Este capítulo va a ser completamente pov: Coriolanus.
Luego de pasar un buen rato esperando en el recinto una silueta conocida cruzó el umbral de la puerta. Era la doctora Gaul, vestida con un horrendo sobretodo púrpura. Esa mujer realmente necesitaba asesoramiento. Su apariencia siempre desagradable.
— ja ja ja, con que Coryo Snow. — dijo bufándose de mi. — no me imaginaba al hijito de Crasuss capaz de terminar en esta situación. Tu padre debe estar retorciéndose bajo tierra. — su comentario me quemo por dentro.
— Yo soy el culpable de absolutamente todo, el único responsable de la muerte de Ciprayth soy yo. La señorita Baird no ha tenido nada que ver. Únicamente participó porque yo la forcé. Ningún castigo debería ser aplicado a ella. — dije con decisión. Sabía que si yo confesaba era menos probable que me maten, en cambio Lucy iba a ir definitivamente a la horca sin ningún tipo de juicio de por medio.
— Wow, me impresiona. No pensé que iba a soltar la lengua tan rapido. ¿Usted está consciente de lo que esta alegando Señor Snow? — preguntó Gaul extrañada.
— Si, completamente.
— Que lastima ver un joven con tanto potencial como usted desperdiciarlo por una ciudadana de segunda. — dijo con una mirada decepcionante.
— Doctora Gaul estoy siendo completamente sincero con usted, Lucy Gray y yo no tenemos ningún tipo de vínculo. Nunca osaría estar con una chica de los distritos. Soy Coriolanus Snow, por más de que Lucy Gray sea la ganadora de los juegos, es una sucia salvaje a los ojos del Capitolio.
— Como diga joven. — murmuró irónicamente .
— Con el decano Highbottom ya hemos discutido su destino. Será exiliado a los distritos donde se formará como agente de paz y trabajará durante el resto de sus días. La única razón por la cual no lo mando directo a la horca cómo quería el decano es porque veo algo especial en usted. Y ni siquiera pienses en desobedecer, a nadie le importará el hijo de quien seas. — dijo ninguneándome.
— ¿Que pasara con Lucy Gray? — pregunté desesperado.
— Eso ya no será de su incumbencia joven, pase lo que pase no creo que vaya a verla nunca más en la vida. — dijo con una sonrisa mezquina. Fue como si me clavaran una vara de hierro en el pecho.
— Lo importante ahora es como puede explicar usted que cruzo la frontera, y no fue descubierto... — dijo Gaul mientras golpeteaba el escritorio con sus horribles uñas amarillentas. — estamos al tanto de que ha tenido un cómplice, pero no le voy a negar que aún no tenemos nada confirmado. — dijo sonriendo siniestra. — No querrá que asumamos que fue alguien conectado a Lucy Gray no...
— ¿Que obtengo a cambio? — pregunté desafiante.
— Mr Coriolanus Snow, esta entre el límite entre servir como un sucio agente toda su vida e ir a la horca y se piensa que tiene el derecho a hacer exigencias. Usted es beligerante joven. Su prepotencia es refrescante, solo por eso jugaré este juego con usted. — dijo la Dr divertida.
— Bueno, usted sabe que yo no soy cualquier joven. Se podría decir que gracias a mi colaboración con usted, el capitolio ha obtenido varios beneficios... — la mire fijamente con una expresión desafiante.
— Sere una fiel seguidora de las reglas pero no puedo negar cuando alguien tiene un buen punto, y usted lo tiene Sr Snow. ¿Que quiere a cambio?
— Lucy Gray vuelve al distrito 12. Sana y salva. — dije determinado. Y yo cumplo el servicio, pero no para siempre. Algún día quiero tener la posibilidad de volver al capitolio donde pertenezco.
— De buena fe hare lo que pueda para cumplir sus pedidos, pero no puedo dar grandes garantías . — dijo seriamente. — Ahora su parte del trato Snow.
La doctora Gaul me miro ansiosa esperando recibir las palabras de mi boca, respire hondo.
— Sejanus Plinth. — dije con un nudo en la garganta.🤍
Un día después estaba desnudo contra la pared recibiendo la enjuagada de mi vida. Nunca pensé que el impacto del agua podía doler tanto. Me dolía la mandíbula de tanto apretar los dientes.
Me raparon sin dejar ningún rastro de mis rizos.
Los guardias te trataban como un sucio animal. Era insoportable tener que recibir ese trato de parte de personas tan insignificantes como ellos. Aunque tenía que comenzar a mentalizarme con la idea de ser uno.
Una vez uniformado me escoltaron al tren que me llevaría a distrito 8. El sueño se estaba apoderando de mi, apoye la cabeza contra la ventanilla y cerré los ojos.
— ¿Coryo? — una voz conocida retumbo en el vagón.
— ¿Sejanus? , ¿que haces aquí? — pregunté haciéndome el sorprendido.
— Descubrieron que yo era tu cómplice, no se como yo pensé que habíamos hecho todo bien , pero supongo que ya nos venían investigando de antes. — dijo cabizbajo, al parecer no tenía ni idea.
Sejanus Plinth no sabía que yo era el culpable de su condena a los distritos.
— ¿Tu también fuiste asignado al 8? — preguntó con un entusiasmo que me generó cierto desagrado.
— Si.
Sejanus era un buen chico pero simplemente no sabía nada de la vida. Era demasiado inocente y eso le jugaba en contra. Su personalidad terminaba siendo irritante por más de que de cierta manera lo consideraba un amigo.
— Por lo menos tenemos la oportunidad de servir juntos. Yo quiero ser productivo con mi tiempo aquí, probablemente me entrene para médico, podré ayudar desde adentro. — dijo seriamente. — ¿Cuánto tiempo te dieron?— pregunto.
— Exilio indeterminado . — dije girando los ojos para atrás en demostración de desagrado.
— Entiendo. — dijo Sejanus con una extraña expresión de compasion.
Obviamente a el no le habían dado mucho tiempo, era hijo del hombre más millonario del capitolio y ser cómplice no es lo mismo que ser autor del crimen.
— No te déjare solo Coryo, no te preocupes yo te acompañaré, apréndere a vivir en los distritos y cuando me reciba de médico podré ayudar a muchas personas. — dijo tomándome la mano demostrándome apoyo sincero. Asentí con la cabeza.
No entendía a los hombres como Sejanus, que dejaban todo por una amistad. Yo nunca sería capaz de permanecer en los distritos por el, sin importar la ayuda que me haya dado. Lo veía débil.🤍
Una mes dentro del servicio ya me había dejado el cerebro podrido. Era como convivir con una horda de monos. Sentía que todo mi potencial se estaba viendo desperdiciado. Sejanus por otro lado ya había hecho varios amigos y se mostraba muy sociable con los locales.
Nuestro superior el general Cabot era un hombre bruto en sus formas pero inteligente respecto a la estrategia. Nos tenía vigilados las 24 horas del día. Siempre pendiente a nuestras actividades.
Al ver su forma de tratar a los rebeldes todos los planes que venía elaborando para fugarme se vieron desanimados.
No pasaba un día en el que no pensara en Lucy. El hecho de no saber cómo se encontraba me estaba volviendo cada día más inestable. No podía soportarlo.
Nos dieron el fin de semana libre por lo tanto los muchachos organizaron para ir a por unos tragos en un bar a poca distancia del regimiento.
Me acerqué a la barra para pedirme una cerveza cuando una joven se aproximó a mi encuentro.
— Hola agente. — dijo seductora con aires de superioridad. Era muy atractiva, tenía el cabello color cobre y unos ojos color avellana que destacaban bastante. Su atuendo muy llamativo para los distritos, de cierta manera me recordó a lo que usaba Lucy Gray.
— Hola. — respondí con frialdad.
— ¿Usted siempre es tan serio ? — preguntó la mujer divertida. — ¿No va a preguntar como me llamo?.
— ¿Acaso importa ? — pregunté. Internamente satisfecho con mi burda respuesta.
— Depende... — dijo la joven coqueteando.
Su actitud me parecía repulsiva, a pesar de su gran atractivo. No lograba sentirme motivado por la interacción. Era molesta.
Mientras estaba formulando una respuesta vi a Sejanus desapareciendo por un pasillo con un grupo de locales.
— Disculpa, debo irme. — dije pasando de la muchacha, me miro con resentimiento.Seguí a Sejanus por el oscuro pasillo hasta llegar a una habitación desconocida donde lo vi entablando una conversación agresiva con el grupo de hombres.
— ¡Esto no es lo que habíamos acordado yo no les preste el dinero para esto !— vociferó Sejanus horrorizado al ver un baúl lleno de armas.
— Oye, oye, comienza a calmarte niño no quieres terminar mal. — dijo el hombre mirándolo con desconfianza.
— Sejanus que mierda. — dije anonadado ante la situación. Sabía que había estado ayudando a los locales y lo deje pasar, lo vi como uno de sus estupidos actos de caridad. Pero nunca me imagine que era tan idiota como para terminar siendo manipulado de esta manera.
— Coryo, yo, yo no sabía... — me miro culpable como si fuera una criatura.
Escuché un gatillo cargándose detrás mío y me di vuelta instantáneamente.
— Quédate donde estás rubio, ni se te ocurra dar un paso. — dijo uno de los hombres apuntándome con una escopeta.
Con cuidado levante los brazos en señal de rendición.
— Dame todo lo que tengas encima ahora mismo. — comencé a rebuscar entre mis bolsillos y tire mi billetera al suelo, no tenía mucho dinero solo lo que llevaba para salir esa noche.
— Ahora márchense. — nos dijo el líder amenazante.
La rabia corría por mis venas, no podía creer que el idiota de Sejanus nos había puesto en esta situación. Ahora teníamos un grupo de rebeldes armados en el distrito 8.
— Coryo yo lo siento, de verdad te prometo que te devolveré el dinero. — dijo apenado.
— El dinero es lo de menos, tenemos un grupo de rebeldes armados, eso es lo peligroso Sejanus. — le dije dedicándole una mirada de odio. — Sejanus permaneció callado de la vergüenza y volvimos al cuartel sin decir una palabra.Hice este capítulo para mostrar la esencia real del personaje más allá de su relación con Lucy Gray.
Próximamente se vienen cosas fuertes.
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Snow and Lucy Gray <3 The Ballad of songbirds and snakes.
Storie d'amoreLos planes de Snow para salvar a Lucy Gray en los juegos del hambre no han sido descubiertos, y ahora les toca emprender la gira de los vencedores de los juegos del hambre, en la que convivirán y atravesarán distintos obstáculos. Teniendo todas las...