
— ¿Que haces?
— ¿Confías en mi? — susurre en su oído. Asintió con la cabeza.
Comencé a besar sus piernas dejando una línea de besos desde sus tobillos hasta sus muslos.
Con delicadeza coloqué su pierna izquierda sobre mi hombro.  Empecé a depositar besos cada vez más suaves a medida que me acercaba a su ropa interior. Lucy estaba temblando y ni siquiera había empezado.
Introduje un dedo dentro de ella para sentirla, estaba empapada. La miré con una sonrisa de placer absoluto, logrando que se sonroje aún mas.
Retire su ropa interior de un tirón dejándola en el suelo y comencé a saborearla. Lucy gimió intensamente.
— Shh, no querrás que nos descubran. — le dije divertido.
— Tu eres el que me está provocando esto — me dijo agitada por el placer.
— Quiero seguir pero debes mantenerte en silencio Baird. — le dije provocativo.  Asintió y volví a mi asunto.
A medida que iba aumentando la intensidad Lucy se retorcía y tiraba de mis rizos con más fuerza. Ser el responsable de su intenso placer me hacía sentir que estaba tocando el cielo con las manos.

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Pov: Lucy

Era la primera vez que experimentaba tanto placer, sentía que mi interior estaba por explotar. Tuve que cubrir mi boca porque los gemidos eran incontrolables. Coryo se dio cuenta e intensificó sus esfuerzos haciendome explotar completamente.
Me sentía mareada y desconcertada por lo que acababa de pasar, aún estaba recuperando el aire.
Coriolanus estaba sonriendo satisfecho, se acercó y corrió el mechón que caía sobre mi frente. Me tomo por la nuca con firmeza.
— Pruébate. — Coryo me beso dejándome sentir mi sabor.
Cuando recupere el aliento lo mire boquiabierta. El sudor le corría por su pecho y tenía todo el pelo revuelto.
— Por suerte no estás demasiado desaliñado Snow. — dije con una picara sonrisa.
— Te sorprenderías si te vieras al espejo querida. — le dedique una mirada de rechazo.
— Oye no significa que no me parezcas extremadamente sexy luego de ser complacida por mi. — dijo presumidamente haciéndome reír.
Tuvimos que acomodarnos rápido ante el llamado de la puerta.
— ¿Si? — dije del otro lado de la puerta.
— La cena está servida.— murmuró el ama de llaves del viejo.

Snow and Lucy Gray <3 The Ballad of songbirds and snakes.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora