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Los celos de Exequiel empeoraban con cada juntada que Luna tenía con Nico. Cuando esta llegaba, él le hacía preguntas, muchas. Que qué habían hecho, de qué habían hablado, a quiénes habían visto, a dónde habían ido, si estuvieron a solas, qué habían comido. Las preguntas eran cada vez más y Luna ya no sentía deseos de pasar tardes junto a Nico, no si su novio iba a ponerse pesado después.

Nico empezó a notar como Luna se alejaba lentamente, pero no podía hacer nada. Exequiel fingía demencia cada vez que entrenaban o pasaban tiempo juntos o con el plantel. Hacía chistes, le preguntaba disimuladamente por Luna o si tenía planes de pasar tiempo con ella.

Una tarde, Exequiel invitó a Luca, Colo y Blondel a jugar a la play en la casa de Luna. E increíblemente, también lo invitó a Nico.

Todos llegaron y se instalaron en su living, ella estaba trabajando. Las latas de cerveza pasaban de un lado a otro, mientras hacían un pequeño torneo de FIFA. Exequiel iba ganando y también empezaba a ponerse pesado por culpa del alcohol.

Luna llegó a eso de las 22, cansada y sorprendida de que su novio estuviera tan instalado en su casa, con los amigos. Aunque no era la primera vez que lo hacía.

— ¡Luna! —exclamó Colo cuando la vio— ¿Jugas unas partiditas con nosotros?

— Estoy un poco cansada —contestó ella con una media sonrisa— Amor, me hubieras dicho que venías con los chicos...

— Perdón, surgió a último momento.

Exequiel se acercó a Luna y le dio un beso, ella hizo cara de asco.

— ¿Tomaste? —le preguntó.

Changuito asintió, riendo. De repente empezó a sentirse una extraña tensión en la habitación, que notaron hasta el Colo y el resto del grupo. Nico quería pararse y empujar a Changuito lejos de Luna.

— Juga con nosotros amor, dale —insistió Changuito, parecía que Luna no tenía mucha opción.

Se sentó en el sillón con los chicos, al lado de Nico y tomó uno de los mandos de la Playstation. Eligió un equipo para jugar contra Blondel y, luego de varios minutos, perdió.

— Juga con ganas —dijo Exequiel, serio, terminando otra lata de cerveza

— Amor, estoy cansada —insistió ella.

— Una partida más y te vas a dormir —Exequiel fue demandante.

— Está bien, ¿contra quién voy? —preguntó Luna, sin ganas.

— Contra Nico —dijo Luca.

Ella miró a su amigo, rogándole con la mirada que no quisiera jugar. Nico, que la conocía muy bien, captó la indirecta.

— Yo también estoy cansado, no tengo ganas de jugar —dijo él.

Exequiel miró con odio a Nico, sabía lo que estaba haciendo. Luna se paró, rendida, y comenzó a dirigirse a la habitación, cuando Changuito la agarró por el brazo, arrastrándola.

Nico se paró rápidamente, pensando en lo peor, pero los dos desaparecieron rápidamente, cerrando la puerta.

— Tranqui, siempre son así —dijo Blondel, tomando el mando que Luna había dejado en la mesa ratona.

Los chicos se volvieron a concentrar en la partida, mientras Nico no paraba de pensar en qué le estaría diciendo Changuito a Luna en la habitación.

Exequiel comenzó a hacerle reclamos a su novia, ella se sentó en el borde de la cama, intentando calmarse. Otra vez estaba pasando por una escena.

𝒰𝓃𝒶 𝒷𝒶𝓁𝒶 | Nico Figal (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora