Destinados

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Pov: Lucy

Una luz blanca me genero picor en los ojos haciéndome abrirlos con dificultad. Mire hacia arriba y note unas luces brillantes sobre mi rostro.
Intente incorporarme pero me encontré con que estaba atada, mis manos y mis piernas. La habitación era espeluznante. Alguien había vendado mi pierna y cambiado mi ropa por una bata blanca de hospital. Ante el miedo comencé a gritar pidiendo por ayuda, pasaron los minutos pero nadie se presentó. Frustrada me rendí ante el cansancio y volví a cerrar los ojos.

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Pov: Coriolanus

Sentia una presión impresionante en todo el cuerpo, sobretodo en el rostro. Me incorpore con cuidado en la cama. Estaba en lo que parecía una habitación de hospital. Escuché un ruido de cerradura y me exalté.
El padre de Sejanus Plinth entro por la puerta seguido de Tigris. No entendía que estaba pasando.
Mi prima se acercó y me abrazo con cuidado.
— ¿Alguien me puede explicar lo que está pasando?, ¿donde está Lucy Gray?
— Cálmate Coryo todo a su tiempo. Con el señor plinth logramos sacarlos de la arena pero ha sido muy complicado. — recordé que  plinth se sentía en deuda conmigo por haber  salvado a Sejanus una vez, si tan solo supiera... — Coryo tu y Lucy son fugitivos.  El Capitolio los está buscando, no han podido rastrear el helicóptero porque se autodestruyó en el momento en el que llegamos aquí . — mi cabeza no lograba procesar tanta información.
— Tigris, necesito ver a Lucy, porfavor. — mi prima me miro con compasión y se volteo ante Plinth. El hombre asintió.
Me ayudaron a levantarme de la cama, los pasillos del lugar eran demasiado brillantes, al grado que se volvía una molestia.
— Es aquí. — dijo Tigris señalando una puerta con un pequeño vidrio que dejaba ver la habitación. Estaba dormida, su rostro sereno me transmitió tranquilidad.
—  Lucy Gray no es agresiva, no es necesario que la aten de esta manera. — manifesté indignado.
— No la vez hace dos años Coriolanus, no la conoces de verdad. — dijo Plinth seriamente.
— Coryo tiene razón, es de lo más inofensiva. — añadió mi prima.
— De acuerdo. — dijo el hombre aún con sospecha en sus ojos.

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Pov: Lucy

Cuando desperté las restricciones habían sido removidas, ni siquiera me había percatado.
Dos personas con el rostro cubierto por un pasamontañas negro entraron a la habitación. Lanzaron algo que parecía una bolsa negra sobre la cama.
— ¿Que es esto? — pregunte atemorizada. A lo que uno de ellos me contestó.
— Es una muda de ropa, cámbiate y dirígete por el pasillo al último salón a la derecha. — asentí con desconfianza.
Abrí la bolsa con cuidado, contenía unos jeans holgados y una musculosa negra de tirantes.
Me cambie con rapidez y arregle mi cabello en una coleta alta, dejando caer dos largos mechones sobre mi rostro.
Camine por el largo pasillo hasta que llegue al salón. A diferencia del resto del lugar este salón no tenía esas insoportables luces brillantes, sino que estaba iluminado tenuemente con luces bajas.
Había 2 sillones enfrentados, no podía creer lo que estaba observando, me sentía en un experimento. Coriolanus se volteo ante mi llegada. Me dedico una mirada amable. Me dolió ver todo su rostro herido, tenía el pómulo destrozado y el labio partido, además de pequeños moretones dispersados por su cuerpo. En el sillón del otro extremo se encontraba Tigris Snow y el padre de Sejanus, Strabo Plinth. Me senté al lado de Coriolanus.
— Hola, ¿como te encuentras? — no le respondí, no estaba segura que clase de truco era este.
— Lucy Gray, yo soy Strabo Plinth, es un gusto conocerte. — dijo el hombre con altanería.
— Si, lo se.
— Me imagino que no debes estar al tanto de lo que esta sucediendo. — mantuve silencio.
— Lucy, el señor plinth fue el que los ha sacado de la arena. — murmuró Tigris.
— ¿No entiendo porque haría eso por nosotros? — la confusión era cada vez peor.
— Digamos que le debía a Coriolanus un favor por salvar a mi difunto hijo. — el hombre bajo la cabeza y sentí pena por el, así como también rabia al recordar que su pérdida era culpa de Snow. Una mirada de desagrado se me escapo. — Tigris vino a mi encuentro cuando supo que Coriolanus iba a entrar a buscarte en la arena. No voy a negar que al principio el único objetivo era salvarlo a él, pero la gente te ama Lucy, ven esperanza en ti. Y si morías esa esperanza se iba a esfumar. Parte de los nuevos millonarios del Capitolio, los que venimos desde abajo queremos modificar el sistema, y eso empieza por ayudar a personas como ustedes.
— ¿No tiene temor de ser ejecutado por rebelde como su hijo ? — murmuré fríamente.
— Es un riesgo que elijo correr, además a diferencia de Sejanus yo se cubrir mis huellas, nadie está al tanto de su paradero en este momento. Y tampoco de mi papel en su huida.
— ¿donde estamos?
— En una base subterránea que construí bajo la mansión Plinth, el helicóptero fue destruido a mitad de camino y llegaron aquí con un auto, pasaron desapercibidos. Pero no por mucho, no pueden quedarse aquí. — mi cabeza estaba hecha un desorden, era una fugitiva, estaba a la deriva, no tenía dónde ir.

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Pov: Coriolanus

La información era demasiada, por más de que estaba agradecido por haber sido salvado esto era una menuda mierda. Estaba condenado a esconderme, y la chica por la cual había hecho todo esto me odiaba. Solo su mirada me expresaba más que mil palabras, o insultos inclusive.
Lucy Gray puso la cabeza entre sus rodillas, parecía estar muy abrumada. Los dos lo estábamos.
— ¿Cual es el siguiente paso ? — pregunté a Plinth.
— Hemos estado teniendo contacto con algunos dirigentes rebeldes, nos han recomendado que se queden en el distrito 12. Lucy Gray tendrá algo de protección allí, en cambio tu deberás pasar desapercibido Coriolanus. Se quedarán en las afueras, tengo entendido que el covey tiene una casa en el lago que no muchos conocen. Bajo ningún aspecto Lucy puede pisar la ciudad, la reconocerán al instante.
— Coryo tu te encargarás de buscar las provisiones cuando se les acaben. — dijo mi prima.
— Esto es una auténtica locura, ¿no hay forma de que me quede yo aquí?, me mataran en el 12. — era una idea de mierda, convivir con Lucy Gray, la chica me detestaba.
— No si no te reconocen. — dijo plinth. Lucy seguía sin levantar la cabeza, no aportaba nada a la conversación. Estaba muda.
— Es solo hasta que las cosas se calmen, necesito hacer mi labor desde aquí, organizar a las personas. — dijo el hombre con seriedad. — Necesito que permanezcas en la oscuridad por ahora.
— A mi me parece una idea brillante. — agregó Lucy por primera vez uniéndose a la charla. — Nadie se esperará que Coriolanus este en el distrito 12, ni yo. Y mi familia se encargará de velar por nuestra seguridad. — su respuesta me sorprendió ampliamente, parecía despreocupada, algo que me dio desconfianza.
La reunión finalizó y nos dirigimos a nuestras respectivas habitaciones. En el pasillo la frené.
— Oye — murmure y la tome del brazo con suavidad. Tocarla se sentía extraño pero me generó un sentimiento familiar en el estómago. Ella subió la mirada y me penetro con sus preciosos ojos color miel.
— ¿Si?
— Gracias por no negarte a refugiarme en la casa del lago, lo aprecio. — ella de soltó de mi alcance con cuidado.
— Solo estoy devolviendo un favor. — su rostro se tornó serio y siguió camino metiéndose en su cuarto.

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Pov: Lucy

Nuestra relación era demasiado extraña, no sabía cómo sentirme. Me había salvado, otra vez, pero si lo pensaba en profundidad me salvo de algo que el mismo provocó en parte.
De todas maneras siempre creí en el arrepentimiento y en la bondad inherente a todas las personas. Algo que era difícil de mantener con todas las atrocidades que había estado sufriendo los últimos años.  Tenía que mantenerme firme, no podía permitirme a mi misma volver a confiar en el. Solo tenía que aguantar la situación durante un tiempo.
Me recosté y observé el techo, las luces blancas cegadoras. Mi estómago se sentía raro, mi respiración estaba acelerada, ¿debía darle  significado a lo que estaba pasando?  Cuando me tomo del brazo mi interior se revolucionó, sus manos sobre mi me recordaron a los momentos que alguna vez compartimos, a su suave tacto...
A pesar de que era controversial, de alguna forma parecía que estábamos destinados.

Díganme que opina , ¿volverán a estar juntos? ¿Sobrevivirán la convivencia?.. Próximamente más de esta historia de amor - odio.

Snow and Lucy Gray <3 The Ballad of songbirds and snakes.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora