𝟛.

661 16 0
                                    

(...) hasta hoy sigo preguntando a la luna,
Si también me imaginas desvelada (...)

6 𝓪ñ𝓸𝓼 𝓪𝓽𝓻á𝓼
El hotel era grande y, al ser fin de año, estaba lleno de gente. Nico dio vueltas por el lugar, ansioso. Había puesto el ojo en una de las chicas que estaba al lado de la piscina pero la había perdido de vista, así que ahora buscaba encontrarsela en algún rincón.

Entonces, al doblar en un pasillo, se chocó con alguien. La chica dio un aullido de dolor, se habían chocado fuerte, el jugador caminaba rápido cuando quería. Vio que esta cayó al piso, y él extendió su mano para ayudarla.

Sus ojos se encontraron y algo en él se tensó, no era la chica de la piscina pero era hermosa. El color café de sus ojos lo atrapó mientras ella le sonreía amistosamente tomando su mano.

— Perdón, iba colgada y no te vi —se disculpó la chica.

— No te preocupes, yo también venía en una —dijo él.

Los dos se quedaron mirando fijamente durante unos segundos, ella aún no le había soltado la mano. La mirada de él se dirigió a dónde se estaban agarrando, soltandola con suavidad.

— ¿Cómo te llamas? —preguntó él.

— Luna, ¿vos?

— Nicolás, Nico para vos.

Ella le sonrió, sin quitarle la vista de encima. El jugador rápidamente comenzó a sacarle conversación.

— ¿De dónde sos Luna?

El jugador se cruzó de brazos y se apoyo contra la pared, escuchándola atentamente.

— De Buenos Aires, CABA, ¿vos? —contestó ella, nerviosa.

— Soy de un pueblo de Buenos Aires, pero ahora vivo en CABA, juego al fútbol.

— Qué bueno, uno de mis tíos trabaja para Boca.

Nico rápidamente comenzó a contarle su historia, ella parecía entretenida o al menos fingía muy bien su posible aburrimiento. De vez en cuando Luna lo detenía para hacerle preguntas, mientras le sonreía y se acercaba lentamente a él.

— ¿Estás con amigos, familia? —pregunto ella.

— Con amigos, vinimos a festejar año nuevo acá.

— Yo estoy con mi familia, también festejamos acá —explico Luna.

— ¿Vas a la fiesta entonces?

— Sí, voy con mi hermano.

El jugador rápidamente comenzó a hacerle preguntas sobre su familia, le contó que su padre era dueño de una cafetería y que su hermano y ella trabajaban durante las vacaciones ahí para hacer un poco de plata extra.

Entonces, al escuchar que ella se refería a su último año, le pregunto qué estudiaba.

— Estoy terminando el secundario.

Nico quedo helado. Se estaba fijando en una menor de edad, pero a pesar de esa diferencia de edad, estaba muy entretenido hablando ella. Después de todo era solo eso, una conversación.

— ¿Vos cuántos años tenes? —pregunto ella.

— Tengo 22.

Luna también se quedó helada, le estaba pareciendo muy atractivo alguien mayor que ella. Pero, al igual que Nico, pensó que solo estaban conversando, que no significaba nada.

Terminaron de conversar, ignorando el hecho de que esa noche volverían a encontrarse.

El jugador eligió su mejor ropa, pensando en encontrarse a la chica de la piscina, pero algo en el fondo de su mente deseaba encontrarse con Luna de nuevo.

𝒰𝓃𝒶 𝒷𝒶𝓁𝒶 | Nico Figal (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora