Snow and Lucy Gray <3 The Ballad of songbirds and snakes.

Nuevo amigo

Pov: Lucy

Tigris se dio vuelta mostrándome el aparato, solo se veía una rayita. Mi corazón volvió a su ritmo habitual. Tome el test entre mis manos para asegurarme y abracé a Tigris con una sensación de calma indescriptible.

— Dios mío, cuanta adrenalina. — me dijo sonriéndome. A partir de ahora asegúrate de ser más precavida querida, porque casi se me sale el corazón del pecho.

— Tranquila que no volverá a suceder. — dije con resentimiento en mi voz, Tigris me miro con confusión. — Coriolanus es un idiota, ya se que es tu primo pero estuvo comportándose como un auténtico patan.

— Que extraño... — dijo ella irónica. — Coriolanus y yo hemos tenido ciertas diferencias, más que nada los últimos años mientras el estaba trabajando con la doctora Gaul. Siempre me ha resultado muy complicado entender sus razones. Pero a medida que va pasando el tiempo comprendo que una gran razón por la cual lo hizo, fue para intentar satisfacer a su padre.  — su declaración me hizo sentido. Coriolanus parecía vivir siempre bajo una presión invisible, como si estuviera cuestionándose sus acciones constantemente.

— Lucy, mi primo te ama mas que a nada en el mundo, nunca lo había visto tan enamorado. Nunca me hubiera imaginado que sería capaz de dar tanto por alguien. Antes de conocerte nunca demostró tener ningún tipo de empatía con nadie. Realmente lo cambiaste. — una sonrisa se escapó de su rostro y sentí algo de ternura.

— Tigris, podré quedarme contigo esta noche? — pregunté con algo de timidez.

— Por supuesto, ven aquí. — dijo abriendo la frazada y haciéndome un lugar en la cama. Realmente era la mejor amiga que podía pedir. El cansancio se apoderó de mi y me quede profundamente dormida a los pocos minutos de acostarme.

                                           🤍

Pov: Coriolanus

No pude pegar un ojo en toda la noche, sospechaba que Lucy estaba con mi prima pero internamente estaba esperando que volviera a dormir conmigo. No me gustaba estar lejos de ella, me había acostumbrado a dormir con su calor, con su tacto. Me sentía solo entre las almohadas. Por otro lado había estado bloqueando de mi cabeza la posibilidad de que Lucy esté embarazada, ignorándolo. A pesar de lo que le había dicho en el bosque estaba increíblemente asustado, y me generaba terror pensar en traer un hijo al mundo encontrándonos en estas condiciones. Siempre me había imaginado una familia con Lucy Gray, secretamente por supuesto, ella sería la madre ideal. Pero todos mis escenarios mentales eran muy distintos a la realidad.

Termine quedándome dormido bastante tarde, desperté al mediodía. Me mire al espejo, tenía todo el pelo revuelto, las raíces rubias ya habían tomado posesión de mi cabello por completo. En un arranque instintivo tome la tijera que se encontraba en en cajón de la comoda y con cuidado corte las puntas de mis rizos quitando por completo cualquier rastro de tinte que me quedaba.
Mis ojeras destacaban, me lave el rostro con agua helada y peiné mi cabello hacia atrás.
Sobre la comoda había una pila de ropa limpia que me había dejado Strabo para utilizar durante la estadia.
Rápidamente me vestí con una camisa color azul Francia y unos pantalones a juego. Baje al comedor para almorzar y me encontré a Lucy y a mi prima sentadas en la mesada conversando muy entretenidamente con un desconocido.

— Coryo te has despertado. — dijo Tigris con una sonrisa.

— Si. — dije en un tono serio. Lucy ni siquiera se digno a mirarme, no sabía cuánto más podía aguantar este trato de su parte.

— Hola soy Liam. — dijo seriamente el chico acercándose para sacudir mi mano. Le correspondí apretándola con fuerza.

— Liam es uno de los principales generales de la campaña rebelde, se ocupa de proveerle comida a los distritos más necesitados y apoyo a los marginados. — mi prima tenía una sonrisa estupida en su cara, estaba maravillada con este don nadie.  Tigris siempre tan inocente.

Lucy Gray vestía de blanco de pies a cabeza, un vestido de satén que parecía un camisón y dejaba ver la silueta de su cuerpo entre los pliegues de la tela. La había extrañado por la noche, la necesitaba conmigo.
El idiota de Liam la miraba como si fuera un trozo de pastel. Inclinando su mirada a su escote y ella ni se percataba.
Me senté y engullí mi salmón en silencio hasta que Lucy comenzó a hacer conversación con ese chico.

— Es muy difícil, la gente de los distritos es la más necesitada y su experiencia luego de la guerra ha sido completamente invisibilizada, las cosas de a poco deben comenzar a cambiar.

— Coincido completamente con lo que dices, no se tiene conciencia sobre la vida fuera de la frontera del Capitolio. — dijo Lucy ladeando la cabeza y murándolo a los ojos.  Como podía mirarlo de esa manera, provocarme así.

— La vida es complicada en cualquier parte de Panem, el Capitolio también ha sufrido por la guerra. Hasta ahora la organización a pesar de su crueldad mantuvo en pie todo lo que tenemos. — dije murándolo a los ojos a Liam sabiendo que estaba metiéndome en un terreno peligroso.

— Mira Snow, no se de que planeta provienes tú pero la gente de bien no se hace su fortuna explotando a un sistema que se aprovecha de los que menos tienen. — su forma de expresarse fue calmada y bastante más respetuosa de lo que esperaba. Lucy asintió sin decir nada cosa que me hirvió por dentro. Entiendo que no coincidíamos pero no podía darle la razón a él, yo era su novio, o eso creía... no lo sabía.

— Ire a dormir una siesta, estoy realmente agotada, gracias por todo Liam, tus anécdotas realmente son inspiradoras. Me miro a los ojos y se inclino ante el hombre dándole un beso en la mejilla para saludarlo. El se sonrojó y yo exploté. Como podía estar haciéndome eso. Me levante atrás de ella y la seguí por las escaleras.

— ¿Que quieres ahora Coriolanus? — murmuró con voz de hartazgo mientras subía por los escalones.  Su comentario me hizo saltar la térmica, la tome por la cintura y la puse contra la baranda. Ella dio un suspiro por mi movimiento acelerado.

— ¿Qué haces? ¿Que quieres de mi? . — murmure entre dientes. — Coqueteando con ese tipo como si nada, cuando sabes que yo daría hasta la última fibra de mi cuerpo por ti. — sus labios entreabiertos se mostraban húmedos. La presione aún más contra mi haciéndola sentir mi ereccion. Ella dio un pequeño gemido. — Me estás enloqueciendo, te deseo en todo momento, en todas partes. Quiero estar contigo, compartir contigo. Y si estás embarazada también estar a tu lado.
Ella rodeó sus brazos al rededor de mi cuello y acercó su boca a mi oído con sensualidad.

— No estoy embarazada, y tu eres el que se está enloqueciendo solito. — me dio un beso en la mejilla y se marchó por los pasillos.

Nunca me imagine que podía ser tan descarada, a pesar de que su noticia me generaba un alivio indescriptible, le había dicho que la deseaba, que estaría a su lado, y me había dejado parado en las escaleras como un estupido.  Hablando con el idiota ese y coqueteándole. Esto no iba a quedar así...