Cuidado con las serpientes

264 21 6
                                    

Pov: Lucy

Unas horas después ya comenzaba a reconocer el paisaje, estábamos en la frontera del 12. Mi corazón se regocijó. Respire el olor a eucalipto del aire fresco y no pude evitar soltar una sonrisa. Por otro lado Coriolanus luchaba con los mosquitos que sobrevolaban la camioneta.

Unos minutos después pude divisar mi preciosa casa del lago. El auto estacionó a unos metros. Joseph se bajo y nos ayudo con nuestros bolsos. Antes de irse se dirigió hacia mi y para mi sorpresa me dio un largo abrazo. Me dio ternura. Por otro lado Snow le tendió la mano con frialdad para evitar el contacto cercano con el hombre.
— Muchas gracias por todo, no me olvidaré de lo que hizo por nosotros. — dije antes de despedirme del señor.
— Gracias. — murmuró Coriolanus con algo de seriedad.
Ahora se venía lo difícil, tener que vivir con este hombre...
Arrastramos nuestras pertenencias hasta la pequeña cabaña. Nos quedamos parados por un momento al acordarnos que la casa tenía una sola cama.
Coriolanus acomodó sus cosas con cuidado sobre la mesa. Separando y clasificando las provisiones por orden cual maniático.
— Arroz, harina, frutas, leche... — con sus dedos contaba la cantidad de productos y anotaba en un pequeño papel.
Yo decidí ahorrarme el disgusto, salí de la casa y comencé a caminar al rededor del lago.

🤍
Pov: Coriolanus

Mire a mi alrededor, la pequeña cabaña era acogedora pero estaba muy maltratada, parecía capaz de desmoronarse con solo un soplido. El clima había comenzado a refrescar, el otoño se estaba acercando y a medida que el sol bajaba se enfriaba aún más el ambiente.
Me senté sobre el borde de la cama y tomé mi rostro entre mis manos.
Devuelta aquí, devuelta en esta cama. Me recosté y simplemente recordé. Recordé su pecho subiendo y bajando ante la intensidad de mis caricias. Sus labios brillantes de deseo. Maldición...
No podía hacerme esto a mi mismo , era un castigo. Debía evitar a toda costa esos pensamientos.
Decidí ir a por leña para encender la chimenea por la noche. A lo lejos divise a Lucy jugando con las piedras que rodeaban el lago y me dio algo de ternura. Comencé por las pequeñas ramas, las que se queman rápido. Las hojas ya se estaban secando. El aroma de las plantas inundaba mis fosas nasales. La frescura de las hojas y el viendo inundaban el ambiente. Por un momento me sentí conectado con la naturaleza que me rodeaba, nunca había experimentado algo así. A lo lejos divisé un tronco bastante grande. Me acerqué con la intención de llevármelo para leña. Pero cuando levante la madera un bicho me salto en el brazo enterrando sus colmillos en mi.
—AGHHHH. — aúlle de dolor.
Tome el animal en mis manos para ver que especié era. Parecía ser una pequeña serpiente. Tenía manchas en su cabeza. Solté las maderas que tenía en la mano por el dolor. Todo mi cuerpo se tensiono.
Me presióne la herida con fuerza. Estaba supurando un líquido asqueroso. Me quite la camiseta y la envolví alrededor de mi brazo.  Quería volver a la cabaña pero el mareo me tenía desorientado, no estaba seguro si estaba yendo en la dirección correcta. Todo se fue volviendo más difícil de visualizar y parecía que me movía en cámara lenta. Segundos después vi negro.

                                           🤍
Pov: Lucy

Volví a la cabaña con algo de frio. Me recosté una hora y me quede plácidamente dormida bajo el calor de las mantas. A medida que fue pasando el tiempo me comencé a preocupar por la ausencia de Coriolanus.  Me adentre en el bosque y comencé a llamarlo, pero no obtuve respuesta. Unos metros adentro una extraña silueta en el suelo captó mi atención. Me acerqué con cuidado y vi que era Coriolanus. Estaba de espaldas echado en el piso y tenía una horrible herida en el brazo.  Mi corazón se aceleró demasiado. Retire la camiseta de la herida y la examiné. Era una mordida de serpiente, depende de cual espécimen podía ser venenosa o no. Pero por el sudor que corría por su pecho y el cuerpo hirviendo era bastante evidente que si lo era.
Estaba con escalofríos y no paraba de balbucear, su fiebre estaba aumentando. Lo tome del brazo y con todas mis fuerzas lo levante de un extremo. Por suerte estábamos a pocos metros de la casa no podría haberlo cargado mucho más. Estaba exhausta. Lo acomode sobre la cama y busque el botiquín. Teníamos alcohol y un par de vendas, pero eso no sería suficiente para una mordida de estas serpientes. Le limpie la mordedura , luego puse un algodón con alcohol debajo de su nariz y Coriolanus recobró la conciencia.
— Donde estoy? — preguntó desconcertado.
— Estamos en la cabaña, te he encontrado en el bosque. Has sido mordido por una serpiente.
— Lucy siento que mi interior está ardiendo. Como si todos mis órganos se quemaran. — dijo apretando la mandíbula del dolor. El veneno era muy tóxico en estas zonas, las serpientes más venenosas pertenecían cerca del lago.
— Te prometo que ya pasará, solo debes esperar a que el veneno salga de tu sistema. — dije tocándole la frente para chequear su temperatura. Su cabeza estaba ardiendo. Ante mi gesto Coriolanus me agarro la mano y entrelazo sus dedos con los míos. Segundos después volvió a desmayarse.
No tenía la serpiente aquí para fabricar un antídoto, pero a lo mejor si hacía un ungüento de hierbas buenas podía absorber el veneno. Sali corriendo hacia el bosque a buscar lo que necesitaba.

🤍
Pov: Coriolanus

Gotas de agua corrieron por mi frente haciéndome despertar. Vi a Lucy posicionada sobre mi con un paño mojado. Me sentía extremadamente débil, no sabía porque mi cuerpo estaba tan extraño.
— Haz recobrado la conciencia. — dijo con una leve sonrisa.
— ¿Que es esto?. — dije con algo de asco observando la mezcla mugrosa que tenía esparcida en el brazo.
— Es un ungüento para absorber el veneno de serpiente y cicatrizar la herida. Lo hice con alguna de las hierbas del bosque y barro del lago.
— Con razón algo olía tan mal. — Lucy me miro con seriedad y revolvió los ojos. Estaba cocinando algo en una olla. Al parecer había encontrado carbón bajo el lavabo.
— Ufff. — murmure por el dolor punzante en mi cabeza.
— Ya pasará, es la fiebre.
— Esa maldita, no le hice absolutamente nada pero decidió abalanzarse sobre mi sin piedad.
— A lo mejor se sintió amenazada por alguien de su misma especie. — dijo Lucy Gray irónica.
— Haha, muy graciosa cariño. — me dedico una mirada de satisfacción por su acertado comentario.
— He hecho algo de arroz si quieres comer. — dijo señalando un pequeño cuenco de madera. Cuando intente levantarme para cogerlo me tambalee.
— Espera no te muevas. — se acercó y se sentó a mi lado en la cama, me ayudo a incorporarme y me dio el cuenco en la mano.
No tenía mucho apetito por lo que sólo comí un poco.

🤍
Pov: Lucy

Se hizo la noche. Coriolanus se había vuelto a dormir por la fiebre. Decidí asomarme al porche. El lago reflejaba la luna a la perfección. Y se podían ver pequeños destellos de ella en toda el agua como si fueran pinceladas de acrílico sobre un lienzo. Era simplemente precioso. Cerré los ojos y me sumergí en el frío de la noche, los grillos cantaban hermosamente. Tanto que me inspiraban a cantar a mi. Hace mucho no componía nada nuevo, así como tampoco cantaba nada de lo que ya había compuesto. Mi última canción fue dedicada a Snow, y no me había ido del todo bien. Siento que la decepción me enfrió por dentro, me volvió menos cálida, más desconfiada. Y odiaba eso. Nunca había vuelto a poder confiar en alguien desde esa última vez. El era todo para mi pero resultó ser un traidor. Al recordar el dolor que sentí cuando se fue, una punzada en mi corazón se retorció. Quede devastada por completo. Recordé como dejé todas mis lagrimas en el bosque, estoy segura que alguna que otra planta se benefició de mis lamentos. Respire hondo un par de veces para tranquilizarme.
Entré a la cabaña con cuidado para no despertarlo. Tome una almohada de la cama, el suelo rechinaba como nunca.
— Oye. — me dijo haciéndome voltear hacia el.
— Dime.
— ¿Qué haces con la almohada en la mano? — preguntó somnoliento.
— Me he echado una manta en el porche, la noche está bastante agradable.
— No dormirás en el porche Lucy, si alguien dormirá en el piso soy yo. — dijo incorporándose sentándose en la cama.
— Tienes fiebre y has sido mordido por una serpiente venenosa, hoy puedo perdonarte la noche. — Vamos, no seas terca, morirás de frío en un par de horas. Además como sabes que una serpiente no te puede picar a ti mientras duermes. — tenía un buen punto.
Me acerqué y me acomode en el extremo de la cama más alejado al de el. Esto se sentía incómodo, estaba compartiendo una cama con Coriolanus, y no solo una cama, LA CAMA. Donde lo habíamos hecho por primera vez, de solo pensar en esa secuencia sentí una pequeña corriente eléctrica deslizarse por mis piernas.
No podía dormir, hace horas estaba mirando el techo. De repente comencé a sentir movimientos extraños. Me levante para ver que estaba pasando.
Era Coriolanus, estaba teniendo escalofríos y deliraba. Lo tome en mis brazos para calmarlo. Estaba volando de fiebre. Busque un paño y me posicione sobre el para darle pequeños toques en la frente. Minutos después se calmó y volví a acostarme.
Sentí como una mano alcanzaba la mía por debajo de las sábanas. Me volteé, me estaba mirando a los ojos. Con dulzura y aún temblando me acaricio el rostro.
— Gracias por cuidar de mi. — susurro antes de caer profundamente dormido de nuevo. Una sensación familiar volvió a recorrer mi cuerpo después de mucho tiempo, maldición...

Snow and Lucy Gray <3 The Ballad of songbirds and snakes.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora