Cautivos ?

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Pov: Lucy

Los hombres lo dejaron desmayado en el piso mientras Lucy sollozaba de ansiedad.
Sintió que unos brazos la tomaban por la cintura levantándola en el aire y metiéndola en algo que se sentía como una camioneta.

— CORIOLANUS!! — gritó a todo volumen pero no escuchó nada, no hubo señal de el.

— Ahórrate el aullido, no está aquí. — habló uno de los hombres de negro.

Pasaron horas y horas, se sentía completamente desolada. Tenía miedo y no sabía dónde la estaban llevando. Sospechaba que Strabo Plinth no estaba detrás de esto por la forma en la que la estaban tratando. La espera y la incertidumbre la acechaban cerró los ojos aunque ya veía todo negro por la bolsa, e intentó tranquilizarse. Por el cansancio de la caminata y el agotamiento por el hambre cayó dormida.

Unas voces retumbaban en su cabeza de manera extraña.

— Que decepción, este dictador de segunda, la rebelde enamoradiza, y nos toca a nosotros tener que velar por ellos. — la voz del desconocido sonaba molesta.

— Strabo se esta pasando, entiendo que era necesario salvar a Lucy Gray por el bien de la rebelión, pero este idiota debe morir. Se lo van a comer vivo cuando lleguemos a la base. — reían siniestros. Como dos hienas esperando para comerse un animal muerto.
Mantuvo los ojos cerrados y siguió escuchando la conversación de los hombres en silencio.

— Es más bella en persona que en la tv, quien diría que este bombón terminaría con el rubio más elitista de todo panem. No entiendo porque Strabo esta tan empeñado con que ella sea la Cara de la rebelión. Si la gente se entera que anda con Coriolanus Snow sera comidilla para los distritos.  — dijo el que manejaba con un tono de desprecio.

Se retorció por dentro, Strabo nunca había comentado nada de eso, y le aterrorizaba pensar que Coriolanus estaba en peligro. Por otro lado estaba tranquila, los secuestradores eran rebeldes. Mucho mejor que gente del Capitolio... esos si que no dudarían en matarlos dolorosamente en las primeras 24 horas de captura.

         
                                        🤍

Pov: Coriolanus

Estaba colapsando. Despertó con la cabeza sangrando por todos lados. Su rostro cubierto de sangre no le dejaba ver nada. Subido al baúl de una camioneta desconocida, la ansiedad que sentía llegaba a topes inimaginables.  Empezó a analizar a su alrededor.
Había unos tablones de madera tapando las ventanas de la camioneta. Y dos hombres en el frente manejando. Ninguno le dirigió la palabra por mucho que grito y cuestionó que estaba pasando.

— Por mi parte pueden decirle a la doctora Gaul y a todos esos sadicos que pueden hacer lo que quieran conmigo. Pero tocan a Lucy y me aseguraré de hacerles la vida imposible.  — vociferó a los hombres que se miraban entre sí con confusión. No le respondieron, algo que lo puso aún más nervios.

Pasaron las horas y sintió como el auto pegó un frenazo que lo hizo saltar dentro del baúl. Las puertas de abrieron con potencia golpeando las chapas del auto. Los enmascarados lo tomaron por el cabello haciéndolo gruñir de dolor y arrastrándolo por el suelo cual bolsa de papas. 
Lo sentaron sujetándolo por los extremos. Pudo observar a su alrededor y se dio cuenta que se encontraba en un lugar conocido. Era la mansión plinth, la podía identificar por los muebles y ornamentos de la habitación en la estaba sentado. Era la biblioteca.

— Que mierda. — murmuró entre dientes.

Una figura se alzó en el umbral de la puerta. Era Strabo plinth en un traje negro a rayas. Parecía un mafioso italiano.

— Chicos que les dije de maltratar a los invitados. — vociferó el hombre con algo de decepción en su tono.

— ¿Strabo que esta pasando? ¿¡Donde está Lucy Gray?! — estaba desesperado, completamente descolocado.

— Tranquilo, el trato sigue igual. Se quedarán aquí hasta garantizar que están fuera de peligro. Lamento que el viaje no haya sido agradable. Mis colaboradores no son muy fanáticos tuyos como podrás ver. Somos rebeldes Coriolanus. Y tu no representas demasiado nuestros valores... — algo en su sonrisa le resultaba maquiavélico, es verdad que el Capitolio era una manada de dictadores. Pero Plinth tenía Aires que no le daban confianza en lo absoluto, más que nada luego de ver el tipo de gente con el que se relacionaba.

🤍
Pov: Lucy

El lugar era enorme, le habían indicado un cuarto obligándola a quedarse encerrada allí hasta que ellos le indicaran. Los hombres desconocidos la miraban con cierta perversion que la perturbaba. Se acosto en la cama completamente agotada. Le dolía la cabeza y miles de pensamientos pasaban por su mente.
La habitación era de color verde musgo con cortinas de terciopelo adornando las ventanas. Poseía un imponente balcón con vista a un jardín maravilloso que contaba con un laberinto en forma de medusa. Tanta extravagancia le generaba algo de incomodidad.
Un llamado en la puerta la sobresalto. Una rubia conocida asomó la cabeza por la puerta.

— Tigris! — se dirigió corriendo hacia la muchacha y la abrazó con todas sus fuerzas, ella le correspondió. — Oh Dios mío no entiendo nada necesito que me expliques lo que esta pasando, me volveré loca. — Lucy gray estaba alterada. — ¿que ha pasado con Coriolanus? ¿Está bien? — tantas preguntas comenzaban a marear a la chica.

— Lucy espera un momento, te prometo que te explicaré todo pero necesito que te tranquilices. — dijo Tigris tomándola por los hombros y sentándola sobre el borde de la cama con un gesto cuidadoso.
— Todo funciono como lo planeamos, están en la mansión Plinth, en cualquier momento podrás ver a Coriolanus. De todas maneras deben tener mucho cuidado porque estos hombres no son inofensivos.

— me di cuenta... — dijo con tono irónico.

— Strabo está organizando la rebelión y para eso reclutó a los rebeldes más salvajes de los distritos. Los estarán vigilando 24/7, y ni tú ni Coriolanus son personas de su agrado.

— Joder...  — murmuró.

— Si mantienen el perfil bajo estará todo bien. Al principio estaban así conmigo y después se tranquilizaron, es cuestión de que entiendan que no son una amenaza para la rebelión.  Coryo está siendo puesto al corriente de todo en la biblioteca.

De repente una silueta entró por la puerta. Era Coryo caminando con dificultad, llevaba el rostro cubierto de sangre.

— CORYO!! — Gritó Lucy Gray al ver sus heridas. Lo tomo en sus brazos y se desvanecieron en el suelo de la emoción. La adrenalina que habían vivido durante las últimas horas se había apoderado de ellos dejándolos completamente exhaustos.

— No sabes lo mucho que te necesitaba. — murmuró el muchacho haciéndola estremecer, lo amaba más que a nada y la incertidumbre de no saber cómo estaba había sido insoportable.

Ojalá disfruten este capítulo, no estuve pudiendo escribir demasiado porque aún sigo de vacaciones, y lo estaré por 3 semanas más. ❤️
Se aceptan sugerencias para los próximos capítulos!!
Quieren más interacción física entre los personajes ?
Más acción?
Comenten!!!

Snow and Lucy Gray <3 The Ballad of songbirds and snakes.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora