Snow and Lucy Gray <3 The Ballad of songbirds and snakes.

Juego de mentiras

Pov: Coriolanus

Al escuchar la alarma Lucy agarro la manta con rapidez y se tapo. Me dedico una mirada coqueta y se abrió camino por los pasillos del vagón.
Anastasia ya nos habia explicado que la alarma significaba que habíamos llegado a destino.
Aparentemente estábamos en el territorio del distrito 1.
Era de anochecer pero de todas formas la multitud se había acumulado en la estación. Probablemente querían lograr conseguir un autógrafo de Lucy Gray emboscandola en su camino a nuestro hotel, que por suerte estaba a tan solo 2 cuadras de la estación de tren.
Me quede un momento solo con mis pensamientos mientras analizaba lo que acababa de pasar. Había probado a Lucy Gray, y por más de que debía, no me sentía capaz de parar.
Mi camisa se había secado gracias al calor de la estufa, me abroché los botones rápidamente y luego me acomode un poco el cabello. Que Lucy Gray se haya ido antes fue inteligente, si Anastasia nos hubiera llegado a ver nuestro tiempo juntos estaria acabado.
Me asomé a la ventana del tren y divisé un numeroso grupo de niñas con carteles coloridos que tenían frases dedicadas a Lucy.
Esta era la primera vez que un vencedor de los juegos tenía tanta popularidad y Lucy se había sabido ganar el cariño de todo panem.
Lucy Gray comenzó a descender del vagón tomada del brazo de Anastacia. Yo iba caminando detrás junto a los agentes de paz que estaban escoltándonos.
Lucy freno un momento para hablar con las niñas.
—¿Como se llaman? — les preguntó con una sonrisa. Las niñas le respondieron de forma desordenada interrumpiéndose las unas a las otras. Comenzaron a pedirle a Lucy que cante.
— No tengo mi guitarra, pero cantare un pequeño fragmento de mi canción favorita para ustedes.

"You can't take my charm"
"You can't take my humor"
"You can't take my wealth"
"Cause it's just a rumor"
"Nothin' you can take was ever worth keepin"

El sonido de su voz me dio una punzada en el corazón, era la misma canción que había cantado cuando la nombraron para la cosecha, recuerdo ese momento, fue cuando me di cuenta que Lucy era especial.
La mañana siguiente emprendí una excursión por el distrito 1 en busca de una guitarra.  El estar deambulando no me hacia ninguna gracia. Encontré un pequeño negocio que vendía cosas usadas, en la vidriera había una guitarra acústica color bordo con pequeños ornamentos a los costados. No era la gran cosa, en los distritos nunca conseguiría algo del calibre del Capitolio, pero era algo.
Una vez que el dueño me consiguió la funda me cargue la guitarra al hombro, el cual todavía me dolía un poco, pero era tolerable.
Estaba caminando por el pasillo que daba a la habitación de Lucy Gray, y escuché como una melodía atravesaba la puerta.

Antes de tocar me pegue a la puerta para escuchar mejor.
"... it's why I need you"
"You're as pure as driven snow"
....
Al intentar acercarme aún más choque la guitarra con la pared, Lucy freno su canto.
La puerta se abrió de golpe y de pronto tenía a Lucy Gray de frente con una cara de confusión. Estaba vistiendo únicamente una bata de baño. Por lo que interprete que estaba cantando en la ducha.
— ¿Me estabas espiando? ¿ Buscas obtener algún tipo de espectáculo Snow? —pregunta Lucy gray divertida ante mi situación vergonzosa.
— No soy la clase de hombre que disfruta de espiar el cuerpo de una mujer sin su consentimiento.
— Como digas — dice riendo.
— ¿Que estabas cantando?
— Es solo una idea — dice tímidamente.
— ¿Quien es puro como la nieve? — pregunto intentando sacarle la información obvia, divirtiéndome con su inocencia.
— Oh...solo un chico de distrito 12 que me espera en casa — Su respuesta hace que los celos corran por mis venas, intentando contener la frustración mi sonrisa desaparece.
— Que casualidad. — le digo con dejando entrever un poco de resentimiento. 
— A veces no entiendo como los hombres pueden ser  tan despistados como para no entender una simple broma — me dice risueña mientras se acerca y desliza las yemas de sus dedos entre la tira de la funda de la guitarra, y mi pecho. Dándome a entender que la canción está inspirada en mi.
— Me alegra poder ser tu nueva musa — digo pícaramente mientras deslizo mi mano por su cintura. Luego con un ágil movimiento cierro la puerta de la habitación detrás de mi.
— Todo artista necesita inspiración para sus obras — me susurra al oído poniéndose de puntillas y deposita un beso debajo de mi oreja.
Todo mi cuerpo se tensa ante el contacto de sus labios con mi piel.
— Lucy esto es peligroso. Nos puede salir muy caro si alguien se entera que estoy deambulando por tu habitación. No es profesional que me vean entrando al cuarto de mi tributo.
— Vencedora — me corrige sacándome una sonrisa. — Tienes razón, no deberíamos. No quiero comprometerte. — Me dice soltándose de mi agarre.
Algo se apodera de mi y vuelvo a tomarla por la cintura, pero esta vez firmemente y poniéndola contra la pared. Enredo mis dedos en su cabello y la acercó fundiendo su rostro con el mío, besándola como si fuera aire para mis pulmones.
La suelto y me alejo para verla temblar de la adrenalina, claramente no se esperaba esa acción de mi parte.
— Te dejare esto por aquí — digo depositando la guitarra con cuidado  sobre su cama. 
Aparentemente sigue sorprendida porque sólo consigue hacer un gesto de afirmación con su cabeza.
Le dedico una sonrisa atrevida y me retiro.

                                             🤍

Pov: Lucy

Anastacia me presento a dos mujeres de aspecto excéntrico, ellas eran las encargadas de prepararme para la presentación en el distrito 1.
— Hola soy Alaia, me estaré encargando de tu maquillaje y peinado — me dice alegremente con una sonrisa entusiasta.
— Y yo soy Miraglia, seré tu vestuarista. — dice la otra mujer, también con una sonrisa reconfortante.
Anastacia se retira dejándome en las manos de las profesionales.
— Me parece que tu manager tiene algunos problemas de carácter. — dice Miraglia un sorprendida por la frialdad de Anastacia.
— No es mala, simplemente es fría  y un poco perfeccionista.
— Un poco? — dice Alaia irónicamente, logrando que suelte una pequeña risita.
—  Con Miraglia estábamos pensando en mantener los criterios del Capitolio, como nos indicó Anastacia. Pero también queremos conservar tu esencia. No eres Lucy Gray sin tus colores. Conservaremos tu cabello suelto y tu maquillaje natural. Solo iluminaremos un poco los puntos clave y destacaremos tus pómulos con rubor.
— Por otro lado para el vestido hemos hecho un pequeño cambio... — dicen mirandose como dos adolescentes que han hecho una travesura.
Alaia se para y rebusca entre sus cosas, sacando un vestido de seda celeste. El vestido en si no es osado, pero no es algo normal de ver entre mujeres del Capitolio.
Cuando me colocan el vestido me miro al espejo, noto como toda mi figura se ve acentuada, la caída de la seda es perfecta, y los pequeños tirantes dejan ver mi cuello y mi clavícula.
Hace mucho tiempo no me sentía tan hermosa.

                                            🤍
Pov: Lucy

La ceremonia comenzó. Yo estaba esperando detrás del escenario qué me den las indicaciones para salir, cuando observé que la multitud se alteraba ante la llegada una personaje inesperado que se abría paso por el medio de la audiencia.
Se me hizo un nudo en la garganta al ver que era la doctora Gaul. Estaba junto a Coriolanus, siendo escoltada por múltiples agentes de paz.
Ambos subieron al escenario, y la doctora Gaul se posicionó enfrente del micrófono.
— Damas y caballeros antes de presentar a nuestra preciada vencedora, me parece injusto no darle crédito al joven que logró que estos juegos del hambre, tuvieran el éxito y el público que han obtenido este año. — Gaul se acercó lentamente hacia Coriolanus y tomó su mano alzándola en el aire. Cuando vi ese gesto el nudo que tenía en la garganta se intensificó, generándome una sensación desagradable en todo el cuerpo.
— El plan ideado por este prestigioso alumno, ha logrado su objetivo, que los juegos del hambre no sean olvidados. Su creatividad nos ha asegurado la continuidad de estos mismos, y con ello se volvió a demostrar una vez mas la grandeza del Capitolio sobre nuestro querido panem.
— Un aplauso para el señor Coriolanus Snow — dijo Gaul entregándole el micrófono.
Mientras veía como la gente aplaudía tímidamente, las lágrimas comenzaron brotar y mojar mis mejillas. Pensar que Coriolanus había contribuido a la continuidad de ese infierno. Que le había dado ideas a la doctora Gaul con la finalidad de que las personas siguieran consumiendo los juegos. Se sentía como si un cuchillo estuviera lentamente desgarrándome por dentro.  De un momento a otro me sentí completamente desamparada. Como una completa extraña. Cuando levante la cabeza vi la mirada de Coriolanus sobre mi, me estaba llamando al escenario.
Me trague la angustia y me dirigí hacia su encuentro. No iba a permitir que me viera débil. No después de lo que había escuchado. No le iba a dar el gusto, a ninguno de los dos.

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